MSF refuerza actividades en Brasil, donde la COVID-19 ha cobrado más de 500 mil vidas

Clínicas móviles de MSF en Fortaleza, Brasil, 2021 - COVID-19
Un equipo de MSF visitando la casa de una paciente en el territorio Grande Bom Jardim de Fortaleza, en Brasil, días después de que dieran positivo a COVID-19 en una de las clínicas móviles de MSF. © Mariana Abdalla/MSF

A medida que avanza el segundo invierno de la pandemia, la situación de la COVID-19 en Brasil vuelve a ser profundamente preocupante, y los expertos nacionales e internacionales advierten sobre una devastadora tercera ola de la enfermedad. La respuesta sigue siendo fragmentada y descentralizada, las autoridades centrales desestimando ignorando la ciencia, la importancia de las mascarillas y el distanciamiento físico en sus mensajes de salud.

A medida que avanza el segundo invierno de la pandemia, la situación de la COVID-19 en Brasil vuelve a ser profundamente preocupante, y los expertos nacionales e internacionales advierten sobre una devastadora tercera ola de la enfermedad. La respuesta sigue siendo fragmentada y descentralizada, las autoridades centrales desestimando ignorando la ciencia, la importancia de las mascarillas y el distanciamiento físico en sus mensajes de salud.
 
Lamentablemente, la población brasileña suma ya más de 500,000 muertes por COVID-19 y la tasa de mortalidad diaria promedio por COVID-19 ha aumentado y ahora se encuentra por encima de las 2,000 personas por día por primera vez desde mayo. Asimismo, el número de casos nuevos también se ha elevado a más de 70,000 diarios. Esto no está lejos del promedio más alto de más de 77,000 alcanzado durante el pico de la segunda ola a principios de mayo.
 
“En el caso de Brasil, es difícil decir si estamos iniciando una nueva ola, porque la verdad es que nunca ha habido un descenso sustancial de casos desde el comienzo de la pandemia, dijo el especialista en enfermedades infecciosas de MSF Antonio Flores. Explica que lo que hemos visto hasta ahora son ciclos. Después de un pico, hay una caída moderada y luego una estabilización en una meseta alta, antes de que, lamentablemente, los casos comiencen a aumentar de nuevo.
 
“A lo largo de la pandemia, Brasil ha estado en peligro casi continuo de tener una aceleración de casos y muertes”, concluye. La llegada del invierno trae más complicaciones. Normalmente el clima más frío trae consigo un aumento en los casos de gripe común y otras enfermedades respiratorias. A medida que las personas se contagian con estas enfermedades en las instalaciones de salud, un sistema sanitario que ya está bajo presión debido a la COVID-19 se verá aún más afectado.
 
 
 
 
A pesar de los desafíos, a medida que el virus continúa propagándose, los equipos de MSF en todo el país están encontrando nuevas formas de ayudar a las comunidades más vulnerables en las zonas más desfavorecidas de Brasil. Los equipos tienen su base en los remotos norte y noreste del país, donde tener acceso a los servicios de salud es más difícil, debido a una serie de diversos factores.
 

Portel, Pará

En Ilha do Marajó (Isla de Marajó), MSF apoya a las autoridades de salud en la ciudad de Portel, donde, por la extrema lejanía de la comunidad y la falta de infraestructura, como las carreteras, el sistema está luchando para hacer frente a la pandemia de COVID-19.
 
Los equipos de MSF han realizado capacitaciones tanto en centros de salud de nivel primario como secundario, así como en el único hospital de toda la zona, para mejorar el flujo de pacientes, los protocolos de COVID-19, los mensajes de promoción de la salud y la salud mental entre el personal de sanitario.
 
“Nuestro objetivo es llegar a las personas más vulnerables de Portel y brindarles la atención médica que necesitan y fortalecer el sistema de salud. Queremos que el personal médico y de enfermería local esté suficientemente preparado para hacer frente a una afluencia de pacientes con COVID-19 en caso de que la tercera ola golpee la zona”, dijo Juan Carlos Arteaga, coordinador del proyecto de MSF en Portel.
 
Los equipos también gestionan clínicas móviles para atender a las y los pacientes en las áreas más remotas de la región. Proporcionarán pruebas de antígeno para COVID-19, servicios de atención médica primaria, seguimiento de pacientes recuperados de COVID-19, servicios de salud mental y continuarán las actividades de promoción de la salud en la zona.
 
 
 

Fortaleza, Ceará

En la capital del estado de Ceará, el personal de MSF trabaja en las comunidades de José Walter y Grande Bom Jardim, donde la comunidad lucha por obtener la atención médica que necesita.
 
“En estas comunidades, acceder a la atención médica es notoriamente difícil”, dice Daniela Cerqueira Batista, coordinadora del proyecto de MSF en Fortaleza. "Estamos en constante comunicación con los líderes comunitarios y ellos están muy contentos de que les brindemos los servicios que realmente necesitan”.
 
Las dos clínicas móviles de MSF brindan atención médica cerca de las casas de las personas y tienen como objetivo aumentar el número de servicios de alta calidad para la comunidad. Al igual que en Portel, todos los días los equipos realizan pruebas rápidas de antígenos para COVID-19, seguimiento domiciliario de pacientes con COVID-19 y comorbilidades, servicios de salud mental, apoyan el programa de registro de vacunación COVID-19 y realizan actividades de promoción de la salud.
 
El equipo también está preparando una respuesta médica integral en el estado de Paraíba.
 

Bahía

Los equipos de MSF trabajan en las ciudades de Cocos, Xique-Xique y Riachão das Neves, mientras monitorean de cerca la situación de la COVID-19 en otros municipios. Con un equipo capacitado y experimentado, están apoyando a los centros de salud de la secretaría municipal de salud para que estén preparados para la esperada tercera ola. El personal médico de MSF realiza capacitaciones para mejorar los protocolos de COVID-19 y los flujos de pacientes, junto con los servicios de salud mental para el personal que trabaja en esas unidades. Como en otras áreas del país, la COVID-19 ha cobrado un terrible precio en la salud mental de quienes atienden a los pacientes gravemente afectados y enfrentan cantidades increíbles de muertes.
 
Para desarrollar la capacidad en la lucha contra la COVID-19, MSF está implementando una política de pruebas descentralizadas con pruebas rápidas de antígenos y seguimiento domiciliario de pacientes de alto riesgo para facilitar el inicio rápido de la oxigenoterapia. 
 
“Queremos empoderar al sistema de salud local, para que puedan brindar a las y los pacientes la mejor calidad de atención posible”, explica Fabio Biolchini, jefe de misión de MSF en Brasil. "También estamos apoyando a las autoridades locales para que envíen mensajes precisos de promoción de la salud a las comunidades, utilizando la ciencia para explicar cómo pueden cuidarse mejor y evitar la gran cantidad de información errónea que hay en la comunidad".
 
Mientras tanto, el camino de la pandemia sigue siendo incierto en Brasil debido a la falta de una respuesta centralizada y coordinada que ha comprometido claramente los esfuerzos para combatir la enfermedad. “Esta falta de coordinación y acciones estratégicas de las autoridades se refleja en la ausencia de un control sostenido de la epidemia. El virus siempre ha estado circulando libremente”, dijo Antonio Flores.
 
 
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