Myanmar: la agitación política amenaza la atención del VIH

Después de que los militares tomaron el poder del gobierno elegido democráticamente en Myanmar el 1 de febrero de 2021, el personal médico y de enfermería estuvo entre los primeros en liderar las protestas; dejando sus trabajos días después. Esto tuvo un impacto abrumador en el sistema de salud pública, incluyendo el Programa Nacional de SIDA (PNS), que brinda medicamentos, consultas y asesoramiento a más de 150,000 personas que viven con VIH.

Después de que los militares tomaron el poder del gobierno elegido democráticamente en Myanmar el 1 de febrero de 2021, el personal médico y de enfermería estuvo entre los primeros en liderar las protestas; dejando sus trabajos días después. Esto tuvo un impacto abrumador en el sistema de salud pública, incluyendo el Programa Nacional de SIDA (PNS), que brinda medicamentos, consultas y asesoramiento a más de 150,000 personas que viven con VIH. 
 

El impacto en las personas que viven con VIH 

El diagnóstico tardío o la interrupción del tratamiento son devastadores para las personas que viven con VIH. Conduce a un aumento de los niveles del virus en su sangre que debilita su sistema inmune y deja a sus cuerpos luchando para combatir infecciones oportunistas potencialmente mortales. Y si el VIH no es diagnosticado hasta que está en una etapa avanzada, se vuelve menos sensible al tratamiento. 
 
Hubo 2,929 citas perdidas en las clínicas de Médicos Sin Fronteras (MSF) entre febrero y octubre, un aumento del 89 por ciento con respecto al mismo periodo el año pasado. Es preocupante porque tenemos muchos pacientes con los que no nos podemos contactar en absoluto. En el estado de Shan nuestros trabajadores de alcance comunitario han perdido contacto con 120 personas desde febrero – un aumento del 50 por ciento cada año – y por esas personas poco es lo que podemos hacer. 
 
El riesgo no solo es para los propios pacientes. Los altos niveles del virus también aumentan la probabilidad de transmitir el VIH a otras personas. Si muchas personas no reciben su tratamiento o no pueden diagnosticar su afección y empezar la terapia antirretroviral, podríamos ver infecciones generalizadas en todas las comunidades que hacen retroceder años de progreso en la lucha contra la epidemia.  
 
Los impactos más amplios de la reciente agitación política en el sistema de salud pública de Myanmar han provocado el cierre de muchos hospitales u ofrecer solo una gama limitada de servicios mientras el personal está en huelga. Esto significa que tenemos pocas opciones para referir a nuestros pacientes con VIH cuando sus necesidades son críticas y amenazan las vidas de nuestros pacientes de mayor riesgo. 
 

Médicos Sin Fronteras trabaja para cubrir la brecha en los servicios de VIH 

Aunque se ha ido recuperando lentamente durante los últimos 10 meses, el PNS no está en condiciones para volver a aceptar a los y las pacientes de MSF en su programa. No consideraremos reiniciar la transferencia de pacientes hasta 2023 como muy pronto.  
 
Muchas instalaciones del PNS todavía ofrecen servicios muy limitados, si es que funcionan. El diagnóstico y el inicio del tratamiento para las y los nuevos pacientes se han detenido en muchos sitios. Las instalaciones más remotas solo pueden estar atendidas por una sola enfermera que puede brindar medicamentos pero no puede analizar la sangre para monitorear la carga viral o tratar a pacientes más complejos cuyo VIH se encuentra en una etapa más avanzada y más crítica. 
 
Esto ha supuesto una reversión en la estrategia de MSF para reducir la escala de las actividades relacionadas con el VIH. Ahora estamos diagnosticando y empezando el tratamiento para nuevos y nuevas pacientes en grandes cantidades por primera vez desde 2019 – registrando 399 desde que los militares tomaron el poder – y los y las pacientes del PNS han visitado las instalaciones de Médicos Sin Fronteras en Shan, Kachin y Taninthary más de 7,200 veces para continuar su atención porque las clínicas del gobierno no pueden apoyarles. 
 
 
 

La capacidad de respuesta de Médicos Sin Fronteras 

La medida en que nuestras clínicas pueden actuar para satisfacer las demandas varía. En el estado de Kachin podemos brindar reabastecimiento de medicamentos, diagnósticos y chequeos, pero el volumen de pacientes del PNS que llegan a nuestras instalaciones en el estado de Shan es muy grande, lo que limita el apoyo que podemos ofrecer.  
 
Este aumento de pacientes, junto con la interrupción de las importaciones de medicamentos, ha amenazado nuestros suministros médicos. Por meses, solo pudimos ofrecer recetas más cortas de medicamentos antirretrovirales, y ahora nos estamos quedando sin medicamentos para tratar las infecciones oportunistas entre las personas que viven con VIH, como la meningitis fúngica, y el equipo necesario para diagnosticar VIH en las infancias tempranas. Si estas existencias se agotan, podrían causar resultados fatales para los y las pacientes. 
 

Viajes desafiantes a las clínicas de VIH de Médicos Sin Fronteras 

La inestabilidad política en Myanmar ha provocado un conflicto entre el ejército de Myanmar, por un lado, y las milicias civiles a favor de la democracia y las organizaciones étnicas armadas, por el otro. Los asesinatos, bombardeos selectivos y las batallas territoriales son habituales en todo el país. 
 
