República Centroafricana: los esfuerzos de un canadiense para ayudar a MSF a brindar atención imparcial en medio de un conflicto

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Acción médica neutral e imparcial: cómo un experto en logística originario de Montreal, buscó poner en práctica los principios humanitarios de MSF en un país que sigue dividido por la violencia.

Acción médica neutral e imparcial: cómo un experto en logística originario de Montreal, buscó poner en práctica los principios humanitarios de MSF en un país que sigue dividido por la violencia.
 
Este texto forma parte de la edición de primavera 2018 de Dispatches, la revista de MSF en Canadá. Puedes leer la revista completa -en inglés- haciendo click en este enlace.
 
Cuando Salameh Huneidi, un logista originario de Montreal, llegó por primera vez a la ciudad de Alindao, en el sur de la República Centroafricana (RCA), tenía algunas tareas básicas que cumplir para ayudar a MSF a establecer una intervención médica. 
 
Pero trabajar en RCA no siempre es sencillo. La pequeña nación se ha visto afectada por un conflicto violento desde 2013, mismo que ha dividido al país en líneas sectarias y ha desplazado a casi un cuarto de la población, tanto interna como externamente. MSF está trabajando casi por sí sola en algunas partes del país, brindando atención de emergencia en un contexto en el que casi la mitad de la población necesita asistencia humanitaria urgentemente.
 
"Al haber tanta tensión y volatilidad", dice Huneidi, "la forma en que somos percibidos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, tanto para nosotros como para nuestros pacientes. Si sólo somos aceptados por un grupo de personas no podemos comunicarnos con personas de otros grupos que también necesitan nuestra ayuda. Somos imparciales y neutrales. Estos principios son la razón por la que podemos hacer el trabajo que hacemos en situaciones difíciles en todo el mundo. Y las pequeñas cosas pueden ser igual de importantes que las grandes ".
 
Este punto le quedó claro a Huneidi durante un incidente en el que un grupo estableció un bloqueo como protesta contra lo que consideraban esfuerzos unilaterales de ayuda; es decir, la protesta haría que los equipos de MSF fueran incapaces de llegar a los pacientes del otro lado de la barrera. "Pero dejaron pasar a los vehículos de MSF", dice Huneidi. "Cuando hablamos con diferentes personas en la comunidad para averiguar por qué, mencionaron la contratación de nuestros guardias".
 
Los guardias en cuestión eran miembros de un equipo que Huneidi reclutó para ayudar a poner en marcha las operaciones de MSF cuando llegó por primera vez a Alindao, donde los mortales enfrentamientos entre las diferentes facciones habían obligado a miles de personas a huir de sus hogares. Huneidi formó parte de un equipo de emergencia de MSF enviado para ayudar a la población desplazada, evaluar las necesidades médicas y humanitarias, realizar una campaña de vacunación preventiva y tratar a quienes necesitaban atención médica.
 

Trabajando con las dos comunidades

 
"Alindao era un área donde el conflicto era particularmente malo", dice Huneidi. "Muchas de las casas en la ciudad fueron abandonadas e incendiadas. La mayoría de las personas fueron desplazadas, incapaces de regresar a sus hogares, y se establecieron en campos improvisados que albergan entre 15 y 20 mil personas; donde no había suficiente agua limpia para beber, apenas había comida, no había instalaciones sanitarias y el refugio era inadecuado ".
 
Pero antes de que los equipos médicos de MSF pudieran comenzar a abordar algunas de las necesidades de salud más críticas, Huneidi tenía que establecer una base de operaciones. Una de sus prioridades era identificar a personas de la localidad que pudieran ser contratadas como guardias de la instalación de MSF. Incluso esta tarea aparentemente sencilla se complicó por la naturaleza del conflicto en la República Centroafricana, en el que la mayor parte de la violencia se ha producido entre miembros de la mayoría cristiana del país y sus vecinos de minorías musulmanas. Ambos grupos estaban presentes en Alindao, pero inicialmente solo miembros de la comunidad cristiana se presentaron para ser contratados. 
 
