MSF traslada a pacientes que requieren atención especializada en el sureste de Venezuela

La sobrina de Diana Pulido necesitaba una transfusión urgente. Sangraba mucho, luego de una cesárea. “Un particular nos estaba cobrando 400 dólares solo para llevarnos desde Tumeremo hasta Ciudad Bolívar. En ese momento, de dónde saca uno ese dinero”, contó la mujer de 46 años.

El viaje desde el hospital José Gregorio Hernández hasta el Ruiz y Páez implicaba más de seis horas, más de 300 kilómetros de distancia. La joven tenía la hemoglobina en cinco y no podía esperar. “Supimos de la ambulancia gracias al personal de trabajo social que trabaja en el hospital. El recorrido fue terrible, la angustia de pensar que no llegaría viva lo hacía eterno. La gente de Médicos Sin Fronteras nos apoyó con el traslado en ambulancia”.

Tumeremo es una de las ciudades más pobladas del estado, también la llaman “la puerta de la sabana” porque está ubicada cerca de las llanuras más grandes de Venezuela. Una de sus principales actividades económicas está relacionada con la extracción de oro y es por esto que constantemente llega gente de otras partes del país, además de sus pobladores, para trabajar en el área. Muchas de estas personas viven en condiciones de vulnerabilidad y tienen dificultades para acceder a servicios de salud, especialmente cuando se trata de casos que requieren atención especializada.

Diana tiene cinco hijos y nueve nietos, casi todos trabajan en las minas de oro de la zona. Ahora ella se está recuperando de la malaria, pero pronto volverá a su trabajo como cocinera en una de estas minas. “La vida de mi sobrina estaba en riesgo y había que trasladarla de emergencia. El conductor y la enfermera que nos llevaron se quedaron con nosotros hasta que la trataron y estabilizaron, estuvo cinco días hospitalizada. Hoy las dos están bien y en casa, recuperadas”, cuenta Diana.

El estado Bolívar – uno de los más grandes de Venezuela– es una región con dificultades de movilidad por el mal estado de sus carreteras, las largas distancias y el difícil –además de costoso– acceso al combustible. Cuando alguien tiene una emergencia médica, lamentablemente no escapa a esta realidad. De ahí que Médicos Sin Fronteras (MSF) –trabaja en conjunto con las autoridades de salud– ofrece desde 2021 el servicio de una ambulancia dotada con equipos e insumos necesarios, para trasladar pacientes que requieren atención médica especializada que, por falta de capacidad, no pueden obtener en el Hospital José Gregorio Hernández de Tumeremo.  Los traslados se realizan a los hospitales Ruiz y Páez en Ciudad Bolívar, al Hospital Uyapar, al Hospital General Dr. Raúl Leoni, de Guaiparo y el Hospital Gervasio Vera Custodio, de Upata, ubicados dentro de un radio de aproximadamente de 328 kilómetros.

Desde hace tres años, Keivis Varela se mudó desde Caracas, la capital del país, y conduce la ambulancia en Tumeremo. En ese tiempo, es mucho lo que ha podido presenciar. “Hace meses, trasladaba a una muchacha que tenía preeclampsia. Era una situación crítica. Al final, lograron atenderla. Luego, la vi en la calle caminando con su bebé. Ella no me reconoció, pero la satisfacción que sentí le da sentido a todos los retos que nos tocan para salvarle la vida a los pacientes”, afirmó.

Sin embargo, también se ha enfrentado a otras situaciones que le han marcado. “Recuerdo uno en particular, cuando tuve que trasladar a una niña que tenía siete años, la misma edad de mi hija. Se había caído de un chinchorro y, días después, se sintió mal. Al llevarla al hospital le diagnosticaron una hemorragia interna. Había que trasladarla de emergencia desde Tumeremo a Ciudad Bolívar”. La joven comenzó a complicarse luego de dos horas de viaje. Todos los esfuerzos para intentar llegar a tiempo fueron en vano. “Sentí mucha impotencia”, confesó.  “A uno le gustaría que el tiempo pasara más rápido y que el destino estuviera más cerca. Sin embargo, esa no es la realidad. Si tuviera un corazón de plomo no estaría en este trabajo. Si uno sabe de alguien que necesita asistencia, buscamos la manera de ayudarlo”, relató, mientras manejaba la ambulancia camino al hospital.

La comunidad de Tumeremo reconoce la importancia del traslado de pacientes desde el Hospital José Gregorio Hernández. De enero hasta agosto de 2022, se han realizado 235 referencias. Este servicio, que se presta las 24 horas del día, funciona para atender diferentes emergencias: cesáreas, politraumatismos, enfermedades cardiacas y cualquiera otra afección que no pueda atenderse en ese centro de salud. Sin embargo, las emergencias obstétricas representan el principal motivo con 32 % de los traslados.

“Médicos Sin Fronteras tiene muy buena aceptación en la zona”, afirmó Junior Rodríguez, quien es oriundo de esa localidad y forma parte del equipo de conductores. “Ya conocen el trabajo que hacemos. Nos reconocen en la carretera y en los pueblos que atravesamos cuando llevamos a un paciente. La mayoría de las personas que trasladamos son conocidas, vecinos de bajos recursos. Hemos llevado a niñas y niños, bebés recién nacidos, mujeres y hombres. Ayudamos a salvarle la vida y no hay mejor pago que ese”.

Médicos Sin Fronteras ofrece soporte al Hospital José Gregorio Hernández de Tumeremo, ubicado en el estado Bolívar, al sureste de Venezuela. En colaboración con el Instituto de Salud Pública de Bolívar y de Sifontes, este proyecto de la organización ha servido para realizar trabajos de rehabilitación estructural en áreas de agua y saneamiento; prevención y control de infecciones; aprovisionamiento de insumos y medicamentos; soporte con recurso humano, así como robustecimiento de consultas médicas integrales y de salud sexual y reproductiva. Durante el primer semestre del 2022 fueron atendidos 41,997 pacientes, realizado y apoyado 51,821 consultas médicas y se sensibilizó en temas de prevención de enfermedades de transmisión sexual y planificación familiar a 32,568 personas. La organización, además, ha realizado actividades de capacitación, supervisión y aprovisionamiento para apoyar al Plan Malaria en el Municipio Sifontes: hasta el 30 de junio del 2022 se realizaron 74,987 pruebas rápidas y se dictaron charlas educativas sobre malaria a 5.808 personas de la comunidad.