Miles de sursudaneses regresan a su país desde Sudán en un estado de salud alarmante

Los centros de MSF en Sudán del Sur están experimentando aumentos significativos del sarampión y la desnutrición, especialmente entre los niños
Chuol Hoth, oficial clínico de MSF, examina a un niño en la clínica móvil de MSF en el centro de tránsito de Bulukat, Malakal. © Gale Julius Dada/MSF

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) solicitamos a las organizaciones humanitarias y a la comunidad internacional que intensifiquen urgentemente su nivel de respuesta para aliviar las dificultades a las que se enfrentan las personas retornadas que han huido de Sudán para buscar refugio en el estado de Alto Nilo, en Sudán del Sur.

En las últimas semanas,  miles de sursudaneses que estaban viviendo en Sudán, en su mayoría refugiados, han llegado enfermos y agotados al centro de tránsito de Bulukat, tras casi 72 horas de viaje en barcas desde Renk. El centro de tránsito acoge en estos momentos a unas 5,000 personas. Carecen de alimentos, refugio o servicios sanitarios suficientes. Además, muchas tienen que alojarse en tiendas de campaña provisionales o quedarse directamente a la intemperie, en plena temporada de lluvias.

“En nuestros centros sanitarios de Malakal estamos registrando un alarmante aumento de casos de sarampión y de desnutrición, especialmente entre los niños y niñas. La tasa de mortalidad que estamos viendo es extremadamente alta. Los pacientes llegan tan tarde y tan enfermos que a veces los equipos médicos no pueden hacer nada por salvarles la vida. Es necesario que se amplíe inmediatamente la respuesta médica y humanitaria desde los puntos de entrada de la población en Sudán del Sur hasta los lugares donde ellos elijan ser reubicados”, afirma Luz Linares, coordinadora general de MSF en Sudán del Sur.

Del total de 245,000 personas que han entrado en Sudán del Sur en busca de refugio desde abril, unas 198,000 han cruzado por Renk, en el noreste del país, según Naciones Unidas. Alrededor del 50% de ellos han expresado su intención de quedarse en el Alto Nilo, una zona ya muy afectada por el conflicto y la falta de servicios sanitarios.

Tras días de peligroso viaje, las personas retornadas suelen llegar a la frontera extremadamente exhaustas y sin dinero para seguir viajando o para sobrevivir. Por ello, dependen totalmente de la ayuda humanitaria que puedan recibir. La falta de comida es el problema más acuciante en estos momentos.

A los retornados sólo se les entregan 14 dólares para que compren comida para una semana. Es una cantidad que resulta insuficiente para hacer frente a los elevados precios de los productos alimenticios. Además, la mayoría de las personas acaban esperando en el centro de tránsito. Pasan allí varias semanas, a veces meses, y no reciben ayuda adicional para comprar otros alimentos o productos básicos de subsistencia.

“Necesitamos un lugar donde cobijarnos y unas condiciones de vida aceptables. Aquí no tenemos comida. No tenemos jabón. También necesitamos mosquiteras”, explica Akuch Deng, de 23 años, que ha viajado desde Sudán con sus dos hijos. “El dinero que no será suficiente para comprar en el mercado”.

El pasado mes de julio, MSF abrimos una clínica móvil en el centro de tránsito. Desde entonces atendemos allí más de 100 consultas diarias. Nuestros equipos tratan cada vez más casos de sarampión y están viendo un número alarmante de niños y niñas con desnutrición. Quienes necesitan atención hospitalaria son derivados al hospital que MSF tenemos en la ciudad de Malakal.

Los centros de MSF en Sudán del Sur están experimentando aumentos significativos del sarampión y la desnutrición, especialmente entre los niños
Un carro tirado por un burro utilizado para transportar equipaje recorre el campo de tránsito de Bulukat en Malakal. Estado del Alto Nilo, Sudán del Sur, agosto de 2023. © Gale Julius Dada/MSF

 

“Lo que he visto es realmente terrible; las condiciones de vida son muy duras. La gente no tiene lugar donde refugiarse. Cuando llueve, el agua se lo lleva todo. Hay gente que muere en las barcas que usan para llegar hasta aquí. Tampoco tienen comida suficiente”, explica Apayi Dawa, enfermera supervisora de MSF en Bulukat.

Nuestros equipos hacen todo lo posible por atender las necesidades de los miles de personas retornadas en Bulukat. Estos equipos, presentes en el lugar al que llegan todas estas personas, reciben cada día a personas exhaustas y en situación muy grave. Muchas de ellas son niñas y niños de corta edad que han viajado ya enfermos desde Renk. Como resultado, la sala de pediatría en nuestro hospital en Malakal, donde se deriva a los pacientes que lo necesitan, y cuya capacidad se ha ampliado recientemente de 70 a 121 camas, se enfrenta a una tasa de mortalidad cercana al 6 %. Esto s debe a que muchos de estos niños y niñas llegan demasiado tarde y extremadamente enfermas.

En los meses de mayo, junio y julio, se produjo un notable aumento de las admisiones en el pabellón pediátrico en comparación con abril, el mes en el que comenzaron las hostilidades en Sudán. De 114 admisiones en abril, se ha pasado a 146 admisiones en mayo, 150 admisiones en junio y 184 en julio (un 61% más que en abril). Además de un aumento significativo de las admisiones en el centro intensivo de alimentación terapéutica para pacientes con desnutrición, que pasó de tener 44 admisiones en abril a 62 en mayo, 116 en junio y 170 en julio (casi cuatro veces más que en abril).

En Renk, nuestros equipos proporcionan también servicios de atención primaria a través de dos clínicas móviles. Cuentan con instalaciones para el tratamiento de pacientes con sarampión y desnutrición y prestan apoyo a una sala de pediatría.

“Ya entramos en la estación de lluvias y podemos enfrentarnos a un gran brote de malaria si no se hace nada para proporcionar refugios adecuados a todas estas personas y distribuir mosquiteros. Además, en estas circunstancias existe el riesgo de que se produzca un brote de cólera, algo que podría ser catastrófico. Por todo ello, con el objetivo de evitar que la crisis se agrave todavía más, es necesario que las organizaciones humanitarias den un paso al frente de forma urgente”, afirma Nuru Katikomu, Coordinador de Emergencias de MSF en Bulukat.

Desde Médicos Sin Fronteras pedimos que se mejoren urgentemente las actividades de detección en Renk. Estas deberían funcionar 24 horas al día, los 7 días a la semana. Así se evitaría que aquellas personas que llegan en una situación más delicada, especialmente los menores, sean enviados a Bulukat antes de recibir atención médica. Además, hay una necesidad inmediata y urgente de ampliar la respuesta para cubrir las necesidades más básicas de todas estas personas, en particular en todo lo relacionado con la alimentación, el alojamiento, la higiene y el saneamiento

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