"Una de las primeras cosas que hice fue visitar la mezquita y hablar con el imán para explicar que estábamos buscando ayuda de civiles de la comunidad local para trabajar como guardias", dice Huneidi. Después de un breve proceso de selección, Huneidi contrató a dos musulmanes y a dos cristianos como equipo de guardia de MSF en el área. "En ese momento no parecía tan importante", dice Huneidi. "Es solo una parte de la forma en que funciona MSF, y cómo nuestros principios están arraigados incluso en las decisiones más pequeñas que tomamos".
 
 
Pero esa pequeña decisión tuvo su impacto y los manifestantes mencionaron que fue una de las razones por las que permitieron el cruce de los vehículos de MSF a través de sus bloqueos. "Dijeron que demostraba que MSF realmente está ahí para las dos partes y que éramos los únicos con guardias de las dos comunidades", recuerda Huneidi. "También mencionaron el hecho de que cuando realizamos una campaña de vacunación, incluso aunque en un lado había 15,000 personas y en el otro no había casi nadie, hicimos el esfuerzo de establecer sitios de vacunación en ambos lados".
 
MSF se fundó hace más de 45 años bajo el principio de que no deben existir límites que eviten que se brinde atención médica humanitaria a quienes más la necesitan. La neutralidad, la imparcialidad y la independencia se encuentran en el corazón de los valores fundamentales de la organización, y permiten a los equipos médicos de MSF acceder a las personas que necesitan atención urgente, sin importar cuál sea su identidad. Entender cómo aplicar esos principios mientras respondemos a una crisis humanitaria en constante evolución, o simplemente al trabajar en cualquiera de los casi 70 países donde opera MSF, es uno de los desafíos a los que deben hacer frente nuestros trabajadores internacionales.
 
"En teoría es sencillo", dice Huneidi, "pero en realidad puede ser extremadamente complicado. Trabajar y actuar bajo un conjunto de principios requiere de una comprensión profunda. Aplicar estos principios en los contextos y entornos difíciles y cambiantes en los que operamos puede ser un trabajo sutil e inclusivo ".
 

'Realmente trabajamos para todos los lados”

 
El conflicto actual en la República Centroafricana es un desastre humanitario, y MSF sigue siendo uno de los únicos proveedores de atención médica vital en algunas partes del país, incluso en áreas donde el miedo y la violencia continua han dejado a muchas personas traumatizadas y vulnerables. Como no se espera ninguna resolución inmediata, los equipos de MSF siguen intentando llegar a las personas de ambos lados del conflicto que necesitan ayuda urgentemente.
 
"Trabajamos en RCA desde 1997, y la gente sabe que realmente trabajamos con todas las partes", dice Huneidi. "Somos percibidos como neutrales e independientes. Como nuestros donantes en todo el mundo confían en nosotros y en el trabajo que hacemos, y nos permiten operar sin influencias externas, podemos tener un mejor acceso a los pacientes que nos necesitan".
 
Mientras Huneidi estaba ayudando a MSF a comenzar su trabajo en Alindao, sus colegas médicos comenzaron a tratar pacientes, incluyendo a muchos con heridas de bala o provocadas por cuchillos. MSF también vacunó a 5,675 niños contra el sarampión y a 2,555 con una vacuna para antígenos múltiples.
 
Durante ese tiempo, los guardias que contrató Huneidi también tuvieron que llegar a nuevos acuerdos con algunas de las peores divisiones en la RCA. "Fue increíble trabajar con esos cuatro muchachos, tenían mucho en común", dice sobre el equipo intercomunitario que contrató como guardias. "Fue maravilloso ver cómo se desarrollaba una relación entre ellos y cómo se volvían amigos. La situación general no mejoró, pero ver a esos hombres me dio esperanza. Si ellos pueden comenzar esas conversaciones, tal vez puede pasar lo mismo con otras personas involucradas en este conflicto y a República Centroafricana en general”.
 
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