MSF pedimos a la Unión Europea que intensifique el control sobre las actividades de las fuerzas fronterizas

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MSF trabaja en Serbia desde 2014, brindando atención médica a personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo que viajan a Europa por la ruta de los Balcanes
Equipos médicos de MSF tratan a pacientes con heridas relacionadas con la violencia en la frontera de Serbia con Hungría y Bulgaria. ©Evgenia Chorou/MSF

Tras la reciente visita de altos funcionarios de la Unión Europea (UE) a la frontera entre Serbia y Hungría, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) pedimos a la UE un mayor escrutinio de los actos de violencia contra las personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo en las fronteras europeas.

Desde enero de 2021, los equipos médicos de MSF que trabajan en la zona fronteriza entre Serbia y Hungría han tratado a 498 personas por traumatismos (contusiones, hematomas y fracturas cerradas) que reportaron haber sido víctimas de actos de violencia a manos de las autoridades fronterizas.

MSF trabaja en Serbia desde 2014, brindando atención médica a personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo que viajan a Europa por la ruta de los Balcanes
Primer plano de una cerca de alambre de púas en un asentamiento informal en la frontera entre Serbia y Hungría en Horgos. ©MSF

 

“Las lesiones físicas que tratamos y los relatos de violencia que escuchamos de nuestros pacientes indican el continuo uso intencionado de la violencia para disuadir a las personas de buscar asilo en la UE”, explica Duccio Staderini, coordinador general de MSF en los Balcanes Occidentales.

Los pacientes que atendemos cerca de las fronteras de Serbia con Bulgaria denuncian que les han despojado de su ropa y pertenencias, han sido golpeados con porras y ramas, les han atacado con perros y han utilizado gas pimienta y gases lacrimógenos contra ellos.

Otras formas de trato inhumano y degradante denunciadas por nuestros y nuestras pacientes son la confiscación y destrucción de pertenencias personales, el confinamiento en celdas de aislamiento en la zona fronteriza y las caídas provocadas intencionadamente desde vallas y escalas.

La Comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y el recién nombrado director ejecutivo de Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) visitaron el 16 de marzo el paso fronterizo oficial entre Horgos, en Serbia, y Roszke, en Hungría, donde los violentos rechazos y expulsiones de los guardias fronterizos son habituales. En su visita, Johansson elogió el éxito del control fronterizo conjunto a la hora de frenar la “inmigración ilegal” hacia Europa.

“Representantes de la UE han decidido intencionadamente pasar por alto el uso excesivo de la violencia que presenciamos en las fronteras exteriores de la UE”, afirma Staderini. “Esta visita muestra la verdadera cara del compromiso de la UE en los Balcanes Occidentales: más financiación para la seguridad, una mayor presencia de Frontex y un aumento de los retornos y la vigilancia”.

Hace dos años, Frontex suspendió sus operaciones en el lado húngaro de la frontera con Serbia tras una sentencia judicial que dictaminó que Hungría había infringido la legislación de la UE al realizar expulsiones ilegales de migrantes llegados de Serbia. En diciembre de 2022, Frontex trasladó sus operaciones al lado serbio de la frontera como parte del proyecto de la UE de externalizar la gestión de la migración a terceros países vecinos.

Nuestros equipos trabajan en Serbia desde 2014, brindando atención médica a personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo que viajan a Europa por la ruta de los Balcanes. En enero de 2021, los equipos de MSF comenzaron a trabajar en la región fronteriza entre el norte de Serbia y Hungría, y hace dos meses, desde MSF abrimos un proyecto de emergencia en la región fronteriza entre el sur de Serbia y Bulgaria.

MSF trabaja en Serbia desde 2014, brindando atención médica a personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo que viajan a Europa por la ruta de los Balcanes
Personas a la espera de una consulta médica en la clínica móvil de MSF en Pirot, en la región fronteriza del sur de Serbia y Bulgaria. ©Evgenia Chorou/MSF

 

Cruzar la frontera de Bulgaria a Serbia supone un camino a pie de entre tres y cuatro días por pistas de montaña. Las personas que hacen este viaje a menudo carecen de alimentos, agua y refugio y se enfrentan a duras condiciones climáticas. En febrero, dos personas, una de ellas un niño, murieron de frío en esta ruta. En lo que llevamos de año, los equipos de MSF en Pirot, en el lado serbio de la frontera con Bulgaria, han atendido a 1,944 personas. Muchas de ellas han sido tratadas por congelaciones, heridas infectadas, fiebre, lesiones cutáneas, ampollas y signos generales de agotamiento físico.

Médicos Sin Fronteras hemos denunciado amplia y reiteradamente las prácticas violentas perpetradas contra las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes en las fronteras europeas desde 2014.

“Los Estados miembros de la UE siguen priorizando la protección de las fronteras sobre la protección y el bienestar de las personas”, denuncia Staderini. “Esto debe terminar”.

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