Las condiciones de vida en Gaza ponen en grave peligro las vidas de los niños y recién nacidos palestinos

Tras más de un año de guerra y destrucción incesantes en Gaza, nuestros equipos en Médicos Sin Fronteras (MSF) son testigos de cómo las terribles condiciones de vida, los ataques en zonas densamente pobladas, el escaso acceso a los alimentos y los desplazamientos repetidos están provocando graves problemas de salud a los niños, los recién nacidos y las madres palestinas.

“Estamos tratando a bebés que padecen enfermedades infecciosas, enfermedades respiratorias y enfermedades de la piel. Por supuesto, esto lo veíamos antes de la guerra, pero hoy lo vemos con mucha más frecuencia, y las cifras siguen aumentando”, afirma el Dr. Mohammad Abu Tayyem, pediatra de MSF que trabaja en el Hospital Nasser en el sur de Gaza, donde se tratan a más de 300 pacientes pediátricos cada día. “Vemos hacinamiento en el departamento, incluyendo a niños con neumonía aguda”, concluye.

Nuestros equipos se enfrentan a un número abrumador de pacientes. Entre junio y octubre de 2024, trató a:

Durante el mismo periodo de tiempo, 168 recién nacidos menores de 1 mes y más de 10,800 niños y niñas de entre 1 y 5 años acudieron a consulta médica en la sala de urgencias del Hospital Nasser por infecciones del tracto respiratorio superior. Además, alrededor de 1,294 niños de entre 1 y 5 años fueron ingresados en Nasser por infecciones del tracto respiratorio inferior y alrededor de 459 casos fueron ingresados por neumonía.

Un año de guerra ha diezmado el sistema de salud y el acceso a la atención médica

En la denominada “zona humanitaria”, donde las poblaciones desplazadas se encuentran hacinadas, desde MSF ofrecemos atención neonatal, obstétrica y pediátrica en tres centros de atención primaria de salud (PHCC) y en el Hospital Nasser, que cuenta con una de las únicas salas de maternidad funcionales en el sur de Gaza. De los 36 hospitales de Gaza, solo 17 siguen funcionando parcialmente a fecha de 19 de noviembre (según OCHA).

Las madres de Gaza se arriesgan cuando llevan a sus recién nacidos, niñas y niños a los pocos hospitales y centros de salud que todavía quedan disponibles. Se ven obligadas a recorrer largas distancias por rutas inseguras a pie o en carros tirados por animales, en zonas polvorientas y densamente pobladas, para llegar a las instalaciones médicas.

Este viaje expone a los niños y recién nacidos de Gaza a un mayor peligro de ser atacados y les pone en alto riesgo de sufrir complicaciones de salud. Incluso después de recibir tratamiento, los recién nacidos, las niñas y niños vuelven a vivir en condiciones insalubres, que a su vez conduce a un deterioro de sus condiciones de salud y de su capacidad para curarse adecuadamente.

Enfrentadas a condiciones de vida inadecuadas, escasez de productos de higiene y alimentos, y bajo constante estrés, un número significativo de madres -ellas mismas con desnutrición- dan a luz bebés prematuros y aumenta el riesgo de complicaciones posparto. Esta crisis se ve agravada aún más por la aguda escasez de suministros médicos y no médicos esenciales en los centros de salud y hospitales.

Las bajas temperaturas traen nuevos riesgos para la salud de niños de Gaza

Las familias viven hacinadas en tiendas de campaña o bajo láminas de plástico y telas diversas, sin acceso a agua potable, saneamiento, artículos de higiene como jabón y otras necesidades básicas. Las condiciones están empeorando con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas. Aumentando los riesgos de enfermedades como infecciones cutáneas y respiratorias, sarna, diarrea aguda e infecciones víricas, especialmente entre los recién nacidos, los niños y niñas.

Además de eso, debido a la drástica reducción de la ayuda que llega a la Franja de Gaza, la población no puede permitirse una alimentación nutritiva, que es insuficiente para satisfacer sus necesidades. Esto provoca desnutrición, especialmente en bebés, niñas y niños. La entrada de ayuda humanitaria sin trabas a Gaza es una solución crucial para aliviar el sufrimiento de las personas atrapadas en la Franja. Permitirá mejorar la falta de suministros médicos y no médicos esenciales para salvar vidas en las comunidades, incluyendo las de recién nacidos, los niños y las madres.

“No tengo pañales para mi hijo”, relata Yasmin, una madre cuyo hijo está siendo tratado en el Hospital Nasser. “Ni siquiera tengo ropa adecuada para él; tengo que usar una bolsa de plástico, y esto expone su piel a más infecciones y erupciones. Vivir en una tienda de campaña expone a mis hijos a condiciones extremas, y duermen sin siquiera una cama adecuada”.

“Este periodo ha sido muy difícil y largo. Ya ha pasado más de un año desde el comienzo de la guerra y ha afectado mucho a todos, especialmente a los niños y niñas que están en la etapa de crecimiento”, dice el Dr. Abu Tayyem. “Esto se debe a la falta de alimentos nutritivos y nutrientes esenciales, que ha afectado a la salud de los recién nacidos y los niños y a su desarrollo inmunológico, haciéndoles más vulnerables a las enfermedades infecciosas”.

Yasmin dice: “Mi hijo siempre está tosiendo. Paso la mayor parte del tiempo en el hospital. Mi hijo no se ríe, no juega, no bebe leche. Duerme todo el tiempo. El médico dice que debemos mantenerlo alejado del fuego [para ayudar a prevenir la tos], pero ¿cómo podríamos hacerlo? Todo se cocina al fuego”.

Para responder a las necesidades médicas cada vez mayores, en Jan Yunis (Khan Younis), al sur de Gaza, nuestros equipos en MSF apoyan al departamento pediátrico del Hospital Nasser. Este apoyo incluye la sala de urgencias, la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) con nueve camas y la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) con 23 camas.

Las actividades de MSF en atención pediátrica, neonatal y obstétrica son solo una gota de agua en el océano de las enormes necesidades médicas en Gaza. Un alto al fuego inmediato y permanente en Gaza es la única solución para aliviar el sufrimiento de la población gazatí y garantizar el acceso a la atención médica y la ayuda humanitaria.