Muchas personas que visitan nuestras clínicas deben viajar largos caminos, y esos viajes ahora están plagados de desafíos que pueden disuadirles de hacer el viaje. Los puestos de control intimidatorios militares y policiales, donde se registra a las personas que deben pagar “dinero del té” para pasar, están muy extendidos. Un toque de queda de 10pm a 4am da a las personas menos tiempo para llegar a la clínica y regresar a casa a tiempo, mientras que los actos esporádicos de violencia representan un riesgo para las personas que viajan por algunas rutas. 
 
 
 
 
“La carretera entre Chipwe y Myitkyina ha sido cerrada oficialmente durante meses, así que hay muchos puestos de control y pocos conductores se atreven a venir”, dice Brang Seng*, 30 años, quien fue diagnosticado con VIH en abril y tiene que realizar visitas frecuentes a la clínica de MSF cuando comienza el tratamiento. 
 
“Me preocupa que el conflicto se intensifique, lo que me impediría viajar y, luego, faltar a mi cita así que vine antes. Solo puedo venir cuando hay un taxi. No los hay todos los días”. 
 

La devastadora economía de Myanmar limita el acceso a la atención médica 

La pandemia de COVID-19, junto con la toma de poder por las fuerzas armadas de Myanmar, ha dejado la economía del país en ruinas. Muchas personas están desempleadas y la inflación vertiginosa ha elevado los costos de los artículos básicos, en particular los alimentos y la gasolina. 
 
Los trenes interurbanos asequibles no funcionan y las rutas de autobús tampoco son confiables, lo que significa que las personas tienen que usar automóviles o motocicletas privadas más costosas. Para nuestros pacientes con VIH, esto significa costos adicionales para llegar a nuestras clínicas mientras que sus bolsillos están más ajustados. 
 
Aunque pudo llegar a la clínica de Médicos Sin Fronteras en Moegaung, estado de Kachin, las experiencias del paciente con VIH, U Hla Tun*, muestran los desafíos que las personas en Myanmar han estado enfrentando desde febrero. Se gana la vida transportando lechones en su motocicleta desde donde él vive, en Karmine, para venderlos en la ciudad minera de Hpakant. Anteriormente, cada viaje le dejaba hasta 100,000 kyats (55 dólares) de ganancia. Pero con Hpakant enfrentando un apagón de internet e inseguridad debido a los combates, la demanda de ganado está bajando y no puede moverse con tanta facilidad como lo hacía antes.  
 

Los pacientes de la clínica de VIH de Médicos Sin Fronteras en Myitkyina 

 
 
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“Se volvió demasiado difícil viajar. No puedo dar la vuelta al área y vender debido a los enfrentamientos y a la COVID-19. Hay muy pocos compradores y mi negocio está casi detenido”, dice. “No hay garantía de seguridad en Hpakant, por lo que las personas ya no quieren comprar y criar cerdos” .
 
Para aquellos pacientes que no pueden llegar a nuestras clínicas debido a barreras como estas, todavía podemos proporcionarles medicamentos a través del transporte público, en el estado de Shan hemos realizado 270 entregas desde febrero. Pero esto no es una solución a largo plazo. Los y las pacientes cuyas condiciones son inestables necesitan ver a un médico, y sin esas consultas y exámenes que reciben en nuestras clínicas, no están recibiendo suficiente atención de calidad. 
 

El futuro 

Es vital que las personas que viven con VIH en Myanmar tengan acceso fiable a la atención médica. Esto significa tener un Programa Nacional de SIDA completamente funcional, y además de eso una comunidad de actores que puedan llenar las brechas. Dado que los donadores no pueden dirigir fondos a través del gobierno militar de Myanmar, lo que se consideraría un apoyo tácito, es posible que organizaciones como Médicos Sin Fronteras deban continuar interviniendo hasta que se produzca un cambio en el panorama político. Por lo tanto, la financiación continua de los servicios relacionados con el VIH en Myanmar es vital.   
 
Es necesario desmantelar todos los obstáculos para brindar atención al VIH. Asegurar que los permisos de importación siempre estén disponibles para medicamentos y otros suministros médicos es una victoria rápida, pero el conflicto y la lucha económica que impacta el acceso de nuestros pacientes a la atención médica en Myanmar tomará mucho más tiempo y trabajo para abordarlo. 
 
 
 
Por más de 20 años, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado en el primer plano en la respuesta al VIH en Myanmar, consiguiendo financiamiento vital y siendo pionero en el tratamiento antirretroviral. En 2013, éramos el mayor proveedor de antirretrovirales del país, y hemos tratado a casi 42,000 pacientes en total. Nuestro modelo innovador aseguró que los casos más complejos, particularmente aquellos con otras afecciones, incluyendo la tuberculosis, recibieran la atención de la más alta calidad.  
 
Durante los últimos cinco años, hemos estado fortaleciendo la capacidad del gobierno para atender a las personas que viven con VIH, con el objetivo final de transferir a nuestros pacientes a su Programa Nacional de SIDA (PNS) y cerrar nuestras operaciones contra VIH. Para 2021, habíamos transferido más de 26,000 personas que viven con VIH al programa del gobierno, incluyendo a nuestros pacientes en Yangon. 
 
*El nombre ha sido cambiado 
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