Negligencia en albergues de CDMX pone en riesgo a migrantes

Equipo de Médicos Sin Fronteras dentro del campamento de personas migrantes en CDMX.
Hay un aumento de personas migrantes en los campamentos informales en distintos sitios de la CDMX. © María Chavarría/MSF

La crítica situación migratoria en Ciudad de México (CDMX) se ha vuelto insostenible. Los campamentos informales se han multiplicado en varias partes de la capital ante la escasez de albergues. Aumentando la vulnerabilidad de miles de personas migrantes a afectaciones físicas y mentales derivadas de las condiciones de inseguridad, insalubridad y falta de acceso a la salud que enfrentan en las calles.

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF), como organización que trabaja con población migrante en CDMX desde agosto de 2021, comprobamos que esta situación está llegando a un límite inédito con un impacto directo en la salud y seguridad a esta población en la ciudad.  

“Definitivamente ya no es posible hablar de Ciudad de México como un santuario para la población migrante”, afirma Israel Reséndiz, gestor de actividades móviles de MSF. Hasta hace un tiempo, las personas migrantes que llegaban a la CDMX encontraban un respiro a las hostilidades del viaje por cuenta de la oferta de servicios de salud, albergue y acceso a trámites migratorios que escasean en otras partes del país.

Hoy en día es todo lo contrario. Se ven obligados a vivir en la calle, con grandes limitaciones de acceso a atención sanitaria y sin posibilidades de recibir protección.

 

Personas migrantes fuera de su tienda en un campamento informal en Ciudad de México (CDMX).
Los campamentos informales de personas migrantes en CDMX se han multiplicado en varias partes de la capital ante la escasez de albergues. © María Chavarría/MSF

 

Abandonados a su suerte 

Desde hace varios meses, en MSF hemos denunciado la escasez de espacios de albergue seguros y dignos para la población migrante en la Ciudad de México. Sin embargo, esta situación no ha hecho más que empeorar en los últimos meses. Nuestros equipos han observado cómo los intentos de las autoridades para atender la situación han resultado fallidos, como en el caso de la apertura y cierre intempestivo del albergue de Tláhuac en 2023 y de la Casa del migrante en 2024. Al mismo tiempo, los albergues de la sociedad civil se encuentran saturados y con grandes retos para su funcionamiento.  

La falta de espacios y cierres mencionados se ha traducido en una en un alza en casos de violencia sexual, cobro de suelo, extorsión, secuestro que victimizan a la población migrante. Por ejemplo, entre enero y junio 2024 detectamos 83 casos de violencia sexual. Con un alza de 80, 43% en comparación con el mismo periodo del año anterior, donde registramos 46 casos. A esto se suma el hecho de que la violencia en cualquiera de sus formas es, con distancia, el principal motivo de consulta para las personas migrantes que se acercan a las clínicas móviles de MSF: el 69% de las personas buscan atención por este motivo. 

Tan solo en el mes de julio, ante la negligencia institucional de la ciudad para atender las necesidades de la población en movimiento, han proliferado o aumentado la cantidad de personas en los campamentos informales en sitios como la Plaza de La Soledad, colonia La Merced, y El Camellón y Las vías, cerca de la Terminal de Autobuses del Norte.

En cada uno de estos tres lugares se aglutinan aproximadamente entre 800 y 1200 personas, entre las que se encuentra una gran proporción de menores de edad, mujeres embarazadas y personas con necesidades en salud. Quienes son más vulnerables a los efectos negativos de vivir bajo estas pésimas condiciones de hábitat y seguridad. Israel Reséndiz. 

 

Personal de MSF brinda atención a una mujermigrante y su bebé enuno delos campamentos informales de la Alcaldía Gustavo A. Madero, CDMX.
En MSF comprobamos que la situación de las personas en movimineto está llegando a un límite inédito con un impacto directo en su salud y seguridad. © María Chavarría/MSF

 

Expuestos a todos los riesgos 

Esta situación de abandono institucional se traduce en múltiples afectaciones para el bienestar físico y emocional de las personas migrantes. Quienes carecen de albergue se ven obligados a dormir en la calle. Lo cual los hace más propensos a sufrir enfermedades respiratorias, infecciones gastrointestinales y agrava las condiciones crónicas que podrían tener desde su lugar de origen, así como impacta negativamente su salud mental 

Las condiciones precarias de hábitat, la incertidumbre de su situación, la separación familiar, y la no atención de esta necesidad conlleva al desarrollo de trastornos tales como ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático principalmente.  Además, enfrentan una precaria situación de seguridad cuando deberían ser objeto de protección internacional. 

Esto último se ha visto agravado debido al cierre durante varias semanas de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR) en la colonia Juárez, CDMX. Tras años de ser la única instancia que tramitaba las solicitudes de asilo en la ciudad, en junio y julio esta entidad gubernamental dejó de prestar sus servicios. “Conocemos casos de personas que habían empezado su proceso de solicitud de asilo y no lo han podido continuar esta situación. Lo que tiene graves implicaciones para quienes necesitan encontrar protección y seguridad a través de esta figura”, afirma Reséndiz. 

Ante este panorama, desde Médicos Sin Fronteras llamamos a las autoridades de la Ciudad de México a que respondan adecuadamente a las necesidades de la población migrante en la ciudad.

La negligencia de las instituciones públicas se convierte en una barrera permanente para que las personas accedan a atención humanitaria, que incluye protección, albergue, los medios básicos de subsistencia y servicios de salud física y mental

 

Este texto fue publicado en Milenio

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