Refugiados sudaneses en medio del vacío humanitario

La entrega de artículos esenciales previo a la temporada de lluvias llena un vacío crítico, ya que innumerables familias que viven en campos en el este de Chad, llevan más de un año viviendo sin un refugio adecuado.

Mujeres refugiadas en el este de Chad recibieron artículos esenciales para la temporada de lluvias
Entregamos lonas de plástico en el campo de refugiados de Aboutengué a familias refugiadas sudanesas que huyeron de la guerra en Sudán al este de Chad. © Thibault Fendler/MSF

Con el comienzo de la temporada de lluvias en Chad, Médicos Sin Fronteras (MSF) ampliamos significativamente nuestras actividades en el este de Chad para refugiados sudaneses que huyeron de la guerra. Nuestros equipos hicieron una distribución masiva de artículos esenciales como lonas de plástico, mosquiteros y pastillas de jabón, para ayudar a cientos de miles de personas refugiadas en el campo de Aboutengué y el campo de tránsito de Adré. Esta respuesta llena un vacío crítico, ya que innumerables familias en estos campos llevan más de un año viviendo sin un refugio adecuado.

El 14 de junio, nuestro equipo distribuyó estos artículos no alimentarios en el campo de Aboutengué, entregamos lonas de plástico a unas 5,000 familias. En mayo, MSF también proporcionamos 11,370 mosquiteros en el campo y desde marzo repartimos pastillas de jabón al mes. Hemos ampliado esta distribución para brindar un promedio de 47,000 pastillas mensuales durante tres meses más, finalizando en agosto.

Personal de Médicos Sin Fronteras descarga suministros que serán distribuidos a la población refugiada sudanesa en el Este de Chad
Un camión que transporta miles de láminas de plástico, mosquiteras y pastillas de jabón es descargado por los equipos de MSF en el sitio de distribución del campo de tránsito de Adré. © Thibault Fendler/MSF

 

Estos suministros son esenciales para prevenir enfermedades asociadas a la temporada de lluvias, como la malaria y la diarrea. Pero, por esenciales que sean, también son lo mínimo que se puede hacer para preservar la dignidad de estas personas y evitar que se expongan a enfermedades cuando lleguen las lluvias.

Las necesidades también provienen de las comunidades de refugiados con las que MSF ha establecido un contacto regular, consultándoles sobre sus necesidades urgentes y respondiendo a las carencias críticas.

Tras hablar con los líderes comunitarios y de barrio en el campo de Aboutengué, supimos que cerca de 5,000 familias vivían en construcciones improvisadas sin techos adecuados. Los suministros que distribuimos les permiten refugiarse y recuperar la sensación de serenidad en medio de la llegada de la temporada de lluvias. Primo Mawazo Fungamali, responsable del equipo logístico de MSF en el campo de Aboutengué.

Desde el 24 de junio, nuestros equipos han ampliado estas actividades de distribución al campo de tránsito de Adré. Un hogar temporal para más de 180,000 personas desplazadas, según datos de la ONU, predominantemente de Darfur. El 90% son mujeres, niñas y niños.

“Aquí, la llegada de la temporada de lluvias supone el regreso masivo de los mosquitos y, con ellos, de malaria. Aunque nuestros equipos médicos estén preparados, inevitablemente veremos un aumento del número de casos en el campo. Sin embargo, los mosquiteros que distribuimos deberían contribuir a contener esta tendencia. En cuanto al jabón, contribuirá a luchar contra enfermedades que se pueden prevenir con una buena higiene, como el cólera (aunque por el momento no se ha registrado ningún caso) o hepatitis E, de la que ya se han registrado numerosos casos en el campo”. Steve Tegang, referente médico de MSF en el campo de tránsito de Adré.

Personal de Médicos SIn Fronteras entrega un kit con una lona plástica, cuerdas y pastillas de jabón a una mujerrefugiada en el campo de Adré
Equipos de MSF distribuyen kits que contienen una lonas de plástico (y cuerdas para sujetarlas) y una mosquitera a las personas desplazadas que viven en el campo de tránsito de Adré. © Thibault Fendler/MSF

 

Solo durante los tres primeros días de distribución, 14,370 familias del campo de tránsito de Adré han recibido lonas de plástico, mosquiteras y varias pastillas de jabón.

