Prácticas migratorias discriminatorias y crueles agravan el sufrimiento de migrantes y refugiados en Lituania

Alertamos que procesos legales deficientes discriminan más a personas de ciertas nacionalidades y contribuyen a la detención continuada.

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Lituania - Agosto 2022
Una foto del Centro de Registro de Extranjeros en Kybartai. Lituania, agosto 2022. © MSF

Las personas migrantes y solicitantes de asilo vulnerables que permanecen detenidas durante un tiempo prolongado en Lituania están experimentando un alarmante deterioro de su salud mental.

Médicos Sin Fronteras (MSF) alertamos que las deficientes prácticas migratorias y procesos legales de las autoridades lituanas están discriminando aún más a personas de ciertas nacionalidades y contribuyendo a su detención continuada. MSF denunciamos la detención prolongada y la discriminación sistémica en Lituania, y pedimos la aplicación inmediata de alternativas humanas que respondan de forma equitativa a las necesidades de las personas vulnerables y traumatizadas.

“Muchas de las personas detenidas han sobrevivido a experiencias profundamente traumáticas”, explica Georgina Brown, responsable de MSF en Lituania. “Pero en lugar de responder a sus necesidades, las autoridades lituanas están acrecentando su sufrimiento mental al detenerlas y mantenerlas en el limbo. Estos hombres, mujeres, niñas y niños no tienen ninguna certeza sobre su futuro, están aterrorizados ante la posibilidad de ser devueltos a la fuerza al peligro del que han huido, y son encarcelados sin libertad, autonomía o protección adecuada. La capacidad de resistencia de esta gente disminuirá, y su sufrimiento no hará más que aumentar exponencialmente. Sabemos que las personas de algunas nacionalidades tienen más probabilidades de sufrir una detención más larga que otras, creando una jerarquía de sufrimiento de la que las autoridades lituanas deberían avergonzarse profundamente”.

Unas 700 personas están detenidas en Lituania, en Kybartai y Pabrade y en los Centros de Registro de Extranjeros (CRE) de Rukla y Naujininkai, tras haber cruzado la frontera desde Bielorrusia en 2021. Muchos de estos hombres, mujeres, niñas y niños presentan graves vulnerabilidades y han sufrido acontecimientos terriblemente traumáticos. La detención no hace más que exacerbar el sufrimiento de estas personas, y algunas nacionalidades están experimentando mayor discriminación en forma de prolongaciones angustiosas de su detención. Desde enero hasta mayo de este año, MSF hemos estado brindando asistencia sanitaria primaria y apoyo en salud mental a personas detenidas en Lituania.

Sin embargo, MSF es dolorosamente consciente de que este trabajo no puede abordar la detención como la causa fundamental del sufrimiento de las personas. De los pacientes a los que brindamos asistencia sanitaria mental entre enero y marzo de 2022, más del 70% destacaron la detención como la principal causa de su necesidad de apoyo.

Estoy tan desesperado que he intentado hacerme daño porque quiero salir de esta prisión”, dijo a MSF un hombre detenido en un Centro de Registro de Extranjeros lituano. “Decidí muchas veces que estaba dispuesto a suicidarme. Te duele, te sientes avergonzado, te maltratan. Esto es la prisión. Estaba desesperado. Estaba muy deprimido. Pero no puedo porque necesitamos más valor. No estoy demasiado roto”.

MSF hemos comprobado que las personas de algunas nacionalidades tienen una probabilidad significativamente mayor de que se prolongue su detención, de que permanezcan retenidas después de que haya expirado su orden de detención o de que se les revoque la limitada libertad de movimiento que se les haya concedido. Así, la mayoría de las 184 personas detenidas en el CRE de Kybartai durante en agosto proceden de dos grupos de nacionalidad que están presentes en un número casi idéntico. El grupo de mayor nacionalidad representa el 18%, pero supone menos del 2% de las prórrogas de detención. Sin embargo, las personas procedentes de Nigeria representan el 16% de la población retenida pero, sin embargo, suponen casi el 28% de quienes soportan prórrogas de su detención. Las personas procedentes de India suponen solo el 6%, pero constituyen más del 15% de las prórrogas actuales. Por otro lado, los solicitantes de asilo rusos y bielorrusos que han llegado recientemente al CRE no han sido objeto de detención alguna, y al 100% se les ha concedido una libertad de circulación limitada.

MSF hemos comprobado que este patrón se repite en otros CRE de toda Lituania, incluso en lugares donde es casi imposible reunir datos precisos. Recibimos numerosos informes de algunos centros que muestran que algunas nacionalidades, como los nigerianos y los congoleños, tienen más probabilidades que otras de ser objeto de prácticas migratorias discriminatorias. Entre estas prácticas se encuentran la persistencia de la reclusión tras la expiración de su orden de detención sin que hayan sido objeto de una prórroga judicial por mandato legislativo, o la revocación de su libertad de movimiento limitada (lo que les devuelve a la detención).

Médicos Sin Fronteras hemos visto en todo el mundo cómo las políticas y las prácticas migratorias hostiles, como la detención arbitraria y prolongada, solo sirven para agravar más el sufrimiento de quienes las padecen. Cuando las autoridades tratan a las personas de esta forma tan cruel, privándolas de su libertad, esperanza y autonomía, las consecuencias son graves y pueden destruir vidas.

El hecho de que en Lituania la crueldad de la detención se vea agravada por prácticas y procesos legales discriminatorios, así como por el abuso adicional contra ciertas nacionalidades, subraya la inhumanidad del enfoque del país respecto a la migración. Es la antítesis del trato digno y humano y de los derechos humanos básicos de personas buscan de protección internacional.

A la luz del sufrimiento de las personas que permanecen detenidas en Lituania, y de la vergonzosa contribución de las autoridades lituanas al debilitamiento colectivo de los derechos de los refugiados, los migrantes y los solicitantes de asilo en todo el mundo, MSF pide que se ponga fin de inmediato a la detención prolongada y que se aplique un sistema de asilo equitativo que respete la dignidad, la salud y los derechos humanos de los hombres, mujeres y niños que buscan seguridad en Lituania.

“Los africanos seguimos aquí”, dice a MSF un hombre detenido en un CRE lituano. “Otras nacionalidades eran mayoría. Y ahora todos se han ido y nosotros, los africanos, nos quedamos. Hay muchas cosas que muestran que el trato no es igualitario. Nos tratan de forma diferente. No me siento mal por esto, porque no me resulta extraño. Solo hay que aceptar cómo es la vida. Solo tienes que seguir respirando. Si has seguido respirando durante 12 meses, puedes seguir haciéndolo”.

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