Mujeres jóvenes que apoyan a otras mujeres a tomar decisiones sobre su salud

Tanatswa es una entusiasta educadora de acompañamiento entre pares de Médicos Sin Fronteras (MSF). Es una integrante central del proyecto de Salud Sexual y Reproductiva (SSR) de MSF en el suburbio de alta densidad de Mbare, en la ciudad de Harare en Zimbabue.

Tanatswa es una entusiasta educadora de acompañamiento entre pares de Médicos Sin Fronteras (MSF). Es una integrante central del proyecto de Salud Sexual y Reproductiva (SSR) de MSF en el suburbio de alta densidad de Mbare, en la ciudad de Harare en Zimbabue. 
 
Al crecer, a Tanatswa le apasionaba hacer algo significativo que cambiara las vidas de las personas en su comunidad. Creció en Mbare, uno de los suburbios más antiguos de Harare, la capital de Zimbabue. Mbare tiene altos niveles de pobreza y hacinamiento, con elevado consumo de drogas y sustancias entre adolescentes y jóvenes. Este entorno les predispone a conductas sexuales de riesgo que fomentan la propagación de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y el VIH, y amplifican la vulnerabilidad de las y los adolescentes. 
 
Las y los jóvenes (15-24 años) representan el 20% de los 15 millones de habitantes de Zimbabue. 
 
 
 
 
“Como nací y me crié en este entorno, he visto los retos que afectan especialmente a las adolescentes y mujeres jóvenes, que incluyen embarazos no planificados, matrimonios tempranos, y el abuso de drogas y sustancias. Algunas chicas se escapan de casa para quedarse en las bases de drogas, donde comercian sexo a cambio de drogas. Siempre quise cambiar y salvar la vida de mis compañeras, pero no estaba segura de cuál era la mejor manera de hacerlo", comenta Tanatswa con entusiasmo y determinación. 
 
Después de que su abuela se enterara del modelo de acompañamiento entre pares que MSF implementaba desde una clínica local en el suburbio, animó a Tanatswa a presentar una solicitud. 
 
“Cuando mi abuela me animó para que preguntara sobre el programa de acompañamiento entre pares, no estaba segura de ser elegida. Tenía 17 años en ese momento, había terminado mi nivel básico”, explicó. 
 
Tanatswa fue contratada para el programa de acompañamiento entre pares de MSF en enero de 2020. Su entusiasmo y pasión la convirtieron en una buena candidata. 
 
“La capacitación que recibí del personal de MSF me brindó toda la información necesaria sobre cómo relacionarme con la comunidad. Me dejó claro cuál era mi papel”. 
 
"La educación entre pares me abrió las puertas. Aumentó mi confianza y fomentó las habilidades de comunicación interpersonal para comprometerme y trabajar con las y los jóvenes y la comunidad en general", dice Tanatswa. 
 
Al principio, la comunidad no aceptaba a Tanatswa. Para las personas, ella era demasiado joven para brindarles una información tan importante. Sin embargo, con su compromiso e interacción con sus pares, se convirtió en el modelo a seguir de la comunidad, con la información necesaria para salvar sus vidas, facilitando el acceso a servicios gratuitos de salud sexual y reproductiva, y otra información importante sobre la atención médica. 
 
“No fue fácil al principio, pero como trabajaba con personas que ya conocía, entendieron mi trabajo. Muchas adolescentes y mujeres jóvenes se benefician de este programa. Puedo ayudarlas con la autoevaluación del VIH, las pruebas de embarazo, proporcionarles anticonceptivos de emergencia, productos básicos para el manejo de la higiene menstrual, preservativos y remitirlas a otros proveedores de servicios en función de sus necesidades. Estoy feliz de ser un recurso comunitario que apoya a las mujeres de mi comunidad”. 
 
 
 
 
A través del enfoque de acompañamiento entre pares, el proyecto de salud sexual y reproductiva ha llegado a las comunidades y garantiza el acceso a esos servicios esenciales. Las y los educadores de acompañamiento entre pares desempeñan un papel importante en la sensibilización sobre los servicios de salud sexual y reproductiva, el aumento de la aceptación de los anticonceptivos y el manejo de la higiene menstrual en las comunidades. Para colaborar eficazmente con la comunidad, MSF capacitó a educadoras de acompañamiento entre pares para trabajar con adolescentes y mujeres jóvenes y así brindar educación sobre salud sexual y reproductiva y facilitar el acceso a estos servicios. 
 
Cuando no está en la comunidad, Tanatswa pasa tiempo en el centro juvenil del proyecto en Mbare, donde tiene acceso a Wi-Fi gratuito, que le permite a ella y a otras y otros educadores de acompañamiento entre pares investigar y fortalecerse con la información que compartirán con las mujeres jóvenes de su comunidad. 
 
“Con el acceso gratuito a Wi-Fi en el Centro de Jóvenes de Matapi, logré estudiar para obtener un certificado en línea en salud sexual reproductiva para adolescentes y recibí más información sobre educación sobre ella”, concluye. 
 
“La educación de acompañamiento entre pares no debe pasarse por alto; tiene el potencial de transformar a las comunidades, desde el educador de acompañamiento entre pares hasta la persona joven a la que puede llegar”, Shinga Mawarire, enfermera mentora de MSF. 
 
 
Desde 2016, MSF ha trabajado con 143 educadores de acompañamiento entre pares de la comunidad para su proyecto de salud sexual y reproductiva en Mbare. Son personas expertas por experiencia, algunas han sido trabajadoras del sexo, padres y madres adolescentes, pacientes expertos en VIH, desertores escolares, sobrevivientes del uso de drogas y sustancias, por mencionar solo algunos. Ellas y ellos se gradúan alrededor de los 23 años para dar paso a nuevos educadores de acompañamiento entre pares. Cuando se ofrecen como voluntarios para MSF, reciben una beca para apoyar sus sueños. 
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