Nuestra oficina y farmacia destruidas en un incendio en medio de la violencia Rakhine, Myanmar

Vista de los restos de la oficina de MSF en Buthidaung tras el aumento del conflicto en la zona. © MSF

En Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos profundamente alarmados por el incendio de nuestra oficina y farmacia en Buthidaung, estado de Rakhine, Myanmar, el 15 de abril. El incendio de la oficina y la farmacia de MSF es sólo el último golpe a lo que es una aniquilación de las opciones de atención médica disponibles para la gente en el estado de Rakhine, a quienes se les niega constantemente el acceso a la asistencia humanitaria.

Ningún miembro de nuestro personal resultó herido, pero todo el material médico y de oficina quedó destruido. Esto incluye medicamentos que salvan vidas, como los antibióticos, fundamentales en el tratamiento de enfermedades como la neumonía, que afecta principalmente a niñas y niños menores de cinco años.

La destrucción de nuestra oficina se produce en un contexto de creciente violencia en Buthidaung desde el pasado viernes. Nos llegan noticias de más de 200 casas incendiadas y de miles de personas desplazadas por la violencia. Ahora buscan refugio en una zona situada justo enfrente de donde se encontraba nuestra oficina.

En MSF estamos preocupados por el incendio a nuestra oficina y farmacia en Myanmar
Incendio en la oficina de MSF en Buthidaung. © MSF

 

Instamos a las partes en conflicto a respetar el carácter protegido de los centros de salud según sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario. Pedimos a las autoridades pertinentes que consideren la necesidad urgente de acelerar las autorizaciones para el movimiento de suministros médicos. Así como facilitar nuestra capacidad de reabastecer los suministros destruidos en nuestra oficina de Buthidaung. Y restaurar el acceso humanitario, ahora impedido en el estado desde noviembre de 2023.

Durante casi seis meses, desde Médico Sin Fronteras hemos sido testigos de violencia indiscriminada en el estado de Rakhine. De severas restricciones al acceso humanitario y una destrucción casi total del sistema de salud. Tampoco hemos podido realizar actividades médicas en el norte y centro del estado debido a una combinación de violencia. Además de la falta de autorización para viajar por parte de las autoridades. Esta autorización es necesaria para que gestionemos nuestras 25 clínicas móviles. Brindar servicios médicos esenciales a personas que viven en áreas rurales y a menudo dependen de estas clínicas para acceder a la atención médica.

El número de consultas ambulatorias mensuales que MSF brindamos a la población del estado de Rakhine se redujo de 6,684 en septiembre de 2023 a solo 81 en marzo de 2024. Estas 81 consultas se realizaron por teléfono, ya que ya no tenemos acceso directo a los pacientes.

A principios de noviembre de 2023, pudimos facilitar algunas derivaciones de emergencia para pacientes críticos que necesitaban acceso a un hospital para recibir atención especializada. Desde entonces esto se ha vuelto más difícil debido a la violencia. Hay informes de muertes, especialmente de mujeres en trabajo de parto, que no pudieron llegar a los hospitales. Nuestros equipos han registrado nueve muertes maternas o casos de muerte fetal entre noviembre de 2023 y marzo de 2024.

En MSF estamos preocupados por el incendio a nuestra oficina y farmacia en Myanmar
Incendio en la oficina de MSF en Buthidaung. © MSF

 

El 4 de febrero, una mujer rohingya embarazada y su bebé murieron. Al parecer después de obligarla a regresar al campo de Kyein Ni Pyin (ubicado en Pauktaw) porque no se le permitió la entrada en Sittwe. Es necesario entrar a Sittwe para continuar el viaje hasta el hospital general de Sittwe. La derivación de emergencias por parte de MSF es un servicio vital del que depende la población rohingya debido a las severas restricciones impuestas a su libertad de movimiento.

En marzo, los hospitales de Maungdaw y Buthidaung, en el norte de Rakhine, dejaron de funcionar. Estos dos hospitales eran a los que MSF derivabábamos a las y los pacientes en el norte de Rakhine. Su cierre significa que más de un millón de personas ahora no tienen opciones de atención médica de urgencia o avanzada, incluyendo los servicios para embarazos complicados. El cierre forzoso y selectivo de centros de salud, y el bloqueo del acceso de la población a los mismos, son inaceptables.

Todas las comunidades del estado de Rakhine se han visto afectadas negativamente por años de conflicto armado, los problemas socioeconómicos relacionados y las restricción de movimiento. Nos preocupa profundamente el bienestar de las comunidades rohingya que, debido a su falta de estatus legal y a las restricciones impuestas a su libertad de movimiento, se enfrentan a opciones inimaginables para sobrevivir.

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