Yemen: ¿Me alimento yo o alimento a mi hijo?

MSF está preocupada por el aumento de la desnutrición entre las madres en Yemen en los últimos dos años.

MSF preocupada por el aumento de la desnutrición entre las madres en Yemen en los últimos dos años
La partera de MSF mide la circunferencia del brazo de Amina, embarazada de nueve meses. Dentro del hospital general de Abs. © MSF

Mayasa está sentada en la cama de su hijo en el hospital general de Abs, en la gobernación yemení de Hajjah. Mohammad, de dos años, ingresó en el centro intensivo de nutrición terapéutica tras recibir un diagnóstico de desnutrición acompañada de neumonía y diarrea.

Mohammad lleva tiempo sin ingerir alimentos. Mayasa no tenía dinero para comprar leche de fórmula para su bebé, así que lo alimentó con leche de vaca, pan y papas. Esta es la quinta estancia de Mohammad en el centro intensivo de nutrición terapéutica. La primera fue cuando tenía tan solo seis meses.

El centro intensivo de nutrición terapéutica del hospital de Abs cuenta con el apoyo de Médicos Sin Fronteras (MSF). Aunque el tratamiento de Mohammad es gratuito, Mayasa ha tenido que endeudarse para pagar los elevados costos de transporte, ya que su casa está a unas dos a tres horas del hospital. A pesar de ello, Mayasa nunca deja de llevar a su hijo al hospital cuando se enferma. Se preocupa enormemente por la salud de sus hijos, a veces a costa de su propia salud. Actualmente, está embarazada de su cuarto hijo, y sufrió desnutrición en el cuarto mes de embarazo.

“Mis hijos se fueron a casa de su tío a desayunar y yo me fui al hospital esta mañana con el estómago vacío”, dice Mayasa. “No tengo dinero para comprar comida. Si como por la mañana, no me queda nada para el mediodía ni para la noche”.

Como muchas madres yemeníes, Mayasa se preocupa cada día por cómo alimentará a sus hijos, y se enfrenta a la disyuntiva de alimentarse ella o dejar su parte para sus niños.

La partera de MSF mide la circunferencia del brazo de Amina, embarazada de nueve meses. Dentro del hospital general de Abs. © MSF
Una enfermera de MSF mide los signos vitales de una madre que dio a luz a su bebé en el hospital general de Abs. © Jinane Saad/MSF

 

“En el centro intensivo de nutrición terapéutica vemos a muchos cuidadores con desnutrición”, afirma el doctor Hilaire Pato, pediatra de MSF en el hospital de Abs. “Esto se debe a la inseguridad alimentaria en Yemen. Si una mujer tiene desnutrición, es difícil para ella darle al bebé lo que necesita”.

Esto se repite en los servicios de maternidad del hospital. Saada, que está en su noveno mes de embarazo, acaba de ser ingresada debido a una hemorragia y una obstrucción intestinal. Ella también padece desnutrición. Saada no se sometió a ningún control prenatal durante el embarazo, puesto que el costo de acudir al centro de salud más cercano le resultaba prohibitivo.

El pueblo natal de Saada está “muerto”, como dice ella; no hay trabajo ni formas de ganarse la vida. Son ocho en su familia, y les cuesta mucho encontrar comida que alcance para todos. “Comemos pan y bebemos té, pero no comemos carne ni pescado”, dice. “Antes, recibíamos ayuda alimentaria (una bolsa de harina y una botella de aceite solamente), pero en los últimos cinco meses no hemos recibido nada”.

Nuestro personal mide el perímetro mesobraquial de todas las mujeres ingresadas en los servicios de maternidad de Abs para determinar su estado nutricional. El número de mujeres con desnutrición moderada o grave ha aumentado constantemente en los dos últimos años.

En 2021, el 51% de las mujeres ingresadas en los servicios de maternidad del hospital de Abs presentaban desnutrición, mientras que el 4% sufría desnutrición aguda grave.

Esta cifra aumentó en 2022 hasta situarse en un 64%, con un 6% de desnutrición aguda grave. En febrero de 2024, el 68% de las mujeres ingresadas en los servicios de maternidad tenían desnutrición, una cifra muy elevada.

Hajar alimenta a su hijo, ingresado en el centro de alimentación terapéutica apoyado por MSF en el hospital general de Abs. © Jinane Saad/MSF

 

La situación es similar en el hospital materno infantil Al-Qanawis de la gobernación de Al-Hudaydah, situado a 60 km de Abs, que apoyamos. En 2023, el 47% de las mujeres ingresadas sufrían desnutrición, porcentaje que aumentó al 49% en febrero de 2024.

“Las mujeres embarazadas con desnutrición corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. La principal complicación es la deficiencia de hierro o anemia”, afirma el Dr. Pato. “Una mujer con desnutrición tiene un alto riesgo de dar a luz a un bebé con desnutrición. Además, le será más difícil amamantar a su hijo”.

El riesgo de que madres con desnutrición den a luz a bebés que, a su vez, son susceptibles de sufrir desnutrición, queda demostrado en el programa nutricional de MSF en Abs, donde el 24% de todos los ingresos en 2023 fueron niños menores de seis meses.

Para detectar a mujeres, niñas y niños con desnutrición y evitar que empeoren, trabajadores sanitarios comunitarios de MSF van de puerta en puerta por la gobernación de Al-Hudaydah. Midien el perímetro mesobraquial de menores, embarazadas y madres recientes. Todas las personas con signos de desnutrición son remitidas al centro de salud más cercano con capacidad de nutrición terapéutica.

Sin embargo, los trabajadores sanitarios comunitarios de MSF han manifestado que existen dificultades para garantizar la continuidad del tratamiento para las mujeres embarazadas y madres recientes con desnutrición, ya que existen importantes lagunas en este tipo de programas en los centros sanitarios regionales.

La crisis de desnutrición en Yemen tiene muchas causas subyacentes. Tras más una década de conflicto y una crisis económica que no da tregua, muchas personas yemeníes han perdido sus medios de subsistencia. Las elevadas tasas de inflación han reducido el poder adquisitivo de la población. Esto hace que ahora no puedan permitirse una cantidad suficiente de alimentos nutritivos. La disminución de las distribuciones de ayuda alimentaria, incluyendo la suspensión de las distribuciones generales de alimentos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el norte de Yemen, ha exacerbado una situación que ya de por sí era grave.

Al mismo tiempo, el acceso de la población a la atención médica se ve drásticamente limitado por la falta de centros de atención primaria funcionales y el elevado costo del transporte. Esto afecta al acceso de las mujeres embarazadas a la atención prenatal y posnatal y, en consecuencia, no se detectan los primeros signos de desnutrición.

Además, muchas mujeres yemeníes desconocen que la lactancia materna puede reducir el riesgo de desnutrición de sus hijos y las complicaciones asociadas.

“Para abordar el problema de la desnutrición de madres y niños en Yemen, es fundamental cubrir las críticas carencias de los programas de nutrición y asistencia alimentaria”, asevera el Dr. Pato. “En vista de las dramáticas deficiencias en la financiación de los donantes que estamos viendo en Yemen, es esencial que se aplique un enfoque selectivo, centrado en los grupos más vulnerables, concretamente los niños menores de 5 años, las mujeres embarazadas y las madres recientes. También es muy necesario aumentar la conciencientización sobre la importancia de la lactancia materna. Esto ayudará a reducir el riesgo de desnutrición y las complicaciones asociadas a ella”.

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