Pedimos protección para los pacientes, las instalaciones médicas y los civiles tras el ataque al hospital de Drodro, República Democrática del Congo

En una escalada de violencia en la provincia de Ituri, República Democrática del Congo, hombres armados atacaron la ciudad de Drodro la noche del 6 al 7 de marzo. Mataron a una paciente en su cama, saquearon el hospital general llevándose suministros médicos, afirma Médicos Sin Fronteras (MSF), cuyos equipos trabajan en el hospital de Drodro. Los atacantes también saquearon otro centro médico cercano.

“Lo que ha ocurrido aquí es terrible”, afirma Stéphanie Giandonato, responsable del programa de MSF en República Democrática del Congo. “En los términos más enérgicos posibles condenamos el asesinato de un paciente mayor e indefenso. Instamos a todas las partes en el conflicto a respetar y proteger a los pacientes, el personal médico, las instalaciones médicas, civiles y trabajadores humanitarios”.

El aumento de la violencia en Drodro y sus alrededores ha desencadenado un éxodo masivo de la zona. Miles de personas buscan refugio en el campo de desplazados de Rho, a unos 10 kilómetros al noreste de Drodro. El campo, originalmente diseñado para acoger a un máximo de 30,000 personas, ahora alberga a más del doble.

“Las consecuencias para la población son terribles”, afirma Boubacar Mballo, coordinador de proyectos de MSF en Drodro. “El hospital de Drodro ya no puede funcionar, la población está sin atención médica. La creciente inseguridad ha aislado la región, provocando la completa interrupción del suministro de alimentos y agua limpia para el desbordado campo de Rho”.

Desde el ataque de ayer a Drodro, MSF hemos evacuado temporalmente a nuestro personal de la ciudad. Pero los equipos siguen brindando atención sanitaria básica, cuidados de estabilización para casos críticos, atención sexual y reproductiva, apoyo a la salud mental y servicios de agua y saneamiento a las personas refugiadas en el campo de Rho. Sin embargo, en MSF nos preocupa que, a medida que la inseguridad empeore y se agoten los suministros y la situación no sea sostenible.

“Nos preocupa que el acceso de la población a servicios como agua potable, alimentos y atención médica esté en riesgo”, afirma Boubacar Mballo. “Hacemos hincapié en la obligación de todas las partes en conflicto de mantener el respeto y la protección de los civiles y proyectos médicos en cualquier circunstancia”.