Mentes destrozadas por la guerra en Ucrania

El bombardeo constante de las zonas de primera línea en el este, sur y noreste de Ucrania, donde trabajan los médicos estatales, y el enorme dolor de los pacientes pasan factura a la salud mental de los trabajadores sanitarios. A esto se suman los problemas y experiencias personales que también afectan su estado psicológico.  

Anna Svesova, directora del hospital en Trostianets, Ucrania, caminando junto a un integrante de MSF (hombre) por un pasillo del recinto.
Anna Svesova, directora del hospital en Trostianets, Ucrania, cercano a la frontera con Rusia. © Nuria Lopez Torres

Una mujer de cabello corto gris y uniforme médico azul marino, muestra una habitación subterránea con paredes beige cubiertas de tubos paralelos y cables conectados a una pequeña lámpara colgante. Aunque la luz no es muy brillante, está presente. La sala está equipada con una camilla de exploración, equipamiento médico y medicamentos. Si es necesario, aquí se puede proporcionar atención médica e incluso es posible dar a luz a bebés. 

Las pacientes dieron a luz aquí mientras la ciudad estaba ocupada por las tropas rusas de febrero a marzo de 2022, dice Anna Svesova. Es directora del hospital del Ministerio de Salud en Trostianets, región de Sumy, en el noreste de Ucrania, cerca de la frontera con Rusia. 

Cuando la guerra se intensificó en Ucrania, la ciudad fue una de las primeras en ser ocupada. Anna nos da un recorrido del laberinto subterráneo del que forma parte esta sala. Durante casi dos meses, la mayoría de los departamentos del hospital estuvieron en estas catacumbas. Luego el edificio sufrió graves daños.  

“Había agujeros de disparos que atravesaron todo el edificio. Se podía ver el cielo a través de ellos…”, cuenta el director del hospital, y añade: “Fue muy duro. Pero sobrevivimos”. 

Después de que Trostianets regresara al control ucraniano, Médicos Sin Fronteras (MSF) ayudamos a renovar el edificio del hospital en 2023. Sin embargo, esta primavera, el bombardeo de la región de Sumy aumentó significativamente y la explosión de un proyectil cercano volvió a dañar el hospital. El centro médico perdió 184 ventanas, pero los siete departamentos estaban funcionando las 24 horas del día cuatro días después del ataque. 

Anna Svesova, una mujer con cabello corto y gris, vestida con ropa quirúrgica azul rey, en medio de un quirófano poco iluminado .
Anna Svesova, directora del hospital en Trostianets. © Nuria Lopez Torres

 

El bombardeo constante de las zonas de primera línea en el este, sur y noreste de Ucrania, donde trabajan los médicos estatales, y el enorme dolor de los pacientes pasan factura a la salud mental de las y los trabajadores sanitarios. A esto se suman los problemas y experiencias personales que también afectan su estado psicológico.  

El programa de salud mental que tenemos en MSF, un componente clave de la respuesta en Ucrania, ha ayudado al personal del hospital de Trostianets a afrontar los horrores de la guerra. Un grupo de psicólogos y psicólogas realizó sesiones no sólo para pacientes, sino también para el persona médico del Ministerio de Salud.

Estas actividades también se realizan en otras regiones de Ucrania cercanas a la línea del frente, como en Donetsk y Jarkiv, donde las y los médicos del Ministerio de Salud trabajan constantemente en situaciones de emergencia, incluso cuando se atienden víctimas en masa en instalaciones médicas después de bombardeos con misiles. 

“En la primera fase de la guerra, el personal médico y de psicología estatal trabajaban hasta el agotamiento. Nadie pensaba en cuidar de sí mismos y de su salud mental, por lo que la gente estaba exhausta. Por eso desde Médicos Sin Fronteras lanzamos un proyecto para brindar apoyo psicológico a personal médico, para garantizar la atención de los cuidadores en los hospitales que apoyamos”, explica Alisa Kushnirova, supervisora de un equipo de psicólogos y psicólogas de MSF que trabaja en las regiones de Kherson, Mykolaiv y Kirovohrad.

