Pakistán: dificultades logísticas retrasan la distribución de la ayuda

Médicos Sin Fronteras ha entregado artículos de primera necesidad a más de 8.000 familias en Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, pero queda mucho por hacer.

Médicos Sin Fronteras ha entregado artículos de primera necesidad a más de 8.000 familias en Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, pero queda mucho por hacer.

"Vine caminando hasta aquí desde Gul Bela, un pueblecito cercano. Había un grupo de personas junto a un centro de salud en mi pueblo y les oí comentar que Médicos Sin Fronteras (MSF) iba a hacer esta distribución para la comunidad de Jala Bela, en un centro en el que la organización presta apoyo a las personas desplazadas por el conflicto armado. Ni estas mujeres ni yo hemos registrado nuestros nombres, pero aún así esperamos conseguir algo, ya que nuestras casas están completamente destruidas y nuestros maridos están enfermos por beber agua en mal estado. Las inundaciones nos han dejado sin nada".

El cielo nublado de la mañana de Nazirabad, Peshawar –donde MSF está llevando a cabo otra ronda de distribución de artículos de primera necesidad– hace suponer que probablemente habrá más precipitaciones. El hijo de Farida, de cinco años de edad, tira con impaciencia del largo vestido de su madre: "Quiere saber por qué no podemos ir a casa, no sé qué decir, así que sólo le digo que vamos a algún lugar nuevo", explica.

Las inundaciones que han asolado Pakistán desde hace más de dos semanas han obligado a la población a abandonar sus hogares con tal urgencia, que pudieron salvar muy poco, algunos incluso han perdido a miembros de su familia. "El agua entró en nuestra casa por la noche y tuvimos que nadar lo más rápido posible. Llevé a mi niño sobre los hombros. Estas inundaciones me lo han quitado todo, hasta a una de mis niñas. Tragó demasiada agua y no pudo salvarse", dice Nizam Ali, quien carga sobre sus hombros una tienda de campaña, un kit de cocina y artículos de higiene. Los paquetes de ayuda están diseñados para adaptarse a distintas necesidades. Un kit tipo de MSF podría incluir ropa, jabón, cepillos de dientes, toallas, cubos y bidones para agua, lonas de plástico, mantas y tabletas de purificación de agua. Hasta el momento, MSF ha distribuido kits para más de 8.000 familias en la provincias de Khyber Pakhtunkhwa (KPK) y Baluchistán.

 

   

Además de enseñar a la población a montar las tiendas, las distribuciones también incluyen actividades de promoción de la salud para informar a la población sobre los riesgos sanitarios y, en particular, sobre el uso adecuado de las tabletas de purificación de agua. Cada kit incluye 20 comprimidos que, si se utilizan correctamente, pueden potabilizar agua para una familia de siete personas durante dos semanas.

"Durante dos semanas mi familia ha estado durmiendo a la intemperie, estoy contento de por fin poder poner una lona de plástico sobre sus cabezas. Sigo volviendo a lo que queda de nuestra casa para limpiarla o para encontrar cualquier cosa que sea útil, pero la lluvia vuelve constantemente", continúa.

A raíz de este desastre, millones de personas se encuentran ahora sin agua potable, alimentos, vivienda o medicinas. A pesar del riesgo creciente de enfermedades diarreicas como el cólera, que es endémico en algunas partes del país como la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, la ayuda sigue sin llegar lo suficientemente rápido, particularmente el agua potable. Sin embargo, no sólo la ayuda internacional satisfará esas necesidades: gracias a la solidaridad entre las comunidades afectadas y la de las organizaciones locales, una gran cantidad de ayuda ya ha llegado para cubrir algunas de las necesidades más acuciantes. Aún queda mucho por hacer.

Dos semanas después del inicio de las fuertes lluvias, los equipos de MSF que trabajan en Pakistán para asistir a los damnificados por las inundaciones se siguen enfrentando a diversos problemas logísticos. En el distrito de Swat, el agua ha destruido 16 puentes, dejando a equipos de MSF a ambos lado del valle y obligándoles a enviar los suministros en barcas y a caballo. Los equipos que trabajan en Quetta, capital de provincia de Baluchistán, luchan por abastecer a las clínicas móviles de MSF del combustible y los materiales médicos necesarios para poder dar asistencia sanitaria básica a la población.

Cuando se trata de distribuciones de artículos de primera necesidad, la prioridad es encontrar un sitio seguro y protegido. "No hemos podido encontrar un solo espacio que no fuera arrasado por el agua en Jala Bela, por lo que no pudimos llevar a cabo la distribución a la población en su propio pueblo", explica Ahmad Waqar, asistente de coordinación del proyecto que trabaja con MSF en Pakistán desde el terremoto de Cachemira en 2005. "Ésta es la tercera distribución que llevamos a cabo en el patio de esta casa en Nazirabad para las personas de pueblos cercanos como Agra. El dueño de la casa generosamente nos permitió utilizar su espacio privado para ayudar a la gente de las aldeas cercanas. Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a la gente, pero sobre todo, se están ayudando entre ellos".

La participación comunitaria es clave para que los artículos de primera necesidad lleguen a la gente que los necesita: las reuniones con los ancianos y los imanes ayudan a identificar a las familias más vulnerables y las necesidades más urgentes del pueblo. Desde los minaretes de las mezquitas y a través de megáfonos, se anuncia el sitio y la hora de la distribución para que la gente sepa a dónde ir.

"Cada distribución se hace un poco más organizada. La gente tiene sus fichas a punto y espera pacientemente de pie en la fila hasta que le llaman por su número. Nuestro objetivo aquí es distribuir kits a 585 familias, pero ojalá lo superemos y podamos ayudar a personas no registradas como estas mujeres de Gul Bela. Tenemos kits suficientes", continúa Waqar.

La distribución lleva dos horas y Farida sigue esperando de pie en la fila. Hoy, para la gente de Pakistán, la paciencia no es sólo una virtud, sino que es vital si quiere recuperarse de lo que le ha sucedido. "Hay agua buena y agua mala", explica Farida, "el agua buena es la que necesitamos hoy, la que no nos hace daño. El agua mala nos dejó sin nada. No voy a volver con las manos vacías, aunque tenga que esperar aquí todo el día”.

Además de llevar a cabo actividades médicas, los equipos de MSF continuarán centrándose en ofrecer artículos de primera necesidad y agua potable a las familias afectadas para ayudarles a recuperar unas mínimas condiciones de vida y prevenir la propagación de enfermedades.

Desde 1988, MSF presta asistencia médica a ciudadanos pakistaníes y a refugiados afganos que sufren las consecuencias de los conflictos armados, el escaso acceso a los servicios de salud y los desastres naturales en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa (KPK), Baluchistán, Cachemira y las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA).

MSF no acepta fondos de ningún gobierno para financiar su trabajo en Pakistán, que se sufraga únicamente con donaciones privadas.

 

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