Nos preocupan los impactos en la salud mental en la infancia y adolescencia migrante

MSF ha identificado un aumento de menores dentro de los flujos migratorios que atraviesan Guatemala
MSF ha identificado un aumento de menores dentro de los flujos migratorios que atraviesan Guatemala. © MSF

En Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos identificado un aumento de niños, niñas y adolescentes dentro de los flujos migratorios que atraviesan Guatemala. Durante el trayecto, estas poblaciones se ven expuestas a riesgos vitales, amenazas de separación familiar y diferentes tipos de violencia, incluyendo violencia sexual.  

En los lugares donde brindamos consultas de salud primaria, salud mental y otros servicios humanitarios a personas migrantes, hemos identificado las graves afectaciones que esta situación está teniendo sobre el bienestar físico y emocional de los menores de edad en movimiento. 

Yoskeime, una adolescente venezolana de 16 años que emprendió el viaje junto a sus padres y sus hermanos, en su paso para ser atendida por MSF ha dicho que son preocupantes las condiciones por las que han tenido que pasar. El viaje no ha sido fácil, nos ha tocado dormir en la calle, junto con mis dos hermanitos”.

En el recorrido también ha apoyado a sus padres en el cuidado de sus hermanos, uno de 6 años y el bebé de tan solo 5 meses, asumiendo así una responsabilidad que va más allá de su edad, adoptando un rol de persona adulta prematura.  

Dichas vivencias generan síntomas que afectan su salud y bienestar. Entre enero y junio de 2023, los equipos de MSF han brindado 4,202 consultas individuales de salud física y 241 consultas de salud mental a personas migrantes que transitan por la terminal de Tecún Umán. De este total, 48 consultas han sido brindadas a personas menores de 18 años, representando un 19 % de la población atendida en salud mental.

MSF ha identificado un aumento de menores dentro de los flujos migratorios que atraviesan Guatemala
El equipo de MSF durante las atenciones a personas migrantes © MSF

 

También han detectado que el estrés agudo afecta al 58% de las personas atendidas. A este le siguen por diagnósticos de depresión, que se observan en un 11% de los casos, siendo la ansiedad un factor destacado, así como el aislamiento en niños, niñas y adolescentes. Tanto la niñez como las personas adultas han experimentado problemas de salud, principalmente infecciones respiratorias que afectan al 46% de los infantes menores de 5 años y al 32% de las personas adultas, seguido de enfermedades estomacales. 

La capacidad de la niñez y adolescentes para comprender y procesar estas experiencias en el trayecto varía según su edad.  Afrontar el cruce de la selva “El Darién”, que separa a Colombia de Panamá, fue un desafío para Yoskeine. Aunque había imaginado que el cruce por esta zona selvática, pantanosa, llena de peligros, violencia y rutas inseguras tomaría poco tiempo, la realidad fue muy diferente. “Nosotros duramos cuatro días en la selva y nos habían dicho que solo íbamos a estar dos días, fue muy difícil”, dijo. 

Pamela Ruíz, personal de psicología que hace parte del equipo y brinda atención de salud mental a las personas migrantes en el proyecto de MSF en Tecún Umán, afirma que el camino es bastante demandante para la adolescencia y niñez migrante. Enfrentan desafíos adicionales en su proceso de adaptación, incluyendo la falta de tiempo para jugar, descansar y aprender, así como el cambio abrupto de sus rutinas y la incertidumbre sobre su futuro”. 

Antes de migrar, Yoskeime disfrutaba de estudiar matemáticas y jugar voleibol, también tenía sueños como ser policía en su país. Ahora la incertidumbre ha prevalecido durante el trayecto, ya que sus planes se han trastocado y no sabe si podrá continuar con sus estudios. “Este tipo de cambios en la toma de decisiones en los adolescentes puede ser frecuente”, explica Ruíz, debido a que están explorando cómo orientar su vida adulta, pero además tienen que adaptarse a una realidad diferente a la de su país de origen. 

Para enfrentar todos estos desafíos, las personas en movilidad intentan fortalecer los lazos familiares y preservan los valores y tradiciones en el camino. Algunos plantean la migración a sus hijos e hijas como una experiencia diferente por la que tienen que atravesar para cumplir sus sueños.

Así lo expresó Doxibel, una madre de familia venezolana que migra hacia Estados Unidos. “El niño pequeño de 8 años y mi nieto de 6 años lo tomaron como una aventura. Ellos no miden el riesgo de muerte que uno vive en la selva. Para ellos fue como una diversión, pero para nosotros fue un trauma que hemos tratado de superar”.  

Ante ello, Pamela asegura que “la migración puede ser una fuente de esperanza, pero también expone a las personas a múltiples formas de violencia que afectan su autoestima y salud emocional. Tiene un impacto mayor para los menores de edad que están formando su personalidad y que puede tener repercusiones a largo plazo, principalmente en su salud emocional y mental en la vida adulta”. 

MSF ha identificado un aumento de menores dentro de los flujos migratorios que atraviesan Guatemala
Doxibel y su familia © MSF

 

Durante las consultas, los equipos de Médicos Sin Fronteras brindan un espacio seguro a las personas y niñez en situación de migración para que puedan hablar de sus preocupaciones. Además comparten información sobre servicios de atención a personas en movilidad y enfatizan en la importancia del autocuidado, ya que es fundamental para ayudar a las personas a gestionar el estrés y la ansiedad. Además, ofrecen técnicas de gestión emocional para aliviar el malestar.  

“El estigma hacia la salud mental y la falta de acceso a servicios de salud mental en sus lugares de origen, son desafíos clave que enfrentan las personas migrantes”, recalcó Ruíz. De igual manera es usual que la búsqueda de atención en salud mental quede rezagada ante otras inquietudes más urgentes.

Aunque las personas en movilidad tienen una enorme preocupación por atender sus necesidades básicas, las afectaciones en salud mental no son fáciles de identificar y en muchos casos pasan desapercibidas, tanto para ellas mismas, como por el personal de salud que no cuenta con la capacitación e información adecuada para hacerlo.  

En vista de esta situación, MSF realiza periódicamente campañas internacionales adaptadas a los proyectos de cada país, para promover la apertura a hablar sobre salud mental de manera transparente, eliminando los estigmas que le rodean.

La salud mental es una de las áreas prioritarias de trabajo durante las crisis humanitarias y se ha integrado en todos los proyectos de atención, ofreciendo consultas psicológicas individuales y sesiones grupales de apoyo. Además, para nosotros en MSF es fundamental insistir en la importancia de tratar a las personas migrantes con dignidad y respeto, para promover un ambiente más comprensivo respecto a las situaciones que afrontan durante el trayecto y en los lugares de acogida. 

MSF ha identificado un aumento de menores dentro de los flujos migratorios que atraviesan Guatemala
Un mural realizado en colaboración con las personas migrantes. © MSF

 

Médicos Sin Fronteras estamos presentes de manera intermitente en Guatemala desde 1984, desarrollando distintos proyectos regulares y de emergencias en zonas rurales y urbanas. Actualmente brindamos servicios de salud a las personas migrantes en Tecún Umán, (San Marcos) y Esquipulas (Chiquimula).

También trabajamos para fortalecer el sistema de salud para la prevención, diagnóstico temprano, tratamiento y vigilancia de la enfermedad renal crónica no tradicional en Escuintla. Según el reporte anual en el 2022 MSF realizamos 8,210 consultas externas y 1,140 consultas individuales de salud mental a nivel nacional. 

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