“Las condiciones de vida en este campo son muy duras. Aquí, la gente vive en refugios improvisados, construidos con paja o con cualquier material que encuentran. Por eso distribuimos estas lonas de plástico. Mientras tanto, están completamente expuestos a la intemperie y cuando llueve, no tienen dónde refugiarse. A menudo, cuando llueve, la gente viene a los puntos de salud que hemos construido en el campo para refugiar a sus hijos”. Sabala Gag, responsable de logística de MSF, encargada de la distribución en el campo de Adré.

Estos artículos de higiene son lo mínimo que se puede brindar como recursos vitales en un entorno que carece de lo esencial, desde refugio hasta saneamiento. MSF seguimos suministrando el 80% del agua en el campo de tránsito de Adré, subrayando el compromiso de satisfacer las necesidades básicas de las personas refugiadas.

Estas actividades de ampliación, que cuestan más de 2 millones de francos suizos, desvían fondos normalmente asignados a la atención médica para satisfacer estas necesidades urgentes de subsistencia, una brecha que las agencias de la ONU con mandato aún no han abordado.

Somaya Dahud Issak, de 26 años, Ha recibido su kit para la temporada de lluvias.
Somaya Dahud Issak, de 26 años, es de El Geneina, Sudán. Ha estado viviendo en el campo de tránsito de Adré durante los últimos 8 meses. © Thibault Fendler/MSF

 

“El sector principal de Médicos Sin Fronteras sigue siendo la salud, independientemente de los contextos en los que intervenimos. Sin embargo, en ciertos escenarios y en ausencia de actores especializados en otros campos o cuando estos actores carecen de financiación, a veces ampliamos nuestro alcance de acción. Este es el caso de la crisis sudanesa y sus consecuencias para Chad. Con la llegada de más de 600,000 personas refugiadas desde el año pasado. En el campo de tránsito de Adré, observamos la presencia de actores humanitarios de todos los sectores de actividad, pero también observamos que a menudo carecen de recursos. Ante esta situación, MSF hemos invertido considerablemente en el acceso al agua potable, en la mejora del saneamiento con la construcción de letrinas y su vaciado, y en la distribución de bidones para un mejor transporte y conservación del agua. Todo ello con el objetivo de reducir el riesgo de enfermedades por falta de higiene”. Méria Aimée Nadje, coordinadora de proyectos de MSF en el campo de tránsito de Adré.

Ahora, con esta distribución de 46,000 kits en el campo de Adré, también estamos trabajando en el sector de los refugios. Esta distribución beneficiará a 46,000 familias, lo que representa cerca de 180,000 personas, de las cuales el 90% son mujeres, niñas y niños. Esta acción se realiza como parte de una respuesta de emergencia relacionada con la temporada de lluvias y el próximo pico de malaria.

Médicos Sin Fronteras hace un llamado urgente a todos los socios y a las agencias de la ONU para que intensifiquen la ayuda humanitaria con el fin de abordar las terribles condiciones a las que se enfrentan las personas refugiadas de Sudán en el este de Chad y apoyar los esfuerzos en curso para mitigar las necesidades desatendidas durante mucho tiempo de una población cada vez más numerosa.

Personal de Médicos SIn Fronteras entrega un kit a una  mujer refugiada en el campo de Adré
Con el comienzo de la temporada de lluvias en la región de Chad, las lonas de plástico se volvieron indispensables para la población sudanesa. © Thibault Fendler/MSF

 

“Las necesidades son inmensas y, aunque estos artículos son esenciales, no pueden reemplazar a los refugios adecuados y las condiciones de vida dignas”. Florent Uzzeni, director adjunto de operaciones de MSF en Ginebra.

“Es imperativo que las agencias de la ONU y los estados donantes incrementen su ayuda de emergencia en el este de Chad. Y garantizar que estas poblaciones vulnerables de refugiados de Sudán no sean olvidadas”, concluye.

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