¿Qué viven las personas afectadas por las inundaciones en Nigeria?

Población de Maiduguri, afectadas por las inundaciones en Nigria trasladan sus pertenencias lejos de sus hogares inundados.
Población de Maiduguri, afectadas por las inundaciones en Nigria trasladan sus pertenencias lejos de sus hogares inundados. © Abba Adamu Musa/MSF

El 10 de septiembre, las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de la presa de Alau, en el estado de Borno, provocando importantes inundaciones en Maiduguri y sus alrededores en Nigeria.

El diluvio afectó gravemente las viviendas, mercados, campos, ganado y varios centros de salud. Según las autoridades del estado de Borno, entre uno y dos millones de personas se vieron afectadas, y cerca de 400,000 a abandonaron sus hogares. Muchos centros de salud, entre ellos varios apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF), resultaron dañados y quedaron inaccesibles para quienes necesitaban atención médica.

En los últimos días, el Ministerio de Salud confirmó varios casos de cólera y notificó docenas de casos sospechosos en Maiduguri tras las devastadoras inundaciones que azotaron la zona hace dos semanas.

Anteriormente, en MSF expresamos nuestra preocupación por las precarias condiciones de vida y la posibilidad de que se produjeran brotes de enfermedades infecciosas y desnutrición debido a las inundaciones. Por ello, pedimos se incremente el apoyo médico y humanitario en materia de agua, saneamiento e higiene.

El gobierno del estado de Borno inició una campaña masiva de vacunación oral contra el cólera en Maiduguri. Al mismo tiempo, sigue en marcha el proceso de fusión de los campos de personas desplazadas, con planes de consolidar la mayoría de los emplazamientos en tres campos principales para quienes aún no tienen refugio. Inicialmente, estos campos iban a acoger a las personas durante una semana más, pero las autoridades indicaron posteriormente que podrían permanecer abiertos durante más tiempo.

Nuestros equipos realizan consultas ambulatorias en estos campos, proporcionan apoyo en salud mental y derivan a los pacientes críticos a las instalaciones a las que apoyamos. En algunos lugares, también brindamos servicios esenciales, incluido el acceso al agua mediante camiones cisterna y cisternas, así como la instalación y reparación de letrinas.

Zulai Mohammed, 60 años

Entrevista realizada en el campo de Yerwa, Maiduguri, Nigeria, el 17 de septiembre de 2024
El campo de Yerwa se cerró unos días después.

Zulai Mohammed, una mujer desplazada, en la clínica móvil de MSF en el campo de personas desplazadas de Yerwa, Maiduguri, Nigeria
Zulai Mohammed, una mujer desplazada, en la clínica móvil de MSF en el campo de personas desplazadas de Yerwa, en Maiduguri. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Vivo con mis hijos y nietos en un departamento alquilado. Vivimos en el mismo complejo con otras 40 personas.

Alrededor de las 12:00 horas oímos un anuncio de que había inundaciones en nuestra zona. Nos pidieron que evacuáramos con nuestra familia, pero era demasiado tarde, la inundación ya había llegado.

Pudimos escapar solo con la ropa que teníamos puesta y pasamos la noche sentados junto a la carretera. Al día siguiente, llegamos a este campo.

No pudimos llevarnos nada, ni siquiera la comida que había cocinado. Salimos de casa alrededor de las 12:30 a. m. y no hemos podido regresar. Aquí, al principio no había comida ni agua, pero desde hace tres días, hemos estado recibiendo algo. No tenemos colchones para dormir, dormimos en el suelo.

 

Zainab Mohammed, 25 años

Entrevista realizada en el campo de Yerwa, Maiduguri, Nigeria, 17 de septiembre de 2024
El campo de personas desplazadas en Yerwa se cerró unos días después

Zainab Mohammed, durante una consulta médica en la clínica móvil de MSF en el campo para personas desplazadas Yerwa.
Afortunadamente, Zainab y familia, escaparon cuando el agua inundó su casa en Maiduguri, pero dice que están enfermos después de la inundación. Nigeria 2024. © Abba Adamu Musa/MSF

 

La inundación nos alejó de nuestras casas. No pudimos salvar nada. Tuvimos suerte de sobrevivir.
Vivía con mi esposo y mis tres hijos. Oímos el sonido del agua que fluía hacia nuestra casa y, cuando revisamos, ya se había inundado.

Fue difícil encontrar una manera de escapar, pero por suerte, lo logramos. Caminamos durante aproximadamente dos horas antes de llegar al campo.

