Los líderes del G20 deben demostrar cooperación y acción internacional en tiempo real para controlar la pandemia de COVID-19

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Deben tomarse múltiples vías para ampliar rápidamente el acceso mundial a las vacunas, tratamientos y pruebas para salvar el mayor número de vidas posible.

Deben tomarse múltiples acciones para ampliar rápidamente el acceso mundial a las vacunas, tratamientos y pruebas para salvar el mayor número de vidas posible.
 
Previo a la reunión de ministros de salud del G20 que se celebró los pasados 4 y 5 de septiembre, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) pedimos a los líderes del G20 que cumplan sus declaraciones de solidaridad y compromisos políticos anteriores, y que resuelvan con urgencia la evidente desigualdad en el acceso a las herramientas médicas de la COVID-19 vitales para salvar vidas en países de ingresos bajos y medios. Para una pandemia que aún no ha sido controlada con éxito, los gobiernos del G20 deben llevar a la práctica múltiples acciones específicas, basadas en un cambio real, no en la caridad.
 
A lo largo de este año, en MSF hemos atendido necesidades críticas y experimentado dificultades para brindar atención a pacientes con COVID-19 en países como India, Líbano, Yemen, Brasil, México y Perú. Hasta la fecha, más de 4,5 millones de personas han muerto a causa de la COVID-19 y la pandemia sigue siendo una emergencia de vida o muerte para millones de personas en todo el mundo.
 
En MSF reconocemos las diversas iniciativas mundiales lanzadas y los compromisos políticos prometidos, pero nos decepciona que hasta la fecha la mayoría no se han cumplido. Pedimos a los líderes de salud del G20 que hagan un balance de estas promesas incumplidas y las lleven a cabo.
 
 
 

Redistribución de las dosis de la vacuna

Actualmente, la desigualdad mundial en materia de vacunas es grave, y las personas están muriendo. Hemos atestiguado el almacenamiento masivo de dosis de vacunas por parte de algunos países de ingresos altos, mientras el resto del mundo se queda sin ellas. Hoy, el mundo se enfrenta a una situación en la que es posible que el personal sanitario y las poblaciones de alto riesgo en países de ingresos bajos y medios no reciban sus primeras dosis hasta que la mayoría de las personas en países de ingresos altos estén completamente vacunadas. 
 
La forma más rápida de salvar vidas en este momento es que los países de ingresos altos, como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania, redistribuyan de inmediato sus excedentes de vacunas a los países de ingresos bajos y medios a través del mecanismo COVAX y otros organismos regionales. Esto debe hacerse mucho antes de que las dosis expiren. Adicionalmente, MSF insta a las naciones del G20 que ya vacunaron a sus poblaciones vulnerables a dejar de comprar dosis adicionales y distribuyan el exceso de dosis para apoyar los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vacunar por lo menos al 40% de todas las personas a nivel mundial a finales de 2021 y al 70% a la mitad de 2022.
 

Llegando a las poblaciones vulnerables

Basándonos en nuestra experiencia en entornos con recursos limitados, los gobiernos deben priorizar la financiación no solo para la distribución, sino también para una promoción de la salud y diálogo con las comunidades para contrarrestar la desinformación y el miedo que provocan las dudas sobre las vacunas. También es urgente llegar a las personas 'fuera' del sistema: personas refugiadas, desplazadas internamente (PDI), migrantes y quienes viven en áreas no controladas por el gobierno. 
 
 
 

Compartiendo la tecnología de las vacunas

Con la pandemia aún fuera de control y con la aparición de variantes nuevas y más transmisibles, es evidente la necesidad de aumentar drásticamente la producción y el suministro de vacunas a nivel mundial. La capacidad de fabricación de vacunas se debe impulsar en los países de ingresos bajos y medios mediante la utilización de todas las políticas y medidas legales, incluso mediante la transferencia total de la tecnología y los conocimientos de vacunas de ARNm por parte de las farmacéuticas Pfizer (Estados Unidos), BioNTech (Alemania) y Moderna (Estados Unidos.).
 
Para impulsar drásticamente el suministro de vacunas en los países de ingresos bajos y medios y lograr una sustentabilidad independiente, es necesario que una transferencia total de dicha tecnología sea transparente y esté abierta a todos los fabricantes alternativos competentes. Los países del G20, en particular Alemania y Estados Unidos, que alojan a BioNTech, Pfizer y Moderna, deberían exigir a estas farmacéuticas que compartan su tecnología y conocimientos de vacunas de ARNm con el Centro de Transferencia de Tecnología de Vacunas de ARNm COVID-19 de la OMS, con sede en Sudáfrica. Los gobiernos del G20 también deberían proporcionar apoyo financiero y técnico al centro.
 

Acceso a nuevos tratamientos y pruebas

Además de las vacunas, el mundo necesita con urgencia tener acceso a nuevos tratamientos y diagnósticos para reducir el número de hospitalizaciones y muertes en esta pandemia. La tasa de vacunación débil y reducida en los países de ingresos bajos y medios aumenta el riesgo de transmisión y propagación de variantes, tanto a nivel local como mundial. Ante las nuevas y continuas olas del virus en el mundo, los sistemas de salud están siendo llevados al límite, poniendo de relieve la urgente necesidad de diagnosticar y tratar a las personas con COVID-19. Sin embargo, los nuevos tratamientos contra la COVID-19 recomendados por la OMS, como el tocilizumab (producido por Roche, con sede en Suiza) y sarilumab (Regeneron, EE. UU.), siguen fuera del alcance de las personas en los países de ingresos bajos y medios debido a sus altos precios, el suministro limitado, las barreras de propiedad intelectual y la ausencia de planes de acceso que garanticen transparencia. 
 
MSF insta a los gobiernos del G20 a tomar medidas para superar los monopolios de mercado de las farmacéuticas y apoyar la producción de biosimilares para reducir los precios y garantizar el acceso sostenible a estas importantes terapias nuevas.
 

Dejar de bloquear la exención de los monopolios de COVID-19

Además, los países del G20 deben apoyar la propuesta de la 'Exención de los ADPIC' en la Organización Mundial del Comercio (OMC) que, de ser adoptada proporcionaría a todos los países una forma expedita de eliminar las principales barreras de propiedad intelectual y los riesgos legales en torno a la producción y suministro de herramientas médicas para la COVID-19, incluyendo vacunas, tratamientos y diagnósticos, durante la pandemia.
 
Casi un año después de que la exención fuera propuesta primero por India y Sudáfrica, y  que ahora cuenta con el apoyo de más de 100 naciones, un pequeño grupo de países de ingresos altos continúa oponiéndose a la exención. Estos países, en particular la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Suiza y Noruega, deben dejar de bloquear esta iniciativa que salvaría vidas y que es apoyada por la mayor parte del mundo.
 
Los líderes de salud del G20 deben reconocer colectivamente las limitaciones de depender de la 'buena voluntad' de la industria farmacéutica para detener una pandemia y, en su lugar, apoyar la voluntad de los países de ingresos bajos y medios que exigen autosuficiencia a través de la exención de los ADPIC.
 
 
 
 
Ya es hora de pasar de las declaraciones de alto nivel y mostrar una verdadera solidaridad a través de acciones. En el último año se han realizado innovaciones médicas revolucionarias, pero en lugar de ser 'bienes públicos mundiales' para todas las personas, son un lujo para algunas. Mientras continúe esta pandemia mortal y sin precedentes, los líderes de la salud del mundo deben mostrar valor político y romper el status quo, y hacer todo lo posible para que todas las herramientas médicas para combatir la COVID-19 sean accesibles para todos.
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