República Centroafricana: Sanando almas y cuerpos rotos

La psicóloga clínica Hélène Thomas realizó dos misiones en República Centroafricana (RCA) entre abril y diciembre de 2014. Hélène abrió un programa de MSF para brindar apoyo médico y psicológico a las víctimas de violencia sexual (VVS) en el Hospital General de la ciudad capital, Bangui.

La psicóloga clínica Hélène Thomas realizó dos misiones en República Centroafricana (RCA) entre abril y diciembre de 2014. Hélène abrió un programa de MSF para brindar apoyo médico y psicológico a las víctimas de violencia sexual (VVS) en el Hospital General de la ciudad capital, Bangui.

Aquí, su testimonio sobre el caso de Sophie y otras mujeres atrapadas en la violencia.

La historia de Sophie* me afectó mucho. Ella parecía estar literalmente cayéndose a pedazos cuando llegó al hospital. Sólo tenía 37 años pero parecía de más de 50. Tenía malaria, heridas en los pies y estaba desnutrida. Traumatizada, confundida y desorientada, también sufría de sarcoma de Kaposi, una enfermedad que se manifiesta a través de lesiones cutáneas. Lo que tenía para decir fue realmente impactante: “No sé si estoy viva o muerta. Mi vida no tiene sentido. ¿Me queda algo de dignidad? ¿Sigo siendo un ser humano?”

Sophie iba en un autobús al mercado en Boguila, al noreste de RCA, cuando un grupo de hombres armados lo detuvieron. Primero, separaron a los hombres de las mujeres, luego llevaron a las mujeres a un matorral. Durante dos semanas, estas mujeres fueron violadas, drogadas y obligadas a marchar descalzas y muy mal alimentadas. Un día, algunos de los hombres dejaron de atacarlas y lograron escapar.

Sophie estaba completamente destrozada. No tenía ni idea del valor que ella y las otras mujeres secuestradas habían tenido al escapar, podrían haber terminado solas en el monte o sometidas a represalias por parte de grupos armados. Los pobladores las acogieron, les dieron primeros auxilios y protección, y luego se fueron a casa. Pero el sufrimiento de Sophie estaba lejos de terminar.

“Mi vida ya no tiene sentido”

Cuando por fin llegó a casa, su marido la repudió y ni siquiera le permitió ver a su hijo de 9 años de edad. Su hermano había oído en la radio que MSF estaba abriendo un programa para VVS en el Hospital General de Bangui, y le sugirió que acudiera.

Empezamos por tranquilizarla y alentarla. Tomamos su declaración en Songo (lengua hablada en RCA) ya que no hablaba muy bien el francés. Excepcionalmente, tuvimos que internarla porque estaba realmente muy enferma y débil. Le realizamos un examen médico clínico y, por desgracia, encontramos que había sido infectada con VIH. Fue muy difícil para ella. Dijo que quería suicidarse. Pero, afortunadamente, gracias a la atención médica, al apoyo psicológico y a la interacción con las personas que acompañaban a otros pacientes, gradualmente se fue recuperando. Estuvo con nosotros durante un mes, hasta que se sintió lo suficientemente fuerte como para volver a su aldea.

485 víctimas de violencia sexual tratadas en RCA, en 2014

RCA se encuentra en un estado de caos absoluto y lo que le pasó a Sophie está lejos de ser un caso aislado. Entre julio y noviembre de 2014, se trataron, sólo en el Hospital General, 274 víctimas de violencia sexual: 24 eran menores de edad -casi la mitad, menores de ocho años- y siete eran hombres.

Recuerdo también a una señora de 90 años que tuvimos que ir a buscar a su casa porque estaba herida. Y a una niña de tres años de edad, quien se encontraba en estado de shock. Es horrible ver tal sufrimiento.

Las víctimas, en su mayoría, se acercan al programa de MSF porque ellas, o alguien que conocen, fueron informadas y concientizadas sobre lo que hacemos gracias a la campaña de divulgación que se realizó cuando abrimos el programa para VVS; algunas son derivadas desde otros centros de salud. Ahora la policía de Bangui, particularmente la brigada de protección de menores, encargada de los casos de agresión sexual, ha empezado a enviar a las víctimas con nosotros.

Nuestro programa en el Hospital General, y en la unidad de VVS, gestionada por MSF en el centro de salud Castor, que también está en Bangui, son las únicas instalaciones en RCA que proveen de un tratamiento integral a las víctimas de violencia sexual. Esta atención médica y psicológica es vital -junto con el apoyo de los amigos y la familia-, para que puedan volver a tener una esperanza de sanación y superación del trauma.

  • El nombre ha sido cambiado

MSF empezó a trabajar en RCA en 1997. Desde 2013, hemos duplicado nuestra asistencia médica y aumentado nuestros programas para responder a la emergencia en el país.

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