Las órdenes de evacuación y los intensos bombardeos en torno a los hospitales de Gaza dejan pocas opciones de atención médica a la población civil

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MSF reitera su llamado de alto al fuego inmediato en Gaza
En el sur de Gaza, MSF instaló una clínica dentro del hospital de campaña indonesio de Rafah en diciembre de 2023. © MSF

En los últimos tres meses, el ataque total de las fuerzas israelíes contra la Franja de Gaza ha reducido drásticamente las opciones de la población para encontrar atención médica. La cantidad de espacios seguros para que las organizaciones brinden asistencia sanitaria a la población es ahora prácticamente inexistente.

Las constantes órdenes de evacuación y los ataques a instalaciones sanitarias han obligado en repetidas ocasiones a organizaciones como la nuestra, Médicos Sin Fronteras (MSF), a evacuar hospitales y dejar atrás a los pacientes.

“Gradualmente estamos siendo acorralados en un perímetro muy restrictivo en el sur de Gaza, en Rafah, con cada vez menos opciones de ofrecer asistencia médica crítica, mientras las necesidades crecen desesperadamente”, afirma Thomas Lauvin, coordinador de los proyectos de MSF en Gaza. “A medida que ha ido avanzando el asalto a Gaza, hemos tenido que evacuar varias instalaciones sanitarias en el norte de Gaza, y luego en la zona central”.

“Hoy nos limitamos a trabajar principalmente en el sur, porque no podemos hacerlo en otros lugares”, continúa Lauvin. “En resumen, nos estamos quedando sin hospitales. Nos vemos obligados a dejar pacientes”.

El sistema sanitario de Gaza está prácticamente colapsado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de que sólo 13 de los 36 hospitales de Gaza siguen funcionando parcialmente: nueve en el sur y cuatro en el norte. Los dos principales hospitales del sur de Gaza funcionan al triple de su capacidad y se están quedando sin suministros básicos y sin combustible.

El 6 de enero, nuestros equipos se vieron obligados una vez más a evacuar un hospital. Abandonaron el hospital Al-Aqsa, en la zona central de Gaza, después de que las fuerzas israelíes emitieran órdenes de evacuación de los barrios que rodean el hospital. Esta evacuación forzosa nos restringió el acceso a nuestra propia farmacia, lo que demuestra el deterioro del entorno para las actividades médicas.

“Abandonar el hospital Al-Aqsa y a nuestros pacientes fue una decisión devastadora y nuestro último recurso”, afirma Enrico Vallaperta, referente médico del proyecto de MSF en Gaza. “Los ataques de drones, los disparos de francotiradores y los bombardeos en las inmediaciones del hospital hacían que el espacio fuera demasiado inseguro para trabajar en él. Las condiciones volátiles nos dejan incapacitados; prácticamente no hay espacio seguro para brindar una atención médica mínima a las personas”.

Las instalaciones médicas y sus alrededores han sido repetidamente atacados por las fuerzas israelíes y han sido objeto de órdenes de evacuación en distintas partes de Gaza, especialmente en el norte, lo que hace que el acceso y la asistencia sanitaria sean demasiado peligrosos.

Varios hospitales en los que trabajamos han pasado por esta situación: el hospital Indonesio, en el norte de Gaza, tuvo que ser evacuado en octubre. El hospital Al-Shifa, el más grande de Gaza, fue alcanzado y el personal tuvo que ser evacuado en noviembre. Luego, el hospital Al Awda, apoyado por MSF desde 2018, fue golpeado y tres médicos, dos de los cuales formaban parte de nuestro personal, fueron asesinados.

Ahora, este patrón se repite en el sur, que acoge a cinco veces más personas que antes de la guerra, y menos lugares donde brindar asistencia sanitaria a la población.

El sur de Gaza ha sido blanco de intensos bombardeos desde que se rompió la tregua de noviembre y las necesidades de atención de urgencia, quirúrgica y postoperatoria son masivas en la zona. La falta de capacidad hospitalaria está privando a los pacientes de un tratamiento adecuado y de condiciones higiénicas apropiadas, lo que se traduce en un número cada vez mayor de heridas infectadas y de procedimientos médicos que se llevan a cabo en condiciones extremas. Más allá de las heridas críticas, muchas mujeres a las que se practicó una cesárea son dadas de alta apenas seis horas después del parto para dejar espacio a otras embarazadas, mientras que a otras simplemente se les rechaza y dan a luz en tiendas de campaña.

Médicos Sin Fronteras mantenemos nuestro compromiso de brindar atención médica en Gaza y pedimos que se protejan los hospitales, al personal médico y los pacientes.

Actualmente, nuestros equipos brindan atención pre y posparto en el hospital emiratí de Rafah, asisten a la población gazatí con fisioterapia y cuidados postoperatorios en el hospital de campaña indonesio de Rafah, y brindan consultas de atención primaria, curaciones de heridas y apoyo en salud mental en la clínica Al-Shaboura, también en Rafah.

Estamos apoyando al hospital europeo de Gaza en una pequeña capacidad quirúrgica, y nuestro reducido equipo de enfermería asiste a los pacientes que necesitan curación de heridas. En Al Awda, en el norte de Gaza, y en el hospital Nasser de Khan Younis, un puñado de personal de MSF trabaja en condiciones extremadamente difíciles, como la falta de alimentos y suministros médicos debido a los ataques aéreos y a los combates cercanos.

En Médicos Sin Fronteras reiteramos nuestro llamado a un alto al fuego inmediato que salve vidas civiles y restablezca el flujo de ayuda humanitaria y el sistema sanitario del que depende la sobrevivencia de la población de Gaza.

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