Noroeste de Siria: asistencia sanitaria entre los escombros en Jindires

MSF brinda asistencia sanitaria entre los escombros en Jindires
Cincuenta y cinco centros de salud en el noroeste de Siria fueron dañados por los terremotos y los servicios fueron suspendidos en 15 de ellos, incluido el centro de maternidad apoyado por MSF en el hospital Jindires en la provincia de Alepo. © Abd Almajed Alkarh

Tras 12 años de conflicto en Siria, las consecuencias de los terremotos que sacudieron parte de Siria y Turquía el 6 de febrero están llevando a las comunidades del noroeste de Siria al borde del abismo y al sistema médico a sus límites.

Cincuenta y cinco centros médicos del noroeste de Siria resultaron dañados por los sismos y los servicios siguen suspendidos en 15 de ellos, lo que limita enormemente el acceso de la población a los servicios sanitarios.

Una de las zonas más afectadas es la localidad de Jindires, en la provincia de Alepo, donde el terremoto destruyó el 60 % y causó daños al 90 % de los edificios. 

“Al conducir por las calles de Jindires, pudimos ver la destrucción masiva”, afirma Enrique García, coordinador de proyectos de MSF para el norte de Alepo. “Algunos barrios están completamente destruidos y muchos edificios están dañados, incluyendo el centro de maternidad que recibe apoyo de MSF, donde ofrecíamos ayuda para que las mujeres pudieran tener partos sin riesgos, incluidas cesáreas de urgencia y atención neonatal, en colaboración con un socio local”.

MSF brinda asistencia sanitaria entre los escombros en Jindires
Para garantizar la continuidad de los servicios esenciales, el equipo de MSF ayudó a un socio local a instalar salas de campaña junto al hospital dañado para ofrecer consultas de urgencia, pediatría y servicios de salud reproductiva, además de atender los partos normales. En este hospital de campaña se atendió a más de 1,000 pacientes. ©Abd Almajed Alkarh

 

Para garantizar la continuidad de los servicios esenciales como los de asistencia por maternidad y pediatría, se necesitan soluciones inmediatas y a corto plazo. Un equipo de MSF en Jindires ofrece una clínica móvil en un campo donde se alojan 270 familias que se quedaron sin hogar tras el sismo.

En colaboración con una organización local, el equipo de MSF también ha ayudado a instalar salas en tiendas de campaña junto al hospital, donde las mujeres embarazadas pueden dar a luz, las niñas y niños pueden acudir a consultas médicas y las mujeres, adultas y jóvenes, pueden recibir atención de salud sexual y reproductiva. Los pacientes que necesitan atención especializada son trasladados a otros hospitales.

“Toda la población de Jindires ha sido desplazada”, afirma García. “Los que no han abandonado la ciudad están viviendo en el campo o en tiendas de campaña junto a sus casas dañadas, y entre estas personas hay mujeres embarazadas y niñas y niños que requieren atención médica. En colaboración con nuestro socio local, queremos garantizar que tengan acceso a servicios sanitarios esenciales cuando los necesiten. También estamos trabajando para mejorar las condiciones de los centros sanitarios a los que ayudamos”.

En las primeras horas tras los sismos, desde MSF lanzamos una respuesta inmediata para apoyar a los hospitales y centros de salud de las provincias de Idlib y Alepo, proporcionándoles kits de emergencia, kits de traumatología, kits quirúrgicos y material médico para hacer frente a la afluencia masiva de personas herias. Seis semanas después, se necesita una respuesta más amplia y completa para poder restablecer la capacidad del sistema sanitario y garantizar la continuidad de los servicios sanitarios para la población del noroeste de Siria.

“Los centros sanitarios están desbordados y carecen de recursos suficientes”, afirma García. “El personal está trabajando en condiciones difíciles, a veces en estructuras no permanentes como tiendas de campaña, con suministros y equipos médicos insuficientes para cubrir las necesidades de la gente. Hay una necesidad urgente de apoyo adicional para ayudar a restaurar el sistema sanitario en el noroeste de Siria y garantizar la prestación de asistencia sanitaria oportuna y sostenible a la población”.

MSF brinda asistencia sanitaria entre los escombros en Jindires
El campo se creó para acoger a 270 familias que se quedaron sin hogar tras los terremotos. MSF gestiona una clínica móvil en el campo para ofrecer servicios sanitarios esenciales a la población desplazada. ©Abd Almajed Alkarh

 

Antes de los terremotos, el sistema sanitario del noroeste de Siria ya estaba muy deteriorado debido a los 12 años de guerra.  La gran escasez de personal médico a menudo obliga a los hospitales a compartir personal para poder seguir funcionando. La mayoría de los centros sanitarios sufren escasez periódica de medicamentos esenciales y suministros médicos.

A pesar de las difíciles condiciones, el personal sanitario de Jindires trabaja día y noche para responder a las necesidades médicas de la población.

“Quedé maravillado de ver la fortaleza y la generosidad del personal que conocí”, comenta García. “Vi a una partera, que se había quedado sin hogar por el terremoto y vivía en el campo, recibir a pacientes en su tienda. Vi a una farmacéutica llevar a su bebé consigo al trabajo en el centro sanitario porque aún estaba amamantando. Y conocí a muchas otras personas que han estado trabajando incansablemente desde el primer día, a pesar de haberse visto afectadas, ellas mismas, por los terremotos”. 

Los equipos de MSF en Jindires y en otras zonas afectadas de las provincias de Alepo e Idlib están preparando su respuesta para adaptarse a las necesidades de la población. En Jindires, una de sus principales prioridades será ayudar a construir un nuevo centro de maternidad que sustituya al que quedó destruido y proporcione un espacio seguro y cómodo donde las mujeres puedan dar a luz.

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