Personas migrantes en el sur de México: sus historias desde Arriaga y Juchitán

MSF responde a la crisis migratoria en el sur de México
Einer, Norma y Muñeca, Honduras © MSF “We want to get to the United States. We go in groups because it's better, safer. The most difficult thing has been getting water and food. We've had to walk a lot: up to twelve hours. It's been difficult with the dog, because she gets tired from the sun and sometimes they don't want to let her on the buses. There have been times when we've had to carry her. But we won't leave her because we've had her since she was born. Between the three of us, we support each other to keep moving forward. “She gives us strength”.

Con el aumento de familias en la ruta que conecta la costa sur con el centro de México se ha desencadenado una nueva emergencia humanitaria.

Esta alarmante situación se agudiza por la elevada exposición a robos, violencia y discriminación constante, también por parte de las autoridades, en una estrategia inhumana que desgasta y deja secuelas severas en la salud de las personas migrantes.

Hoy te presentamos algunos testimonio de personas migrantes que se encuentran en Arriaga y Juchitán.

 

Daniel González, Venezuela

Crisis migratoria en el sur de México
Daniel González, Venezuela. © MSF

“Sigo en el único albergue de Arriaga en Chiapas, porque me diagnosticaron anemia. Me llevaron a la clínica de Médicos Sin Fronteras y luego al hospital. La organización me ayudó también en Guatemala. Esto de mi enfermedad sucedió porque pasé días son comer y caminé mucho, como 65 kilómetros.

Este viaje ha sido súper rudo. Son un montón de cosas que no son fáciles para nadie, pero sobre todo para las mujeres y los niños. No hay nada que calme ese miedo, esa incertidumbre. Pensar que nos van a devolver, que hay un punto de control migratorio. Ese ha sido el daño psicológico más fuerte que tenemos los migrantes en México”.

 

Joselina Aguirre, Honduras

Crisis migratoria en el sur de México
Joselina Aguirre, Honduras. © MSF

“Ando con toda mi familia, somos siete: cinco niños, mi pareja y yo. Desde Tapachula venimos caminando en una caravana, pero nos hemos enfermado y nos hemos quedado sin dinero. Una de mis niñas está con fiebre, vómito y diarrea. Yo también tengo tres días de estar con fiebre.

A veces dormimos en el parque central de Arriaga donde no hay techo y hace mucho viento por la noche. Mi hija me dice que nos regresemos, pero yo quiero que crezcan en un lugar más tranquilo, con mejores oportunidades”.

 

Eli*, Haití

Crisis migratoria en el sur de México
Eli*, Haití. © MSF

 

“Hace ocho días llegué a la terminal de autobuses de Juchitán. Me gustaría quedarme aquí en México y poder traer a mi familia. Ahora estoy trabajando con Médicos Sin Fronteras en la clínica. Como sé varios idiomas les ayudo para que puedan atender a las personas que no hablan español. Ha sido una gran experiencia y me permite tener más conocimiento.

Lo que oigo de la mayoría de las personas que apoyo es que vienen a pie, les han pasado cosas terribles y les han robado, entonces llegan sin nada. En esta terminal duerme mucha gente, pero el ambiente es complicado, sobre todo en la noche”.

 

Joaquín*, Ecuador

Crisis migratoria en el sur de México
Joaquín*, Ecuador. © MSF

 

“Quiero llegar a Estados Unidos con mi mamá y mis hermanos, para recibir tratamiento. Tengo cáncer. Me encuentro cansado porque hemos tenido que caminar durante la noche por carreteras que no conocíamos. Nos han robado y hemos tenido que dormir en la calle. Sufrimos discriminación por parte de las autoridades”.

Su madre asegura: “cada día que pasa es un día menos de vida. Él ya no me quiere comer y está muy alterado. Está difícil porque dormimos muy expuestos. A unos pocos metros de aquí, atracaron a un migrante haitiano y lo golpearon tan fuerte que ni se podía mover. A veces lo único que nos queda es orar”.

 

Einer, Norma y Muñeca son de Honduras

MSF responde a la crisis migratoria en el sur de México
Einer, Norma y Muñeca, Honduras © MSF

“Queremos llegar a Estados Unidos. Vamos en grupo porque es mejor, más seguro. Lo más difícil ha sido conseguir agua y comida. Nos ha tocado caminar mucho, hasta doce horas. Con la perrita ha sido complicado porque ella se cansa por el sol y a veces no la quieren subir a los autobuses.

La hemos tenido que cargar en algunos momentos. Pero seguiremos con ella porque la tenemos desde que nació. Entre los tres nos apoyamos para salir adelante. Ella nos da la fuerza”.

 

Karol*, Venezuela

MSF responde a la crisis migratoria en el sur de México
Karol*, Venezuela. © MSF 

“Desde que llegamos a la terminal, después de haber pasado una situación de violencia muy fuerte, Médicos Sin Fronteras nos atiende. Mi hija pasó con la psicóloga, pero está desconfiando de todo y todavía no quiere hablar. Me dijo, sácame de aquí”, cuenta su madre preocupada.

 

*Los nombres fueron cambiados para preservar la privacidad de las personas. 

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