MSF inicia actividades de emergencia en Madagascar por la sequía y desnutrición

Exploration in Southern Madagascar

La temporada de escasez de alimentos que suele terminar en abril, es cada año más crítica en las regiones desérticas del sur de Madagascar. Tres años consecutivos de sequía han afectado gravemente las cosechas y el acceso a los alimentos, en un contexto ahora marcado por la pandemia de COVID-19, y ha provocado una caída de los empleos estacionales y de otras fuentes de ingreso vinculadas al turismo. Desde diciembre, las violentas tormentas de arena también cubrieron parte de las tierras cultivables y de los alimentos utilizados durante la época de escasez, como las frutas de los cactus. Por ello, la crisis alimentaria y nutricional crónica conocida en la isla como “kére”, golpea actualmente con más fuerza a sus habitantes.

La población en el sur del país se enfrenta a la sequía y la desnutrición. 
 
La temporada de escasez de alimentos que suele terminar en abril, es cada año más crítica en las regiones desérticas del sur de Madagascar. Tres años consecutivos de sequía han afectado gravemente las cosechas y el acceso a los alimentos, en un contexto ahora marcado por la pandemia de COVID-19, y ha provocado una caída de los empleos estacionales y de otras fuentes de ingreso vinculadas al turismo. Desde diciembre, las violentas tormentas de arena también cubrieron parte de las tierras cultivables y de los alimentos utilizados durante la época de escasez, como las frutas de los cactus. Por ello, la crisis alimentaria y nutricional crónica conocida en la isla como “kére”, golpea actualmente con más fuerza a sus habitantes. 
 
Desde la semana pasada, uno de los equipos de MSF formado por personal médico y logístico, trabaja en el distrito de Amboasary, en la región de Anosy, para evaluar la situación y las actividades que la organización podría implementar para ayudar a responder a la emergencia. Se calcula que hay unas 280,000 personas en este distrito, que es uno de los más afectados. 
 
 
 
 
La situación puede ser muy variada de una parte a otra del distrito, los pueblos están dispersos y las distancias son largas y complicadas de recorrer debido a las condiciones de los caminos y la geología de la zona. Las limitaciones logísticas representan un gran obstáculo para el despliegue de la ayuda humanitaria, tanto en lo que respecta al suministro y la entrega de equipos, como al desplazamiento de los mismos. 
 
Nuestros equipos están actualmente presentes en la comuna de Ranobe, donde realizan actividades de detección y tratamiento de la desnutrición aguda en niños, niñas, adolescentes y adultos. En Ankamena, un pueblo de la comuna de Ranobe, el centro de salud está a un día de camino. 680 personas acudieron al cribado nutricional, y 137 fueron tratadas posteriormente y llevarán un seguimiento en el marco del programa médico-nutricional de emergencia que MSF está poniendo en marcha en la región. Entre estas personas, más de una decena son niños mayores de 10 años y adultos. 
 
En la ciudad principal de Ranobe continúan los exámenes y el tratamiento de la desnutrición, y ya se ha incluido a más de un centenar de personas en el programa. La presencia de varias familias cuyos miembros padecen desnutrición grave, tanto niños como adultos, confirma la extrema precariedad de la situación. Sin embargo, todavía es demasiado pronto para establecer un cuadro más completo a nivel de la comuna. Los casos de parasitosis intestinal y de diarrea son las otras patologías que nuestro equipo ha encontrado con mayor frecuencia durante estos primeros días de la actividad. 
 
 
 
 
En Ankamena y Ranobe, las primeras cosechas no se esperan antes de finales de junio por lo menos, y tienen mal prospecto debido a la sequía y al retraso de las lluvias, así como a los riesgos relacionados con las invasiones de langostas. Mientras tanto, las reservas de alimentos que suelen consumir durante la época de escasez, como los frutos de cactus y las hojas comestibles, se están agotando, lo que hace que muchas familias no puedan encontrar alimentos y dependan de las distribuciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y del Estado. 
 
El objetivo de MSF es apoyar y ampliar la atención médica y nutricional de los niños, niñas, adolescentes y adultos que sufren desnutrición aguda en el distrito. La mejora del acceso y la calidad del agua será un área de trabajo importante. También es urgente reforzar la cobertura inmediata de las necesidades alimentarias básicas dónde son más críticas. 
 
De acuerdo al PMA y el gobierno malgache, en enero de 2021 la prevalencia de la desnutrición aguda global entre los niños menores de cinco años en las tres regiones más afectadas (Andoy, Anôsy y Atsimo Andrefana) era superior al 10 por ciento, la segunda tasa más alta de la región de África oriental y meridional.  
 
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