Aquí nos faltaba comida hasta que se organizó una distribución. Nos encantaría poder volver a casa porque este lugar no es un buen lugar para quedarse. Pero no tenemos a dónde ir porque nuestras casas siguen inundadas. Mis hijos vomitan y tienen diarrea acuosa. Este no es un lugar limpio, y creo que esa puede ser la razón por la que mis hijos están enfermos.
Llevo tres días enferma. Vine a la clínica porque tengo fiebre y dolor de cabeza persistente.

 

Baana Mustapha, 35 años

Entrevista realizada en el campo de Teacher’s Village, Maiduguri, Nigeria, 18 de septiembre
Teacher’s Village es uno de los pocos campos donde las personas desplazadas por las inundaciones aún pueden encontrar refugio.

Baana y sus hijos sentados en la clínica móvil de MSF en el campamento de Teachers Village, en Maiduguri, Nigeria.
Baana y sus hijos pasaron día y noche al borde de la carretera donde los transeúntes les dan comida. Huyeron de su hogar debidoa las graves inundaciones en Nigeria. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Por la noche, escuchamos que la parte de la ciudad donde vive mi suegro estaba inundada. Por la mañana, cuando mi esposo fue a ver cómo estaba su padre, regresó para decir que su padre se negó a salir de la casa a pesar de que estaba inundada. Regresó para rescatar a su padre, pero antes de que regresara, nuestra casa también se había inundado.

Empacamos algunas cosas en sacos y nos fuimos con nuestros hijos. Caminamos hasta la zona de Texaco y nos quedamos bajo un árbol. Pasamos día y noche allí recibiendo comida de los transeúntes antes de llegar finalmente al campo Teachers Village. Desde la inundación no he visto a mi esposo, pero hablamos por teléfono a través de nuestro vecino.

Cuando llegamos a este campo, no encontramos un lugar donde recostar la cabeza, así que pasamos la noche sentados. Mis hijos están enfermos, por eso los traje aquí para que los vea un médico. Tuve que salir y conseguir algo de comida para alimentarlos. Las condiciones de vida aquí son malas. Desde que llegamos, no hemos podido conseguir comida.

 

Adama Gambo, 38 años

La entrevista se realizó en el campo de Teacher’s Village, Maiduguri, Nigeria, el 18 de septiembre

Teacher’s Village es uno de los pocos campos donde las personas desplazadas por las inundaciones aún pueden encontrar refugio.

Adama Gambo, una de las personas desplazadas por las inundaciones en Nigeria
Adama Gambo,sostiene algunos medicamentos que recibió de la clínica móvil de MSF en el campo de Teachers Village, en Maiduguri. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Salimos de casa temprano por la mañana, porque para entonces el agua ya había inundado nuestro hogar. Cuando llegamos al Palacio del Emir, el agua nos llegaba al pecho, pero por suerte nos rescataron. Fuimos a casa de nuestros parientes, pero no había sitio porque ya había demasiada gente, así que vinimos aquí. Mi familia está aquí.

Hemos recibido algo de ayuda de las organizaciones, pero nuestro mayor problema ahora es la comida. No tenemos suficiente comida y no tenemos dinero. Los alimentos que se distribuyen aún no han llegado; la última vez que tuvimos comida fue hace dos días. Incluso cuando recibimos algunas donaciones, no son suficientes. Mil nairas no pueden hacer mucho porque no estoy aquí sola.

He venido para ver al médico porque tengo una úlcera y no he comido durante dos días. Durante tres días he estado tratando de acceder a la atención médica, pero no he podido. Afortunadamente, hoy he podido ver a un médico. También recibí algunos medicamentos.

Esperamos que nuestras casas se sequen para poder regresar. Estamos esperando a nuestros hermanos varones que están en casa tratando de arreglar las cosas. Si confirman que la inundación ha retrocedido y nuestras casas están secas, volveremos a casa.

 

Fátima Abdulkareem

La entrevista se realizó en el campo de Teacher’s Village, Maiduguri, Nigeria, el 18 de septiembre.
El campamento de Tashan Bama es uno de los campamentos donde aún pueden refugiarse los desplazados por las inundaciones.

Fátima sostiene a su hermanita en el campo de Tashan Bama en Maiduguri, en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria.
Fátima sostiene a su hermanita en el campo de Tashan Bama en Maiduguri, en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Me llamo es Fátima Abdulkareem. El día que empezó la inundación esperábamos que no afectara a nuestra casa, pero finalmente lo hizo y no pudimos llevarnos nada. Estamos aquí en este campo porque no tenemos adónde ir. Al principio fui a casa de mi tía, pero estaba llena de gente, así que tuve que venir aquí con mi madre y mis hermanos. Dormimos en la colchoneta y la manta que nos dio mi tía.

 

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