Los extraordinarios desafíos de los refugiados sirios que viven con diabetes

James Elliot es un investigador canadiense que recientemente regresó de Líbano, en donde trabajó con pacientes con diabetes entre la población de refugiados sirios.

Alrededor de un millón de sirios han  buscado escapar del brutal conflicto armado en su país huyendo hacia Líbano, a menudo volviéndose pobres en el proceso y viviendo en refugios improvisados y hacinados. Añade intentar vivir con diabetes bajo estas circunstancias, y la situación de muchos se vuelve trágica. James Elliot es un investigador canadiense que recientemente regresó de Líbano, en donde trabajó con pacientes con diabetes entre la población de refugiados sirios. 
 
Por James Elliott
 
Médicos Sin Fronteras atiende a alrededor de 2,000 de los pacientes con diabetes en Líbano. Soy un investigador de Canadá estudiando lo que estos pacientes saben sobre su enfermedad, qué obstáculos enfrentan, y qué puede hacer MSF para ayudarlos mejor. También tengo una conexión personal con mi trabajo, ya que yo mismo he vivido con diabetes desde la niñez. 
 
A los 12 años, me diagnosticaron diabetes Tipo 1. Comencé a mostrar todos los síntomas comunes: sed extrema, orina excesivo, agotamiento y pérdida de apetito. Después mi respiración comenzó a fallar, lo que provocó una visita a la sala de emergencias y, finalmente, a mi diagnóstico: diabetes. 
 
Poco después, fui transferido a un hospital regional más grande. Ahí, recibí toda una semana de clases sobre cómo vivir con diabetes. Un endocrinólogo nos explicó los detalles de la enfermedad, un nutriólogo formuló un plan de dieta; y una enfermera, educadora de la diabetes, demostró cómo aplicar las inyecciones de insulina y la medir la glucosa en la sangre por nosotros mismos. Estas bases me han permitido mantener la glucosa en mi sangre bajo control (principalmente), lo que me ha permitido vivir lo que considero una vida muy plena y sana.
 

El escaso acceso a la medicación, la educación y una dieta saludable

 
Actualmente, en Líbano, los refugiados sirios que viven con diabetes no son tan afortunados como lo fui yo al crecer en Canadá. Algunos han manejado increíblemente mal su enfermedad. Algunos recibieron poca educación sobre la diabetes cuando estaban en Siria; otros están mejor educados sobre la enfermedad, pero han pasado días sin insulina y otros medicamentos. 
 
Algunos pacientes solían poder medir su nivel de glucosa en la sangre con un glucómetro, pero ahora ya no tienen dinero para comprar tiras reactivas y han tenido que detener esa práctica. Prácticamente, todos tenían mejor acceso a alimentos saludables antes de la crisis. 
Idealmente, la gente con diabetes recibe lo que se llama “apoyo y educación para el autocuidado. Esencialmente, se le enseña al paciente cómo vivir con diabetes, y se le brinda ayuda (poco a poco) para que pueda perfeccionar su rutina. 
 
 
La investigación ha demostrado que esto ayuda a mantener los niveles de glucosa más cerca de lo normal, mejorando la posibilidad de tener una larga vida sin complicaciones. Sin embargo, intentar brindar apoyo y educación para el autocuidado de la diabetes a los refugiados del conflicto sirio, es bastante desafiante, y eso es subestimar significativamente la situación. 
 
Tomemos el ejemplo de la dieta: la comida saludable es un punto clave para vivir bien con diabetes. Comer porciones regulares a horarios regulares, y limitar los alimentos de almidón ricos en carbohidratos (pan, arroz, papas), ayuda a evitar el aumento de la glucosa en la sangre y permite tener un mejor control de la glucosa en la sangre. 
 
Tristemente, muchos de los sirios que viven con diabetes y son atendidos por MSF en Líbano casi no tienen control de su dieta. Carne fresca, frutas y verduras son un lujo que raramente, o nunca, disfrutan. Un paciente me preguntó cómo podía comer saludablemente cuando la única comida que podía costear era el pan, las papas y el arroz que recibía como parte de la caridad de un vecindario. 
 

Mayor riesgo de complicaciones

 
Una de nuestras pacientes, Nadia (no es su nombre real), estaba recibiendo insulina y agujas para tratar su diabetes tipo 1 en una de las clínicas de MSF en el valle de Bekaa (o Becá). Yo hablo muy poco árabe y ella hablaba muy poco inglés, pero logramos comunicarnos escribiendo mensajes usando una aplicación del teléfono celular.  
 
Nadie tiene la misma edad que yo y también fue diagnosticada con diabetes a los 12 años. Sin embrago, hay muchas diferencias entre nosotros. Mientras que yo puedo medir la glucosa en mi sangre cuando quiera al ajustar mis dosis de insulina de manera más precisa, ella tiene que racionar unos cuantos tests a la semana. Mientras que yo tengo acceso a comida sana y una vida relativamente libre de estrés, ella tiene que controlar su diabetes reusando agujas y cuidando a su esposo, sus dos hijos y su familia extendida. 
 
Y a pesar de que cuando la conocí ella no tenía ninguna complicación, sus exámenes de sangre confirmaron que los niveles de glucosa en su sangre habían empeorado desde que había huido de Siria. 
 
Esto puede tener consecuencias extremas. Si no se puede mantener un nivel de glucosa en la sangre cercano al normal, el riesgo de desarrollar complicaciones, e incluso de morir, se dispara rápidamente. 
 
Algunos pacientes sufren de ceguera provocada por la diabetes. Otros pueden sufrir de fallas renales. Yo vi a una niña de 15 años con una herida de pie diabético, una complicación  que lleva a la amputación y que normalmente se manifiesta en adultos grandes que ya han tenido años de mal control de la glucosa en la sangre. 
 
Durante el siguiente año, MSF trabajara para estructurar un programa de educación sobre la diabetes que funcione bajo las condiciones en que viven actualmente los refugiados sirios en Líbano. 
 
Actualmente estamos evaluando las necesidades de los pacientes por medio de encuestas y grupos de control. Se están realizando clases que explican a los pacientes qué es la diabetes, cómo pueden controlar la enfermedad y de qué complicaciones cuidarse. Pronto, el proyecto contratará consejeros que educarán a los pacientes sobre las enfermedades como la diabetes. Sin embargo, aún hay mucho más que hacer. 
 
 
 

¿Qué es la diabetes?

 
Hay dos tipos principales de diabetes. 
 
La tipo 1 se manifiesta porque la producción de insulina se detiene completamente en el cuerpo.
 
La tipo 2 es causada por una insuficiencia de insulina. 
 
La gente que vive con diabetes debe mantener un control de todo lo que afecte sus niveles de glucosa en la sangre. Esto incluye la comida, el ejercicio, el sueño, el estrés, las enfermedades y el medicamento como la insulina o las pastillas.

 

Compartir