República Centroafricana: El aumento de los ataques contra el personal y pacientes amenaza la asistencia médica

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Bandera de MSF
© iAko M. Randrianarivelo/Mira Photo

Los trabajadores humanitarios, los pacientes y sus cuidadores están sufriendo niveles insoportables de violencia perpetrada por grupos armados locales mientras se desplazan por los alrededores de la localidad de Batangafo, en el norte de la República Centroafricana (RCA).

Dos incidentes graves ocurridos en menos de una semana están poniendo en peligro nuestra capacidad de seguir brindando atención médica en la zona. Desde MSF instamos a los grupos armados a respetar y proteger a los pacientes y al personal.

En lo que va de 2023, nuestros equipos en MSF han sufrido al menos 16 incidentes en Batangafo, generalmente en las afueras de esta localidad. Los últimos ataques ocurrieron los días 26 y 30 de agosto. Las agresiones consisten en su mayoría en robos violentos. Son perpetradas por grupos de hombres armados que atacan a motociclistas que trasladan pacientes, a trabajadores de salud comunitarios que ofrecen atención en zonas rurales o a convoyes de vehículos con personal que se dirige a hacer actividades de supervisión.

Además, en dos ocasiones, en marzo y agosto de este año, los ataques implicaron violencia sexual contra una trabajadora de MSF y cuidadoras de pacientes.

“Estamos indignados ante cualquier tipo de violencia cometida contra pacientes, sus cuidadores, nuestro personal y motociclistas de referencia mientras se desplazan claramente identificados como pertenecientes a una organización humanitaria”, afirma Gisa Kohler, responsable de operaciones para la República Centroafricana. “Nuestros equipos son asaltados incesantemente a punta de pistola. Y las respuestas evasivas de los grupos armados locales, que siempre atribuyen las acciones a elementos no controlados para evitar cualquier responsabilidad, son inaceptables”.

En los incidentes sufridos por nuestro personal y los pacientes cerca de Batangafo han participado varios grupos armados.

“Aunque el conflicto en la República Centroafricana no se encuentra en el centro de atención, la violencia contra la población local ocurre aquí todo el tiempo. Ellos son los primeros en verse afectados”, afirma Kohler. “Los repetidos ataques que afectan a MSF ponen en peligro la continuación de nuestras actividades médicas en la periferia de Batangafo. Si nos viésemos obligados a marcharnos, esto limitaría gravemente el acceso de las personas en las zonas rurales a la atención médica”.

Por el momento, MSF hemos suspendido todos los movimientos de supervisión en las afueras de Batangafo. También suspendimos la derivación de pacientes en el eje de Ouogo, donde se produjo uno de los últimos incidentes importantes.

“Estamos comprometidos a quedarnos aquí para salvar vidas en una zona que está bastante desatendida. Sin embargo, no podemos hacerlo a cualquier precio, poniendo en riesgo a nuestros pacientes y a nuestro personal”, continúa Kohler. Pedimos a todos los grupos armados que respeten y protejan al personal sanitario, a los trabajadores humanitarios, a los pacientes y a sus cuidadores”.

El año pasado, desde MSF nos vimos obligados a cerrar nuestro proyecto en Kabo, en el norte de la República Centroafricana, después de 16 años, tras un ataque a un convoy en enero de 2022. Cerramos el proyecto debido a la incapacidad de garantizar el movimiento seguro de nuestros equipos en esta zona volátil del país.

 

MSF estamos presente en Batangafo desde 2006. Actualmente, nuestros equipos gestionan un hospital, apoyan a una red de trabajadores de salud comunitarios capacitados para tratar malaria y casos moderados de diarrea, y apoyan dos centros de salud en las afueras de la localidad con visitas periódicas. Entre enero y julio de 2023, realizamos casi 115,000 consultas médicas. También derivamos a más de 2,000 pacientes que necesitaban una atención más sofisticada desde zonas rurales al hospital de la ciudad.

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