Para el persona médico, nuestros equipos de salud mental realizaron sesiones grupales e individuales para ayudarles a desarrollar mecanismos de recuperación y descanso, resolver inquietudes personales y, lo más importante, aprender a no reprimir sus emociones. Y debido a que durante la guerra, el personal médico trabaja con personas que han experimentado ocupación, desplazamiento, lesiones, violencia y pérdida de hogares y seres queridos, incluso como resultado de los ataques con misiles que causan víctimas masivas, esas emociones se acumulan excesivamente. 

“La psique es como una esponja: absorbe toda la información de los pacientes, pero no puede procesarla ni exprimirla por sí sola, así que si quieres llorar y gritar, tienes que hacerlo. Esto puede percibirse como una debilidad, pero la capacidad de reconocer y liberar tales emociones es una gran fortaleza”, afirma Alisa Kushnirova. 

En toda Ucrania, los psicólogos de MSF brindan apoyo psicológico adaptado a las necesidades de sus pacientes. Solo en 2022 y 2023, brindamos 26,324 consultas individuales de salud mental. Parte de ellas se realizaron en clínicas móviles para personas en las zonas recuperadas por el ejército ucraniano y en pequeñas aldeas cercanas a las hostilidades en las regiones de Kherson, Donetsk, Mykolaiv y Jarkiv. 

A veces las personas no ven su salud mental como una prioridad cuando se satisfacen sus necesidades básicas de agua potable, alimentos, atención médica y servicios públicos. A menudo no hay instalaciones médicas en estas zonas porque han sido destruidas y no hay personal médico.  

La población de edad avanzada de estas regiones se ve especialmente afectada, ya que a menudo no podían abandonar las zonas debido a problemas de movilidad. La preocupación constante puede provocar el agravamiento de problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares e insomnio. 

En las clínicas móviles, nuestro personal de psicología suele explicar a sus pacientes la importancia de la salud mental y el impacto que tiene en la calidad de sus vidas. Aconsejan a sus pacientes sobre cómo mejorar la calidad del sueño, gestionar la ansiedad y la tensión y realizan formaciones psicoeducativas para que las comunidades conozcan cómo afrontar el estrés. Las técnicas básicas y el apoyo a la salud mental pueden ayudar a prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares y trastornos mentales. 

En muchos casos, los ejercicios básicos recomendados por los especialistas durante las sesiones de psicoeducación grupal y las consultas individuales ayudan a estabilizar el estado emocional de las y los pacientes. Sin embargo, hay casos más complejos que requieren un trabajo a largo plazo.  

Por ejemplo, nuestros equipos brindaron apoyo psicológico a las personas sobrevivientes de un ataque con misiles contra una cafetería en la aldea de Hroza, en el óblast de Jarkiv, en el este de Ucrania, a principios de octubre de 2023. A causa del bombardeo cada una de las 15 familias que vivían en este pueblo de 330 habitantes experimentó la pérdida de un ser querido, según las autoridades y la ONU.1  

“Después de que las personas heridas a causa de este ataque fueran llevadas al hospital, nuestro personal trabajó con ellas. Había seis personas con heridas graves: algunas en la cabeza, causando problemas en la actividad cerebral y del habla. Todos perdieron a sus familias. Algunos perdieron a uno, algunos perdieron a dos, otros perdieron hasta 15 familiares”, explica Victoria Lepekha, supervisora de salud mental de MSF.

“Ha sido un trabajo psicológico minucioso con personas que están pasando por un duelo agudo. Todas necesitan apoyo: escucharlas, simpatizar con ellas, tomarles de la mano, incluso llorar con ellas. También hay un trabajo con la culpa del sobreviviente. Es una búsqueda de apoyo: cómo seguir viviendo y en qué confiar ahora”, concluye. 

