Reanudamos apoyo a grupos que ayudan a personas migrantes en el desierto de Arizona 

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) reanudamos nuestro trabajo en apoyo de grupos sin fines de lucro con sede en Tucson que están brindando ayuda humanitaria a personas migrantes y solicitantes de asilo que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México, cerca del desierto de Sonora. 

A principios de este año, un pequeño equipo de MSF trabajó junto con Humane Borders, Samaritans, No More Deaths y otros grupos locales sin fines de lucro para evaluar las necesidades médicas en la región y sugerir formas de desarrollar la capacidad para aumentar los servicios y las colaboraciones.   

“Determinamos que las personas migrantes a lo largo de esta ruta son extremadamente vulnerables y necesitan urgentemente apoyo adicional”, dijo Adriana Palomares, jefa de misión de MSF en México y Centroamérica. “Observamos a mujeres embarazadas, niños de hasta ocho meses y personas que necesitan acceso a medicamentos para la diabetes, la hipertensión y el asma tratando de caminar por esta peligrosa ruta a través del desierto”.  

Cada año, miles de personas migrantes y solicitantes de asilo toman esta ruta, cruzando la frontera sur de Estados Unidos a pie hacia los condados de Pima y Santa Cruz, en Arizona, a través del desierto de Sonora. Se trata de una peligrosa ruta que atraviesa una región remota sin refugio ni servicios básicos y a varias horas de distancia del hospital más cercano. Las personas que se desplazan atraviesan terrenos muy accidentados donde el clima puede ser extremo: temperaturas nocturnas gélidas en invierno y temperaturas abrasadoras y lluvia en los meses de verano. Las intensas condiciones ponen a las personas en alto riesgo de muerte por diversos factores, entre ellos la deshidratación, el esfuerzo físico y la exposición.  

La mayoría de las personas que intentan solicitar asilo en la frontera sur de Estados Unidos deben pedir una cita mediante la aplicación móvil CBP One. Esta aplicación ha estado plagada de problemas y retrasos, lo que ha dejado a las personas varadas y esperando citas durante meses en peligrosas ciudades fronterizas de México. En muchos casos el riesgo de quedarse en México es demasiado alto y deciden caminar hacia el norte a través del desierto de Arizona.

MSF planeamos pasar alrededor de seis semanas ayudando a los grupos locales a prepararse para un posible aumento de los flujos migratorios en este cruce fronterizo. El equipo de MSF estmos identificando las necesidades actuales, ayudando a aumentar los suministros en los puntos de saneamiento e hidratación y apoyando la formación en primeros auxilios básicos en zonas silvestres. Además, ayudamos a los proveedores de salud mental con formación en primeros auxilios psicológicos, además de apoyar el trabajo social, la promoción de la salud y abordamos cuestiones relacionadas con la violencia sexual.   

MSF considerará dar apoyo adicional según las necesidades que surjan a partir de un aumento de personas que cruzan la frontera.  

Durante más de una década, MSF hemos brindado atención médica y apoyo psicosocial a las personas que se desplazan a lo largo de las rutas migratorias a través de América Central hacia los Estados Unidos. MSF ha documentado durante mucho tiempo los desafíos que enfrentan las personas migrantes en estas rutas, incluyendo las políticas estadounidenses que crean barreras al derecho a solicitar asilo. En los últimos años, MSF hemos pedido a las administraciones de Trump y Biden respectivamente que defiendan el derecho a solicitar asilo y construyan un sistema de inmigración seguro y humano. Como organización humanitaria independiente e imparcial, MSF se pronuncia en función de nuestro testimonio directo y la atención médica a las personas que se desplazan a través de las Américas. 

“Nuestros equipos ven a personas atrapadas y vulnerables en condiciones inhumanas en la frontera entre Estados Unidos y México que se embarcan en esta ruta a través del desierto por pura desesperación”, dijo Belén Ramírez, coordinadora del proyecto de MSF. “Estados Unidos tiene la responsabilidad de proporcionar recursos adecuados para el procesamiento en la frontera entre Estados Unidos y México para permitir que las personas soliciten asilo sin arriesgar sus vidas”.