MSF reduce sus actividades de respuesta a la emergencia contra la COVID-19 en Tegucigalpa , Honduras

Ante la reducción en el número de hospitalizaciones y muertes por la pandemia de COVID-19 en la capital hondureña, MSF retiramos nuestro servicio de ambulancias y de promoción de salud comunitaria. Las actividades de atención psicológica a través de llamadas y visitas, así como la atención médica vía telemedicina se mantendrán provisionalmente.

Ante la reducción en el número de hospitalizaciones y muertes por la pandemia de COVID-19 en la capital hondureña, MSF retiramos nuestro servicio de ambulancias y de promoción de salud comunitaria. Las actividades de atención psicológica a través de llamadas y visitas, así como la atención médica vía telemedicina se mantendrán provisionalmente. 
 
La pandemia de la COVID-19 ha dejado en Honduras cerca de 370 mil personas infectadas y más de 10 mil muertes. En medio del aumento de los contagios, la saturación hospitalaria y la limitada estructura para el traslado de pacientes, Médicos Sin Fronteras (MSF) realizó una intervención a finales de 2020 en Tegucigalpa para apoyar a la Secretaría de Salud en la respuesta a la emergencia sanitaria. 

En febrero de 2021, debido al incremento de casos y la saturación hospitalaria el equipo de psicólogos, promoción de salud, trabajo social y enfermeras de MSF en Tegucigalpa trabajó en una intervención de COVID-19 que tuvo tres componentes. El primero de estos consistió en el servicio de ambulancias para reducir el tiempo de espera de los pacientes que requerían ser trasladados de un centro de triaje a las emergencias hospitalarias.  
 
De abril a octubre del presente año se realizaron 3,605 traslados de pacientes desde cinco centros de triaje hasta los cuatro hospitales con salas de emergencia COVID-19. Se estima que al día se realizaban más de 25 traslados al día, donde hubo algunos picos de 50 movimientos diarios, esto significó que el 72% de los traslados de pacientes COVID-19 fueron realizados por las ambulancias de MSF. 
 
“Se logró fortalecer los servicios de respuesta extra-hospitalarios frente a la COVID-19, ya que por medio de nuestras ambulancias se redujeron significativamente los tiempos de espera para trasladar a un paciente. Adicionalmente a esto, se facilitó un soporte de terapia con oxígeno durante los traslados por medio de enfermeras profesionales, esto facilitó tener un porcentaje de cero pacientes fallecidos durante un traslado”, comenta Edgard Boquín, Coordinador Adjunto del proyecto MSF en Tegucigalpa. 
 
Las otras dos actividades consistieron en fortalecer el acompañamiento psicosocial de los pacientes en salas COVID-19, donde se distribuyeron 1,191 kits de apoyo psicoemocional. Adicional a esto, se atendieron un total de 524 pacientes por medio de teleconsejería psicológica a los cuales se les facilitaron 1,101 consultas de seguimiento.  Por otro lado, se trabajó con el enfoque comunitario de promoción de salud logrando alcanzar a 11,004 personas, y atenciones de telemedicina dando soporte a un total de 3,508 personas. 
 
En las últimas semanas se ha visto un descenso en el impacto de la pandemia en Honduras. La reducción en el número de pacientes en las unidades de cuidados intensivos ha permitido el cierre de varias salas COVID-19 en Tegucigalpa. Por esa razón, MSF reducirá sus actividades de respuesta a la emergencia. A partir del 16 de noviembre se retiró el servicio de las tres ambulancias, y se finalizaron las actividades comunitarias de promoción de la salud. 
 
Dado el impacto de la pandemia en la salud mental, y la escasa oferta institucional para atender estas necesidades, las actividades de atención psicológica a través de llamadas y visitas, así como la atención médica vía telemedicina se mantuvieron durante el mes de noviembre. Durante la intervención, el equipo de MSF ha realizado 1,625 sesiones de tele consultas en salud mental. Los diagnósticos más frecuentes en los pacientes atendidos fueron reacciones por estrés agudo, sentimiento de pérdida o duelo, depresión y síntomas de estrés post traumático.  
 
“Se evidenció de forma progresiva un deterioro en la salud emocional y mental de la población, para la mayoría esto significó un cambio importante que influyó directamente en la forma de interactuar con otras personas, incrementando los riesgos de experimentar violencia al estar en confinamiento, ruptura de sus medios de sustento económico, privación del contacto afectivo con seres queridos y un alto nivel de temor a enfermarse o morir por la COVID-19", explica Boquín 
 
La importancia de hacer llegar estos servicios concluye Boquín, “es poder disminuir el riesgo de que la población sufra secuelas a corto, mediano y largo plazo, que modifiquen significativamente su forma de vida alterando su salud emocional por lo que resta de su vida o gran parte de esta”. 
 
Además de estos servicios, MSF seguirá presente en la capital hondureña con sus proyectos de salud sexual y reproductiva, atención psicológica a pacientes sobrevivientes de violencia y violencia sexual, y atendiendo a través de clínicas móviles a personas migrantes en tránsito.  
 
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Médicos Sin Fronteras (MSF) está comprometida desde hace 46 años en brindar apoyo médico humanitario a la población hondureña. La primera intervención de MSF en Honduras fue en 1974, en el contexto del huracán Fifí. Desde entonces, hemos brindado atención de manera independiente, neutral e imparcial a la población, en respuesta a variadas crisis que han afectado al país. El mandato de MSF como organización médico-humanitaria internacional es proporcionar acceso a servicios de salud y garantizar que sea posible un paso digno a todas las personas que deciden migrar. 

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