El apoyo a largo plazo es crucial para la recuperación exitosa de los pacientes que experimentan duelo y pérdida. En la región de Jarkiv, por ejemplo, desde MSF brindamos asesoramiento grupal a mujeres que habían perdido a sus maridos e hijos en el frente. Este grupo de siete mujeres se ha reunido al menos diez veces desde agosto de 2023 para discutir sus experiencias y su dolor y compartir sus pensamientos sobre la guerra. 

Una mujer de mediana edad, rubia y de tez clara, en medio de una habitación ampliamente iluminada y rodeada de plantas.
Natalia Rukhova, de 56 años, de Pervomaiski, Ucrania. © Nuria Lopez Torres

 

Una de ellas es Natalia Rukhova, de 56 años, originaria de Pervomaiske. Perdió a su hijo en la guerra. Mientras comparte sus sentimientos durante la sesión, comienza a llorar. “Nadie sabe cuándo terminará la guerra y cuánto tiempo tendremos que esperar. Me temo que cuando termine, la situación será terrible y el estado psicológico de las personas jóvenes y mayores será terrible. Las personas han perdido un mucho y ahora no tienen nada. No sé cómo vamos a soportarlo”, explica.

Sin un enfoque estratégico de la salud mental en Ucrania, estos temores de no poder hacer frente al impacto de la guerra pueden representar una gran carga para las personas, según nuestro personal de psicología. Un estado mental inestable no sólo provoca dolor emocional sino que también afecta la salud física a cualquier edad.  

Las personas mayores tienen más probabilidades de sufrir insomnio y enfermedades cardiovasculares, mientras que las personas jóvenes y de mediana edad tienen más probabilidades de experimentar dolores de cabeza, problemas hormonales y perder sus periodos menstruales.  

La guerra tiene un impacto negativo en las capacidades cognitivas de los niños y las niñas: los retrasos en el desarrollo, los problemas del habla, las pesadillas y la enuresis (mojar la cama) se vuelven comunes. Algunos pacientes desarrollan trastorno de estrés postraumático (TEPT) y algunos incluso pensamientos suicidas. 

Entre las personas afectadas por las hostilidades, la disposición a buscar ayuda psicológica es mucho mayor ahora que al comienzo de la guerra en 2014. Antes de la invasión a gran escala, consultar a un(a) psicólogo(a) no era algo habitual o no estaba disponible para muchas personas en Ucrania.  

En los últimos dos años, desde Médicos Sin Fronteras hemos contribuido a ampliar la conciencia sobre la importancia de buscar apoyo en salud mental y hemos hecho que los servicios estén más disponibles para quienes han encontrado en estos programas una fuente de alivio, incluidos niños, niñas adolescentes, sus padres, madres, y personas mayores que a menudo se enfrentan a la primer consulta psicológica de sus vidas. 

Gracias al trabajo de promoción de organizaciones internacionales, locales y gubernamentales, las actitudes hacia la salud mental en Ucrania están cambiando. Hay menos estigma y más personas están dispuestas a compartir sus experiencias y emociones y liberarse de las tensiones. 

“Se comprende que esto es necesario y ayuda”, dice la psicóloga Inna Suzova.

  

 

Desde el inicio de la guerra a gran escala, el apoyo en salud mental ha sido y sigue siendo un componente clave de la respuesta que MSF desarrollamos en Ucrania. Los equipos de nuestras clínicas móviles brindan atención médica primaria, así como asesoramiento sobre salud mental y psicoeducación.  

Nuestro equipo brinda capacitación en atención secundaria de salud, incluida atención psiquiátrica, atención de víctimas en masa y salud mental para el personal médico. En Vinnytsia, Médicos Sin Ofrecemso psicoterapia y servicios médicos a personas con síntomas de trastorno de estrés postraumático relacionados con la guerra. En Cherkasy, el componente de salud mental forma parte de un proyecto de fisioterapia para pacientes heridos de guerra. 

 

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