MSF solicita a Gavi que revise su mecanismo global y demande a las farmacéuticas que vendan las vacunas contra la COVID-19 a precio de costo

Solicitamos a Gavi que revise su mecanismo global. Una pandemia no debe dar pie a obtener beneficios: se debe anteponer salvar vidas a cualquier beneficio o especulación. Urge un compromiso total. Los medicamentos no deberían ser un lujo. Nunca.

La Junta de Gavi, la Alianza de las Vacunas, se reunirá el 24 y 25 de junio. La prioridad de la agenda es una discusión sobre la implementación del COVAX (también conocido como Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19), un nuevo mecanismo que Gavi ha implementado para pagar a las empresas farmacéuticas por adelantado por posibles futuras vacunas contra la COVID-19.

El mecanismo ha sido diseñado en gran medida a puerta cerrada, con participaciones extremadamente limitadas de la sociedad civil o proveedores de tratamiento como Médicos Sin Fronteras (MSF).

En su primera propuesta para asegurar un determinado volumen de vacunas, Gavi aseguró que se pediría a los fabricantes que se comprometieran a ser transparentes con respecto a los costos de producción, y que Gavi apuntaría a establecer un precio basado en el costo de producción con un aumento marginal. Sin embargo, en la versión más reciente de la nota de orientación técnica de la implementación del COVAX, existen muy pocos requisitos que obliguen a las corporaciones farmacéuticas a ser transparentes.

Además, Gavi ahora ha introducido un alarmante sistema de acceso a futuras vacunas contra la COVID-19 (compradas a través del mecanismo COVAX) de dos niveles, basándose en la situación económica de los países. Resulta preocupante que Gavi solo requiera que los países financiados a través de la asistencia de donantes cumplan con el marco de asignación equitativa global desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que garantiza que las poblaciones más vulnerables tengan prioridad.

Sin embargo, los países autofinanciados no están obligados a adherirse al marco de asignación equitativa global y, por lo tanto, parece que no están obligados a adherirse a este marco y, por lo tanto, parece que pueden usar sus dosis asignadas del mecanismo como lo consideren conveniente. Este sistema propuesto de dos niveles está lejos de ser la solución global equitativa que el mundo necesita.

El COVAX incluye un Compromiso de Mercado Avanzado (AMC, por sus siglas en inglés), que se basa en un AMC previo lanzado en 2009 para pagar las vacunas contra la neumonía en los países en desarrollo. Ese AMC, que involucró un pago subsidiado de $1.5 mil millones de dólares a dos corporaciones farmacéuticas multinacionales (Pfizer y GlaxoSmithKline (GSK)) durante un período de 10 años, presentó varias fallas. Pfizer y GSK ya estaban cosechando miles de millones de dólares en ventas por la vacuna contra la neumonía a nivel mundial. MSF ha instado a Gavi y a sus gobiernos donantes a que no repitan los errores del AMC previo, principalmente al instar a los gobiernos y Gavi a exigir que las farmacias vendan cualquier futura vacuna contra la COVID-19 sea vendida al costo y divulguen el costo de desarrollo y producción de estas vacunas.

MSF, junto con más de 40 organizaciones de la sociedad civil, han escrito una carta a los miembros de la Junta de Gavi y a su Secretariado antes de la reunión de la Junta, describiendo las serias preocupaciones de la sociedad civil sobre el COVAX.

Kate Elder, Responsable sobre Políticas de Vacunas para la Campaña de Acceso de MSF:

“Gavi no se está adhiriendo a su promesa original de asegurar un acceso equitativo global a vacunas asequibles, pues ahora segmenta a los países en dos niveles: los países más ricos que autofinancian sus vacunas y los países dependientes de los donantes.

Bajo el COVAX, los países más ricos no tendrán que adherirse al próximo marco global de asignación equitativa desarrollado por la OMS, que garantiza que las poblaciones más vulnerables tengan prioridad para la vacunación, mientras que los países dependientes de donantes están obligados a cumplir con el marco de la OMS. Este enfoque desigual propuesto para el COVAX no es la solución: necesitamos un sistema verdaderamente justo que asigne futuras vacunas contra la COVID-19 basadas en criterios de salud pública para todos los países; no solo para aquellos que dependen de los donantes. 

No podemos arriesgarnos a que el COVAX sea otro gran regalo a las farmacéuticas con pocos o ningún compromiso para garantizar que las futuras vacunas contra la COVID-19 sean asequibles y compartidas equitativamente con personas de todo el mundo. Dado el anterior Compromiso de Mercado Avanzado que Gavi realizó para las vacunas contra la neumonía, donde las evaluaciones independientes concluyeron que Gavi probablemente pagó demasiado por la vacuna, estamos muy preocupados. Necesitamos un negociador inteligente y un defensor de los países que no están en condiciones de patrocinar financieramente el desarrollo de una vacuna y garantizar compromisos.

Los miembros de la Junta de Gavi deben intervenir e insistir en que Gavi trabaje para mejorar este nuevo mecanismo al poner a todos los países en un campo de juego justo para el un futuro acceso y exigir que las compañías farmacéuticas de una vez por todas aclaren el costo de la producción de vacunas abriendo sus registros, para que todos podamos ver cuánto cuesta fabricar estas vacunas. Algunas corporaciones farmacéuticas se comprometen a vender futuras vacunas contra la COVID-19 a un precio "sin fines de lucro", pero con el historial de la industria farmacéutica, ¿por qué creeríamos eso cuando no hay transparencia para probarlo? Dado que los gobiernos profesan que las futuras vacunas contra la COVID-19 serán bienes públicos mundiales, necesitamos ver algunas acciones fuertes tomadas para hacer realidad estas proclamaciones. Las vacunas contra la COVID-19 deben venderse al costo; ahora no es el momento de intentar obtener ganancias a raíz de una pandemia”.