República Democrática del Congo: MSF pide retorno digno y voluntario, y asistencia urgente para desplazados en Goma

  • ESTÁS AQUÍ
  • Actualidad
  • República Democrática del Congo: MSF pide retorno digno y voluntario, y asistencia urgente para desplazados en Goma
Personas desplazadas en Goma, República Democrática del Congo, a causa de la violencia.
Personas que vivían en el campo para personas desplazadas de Kanyaruchinya en Goma, regresando a sus aldeas.© Daniel Buuma

Miles de personas desplazadas en Goma que se refugian en campos en la ciudad y sus alrededores, en la provincia de Kivu Norte de la República Democrática del Congo, se han visto gravemente afectadas por la violencia extrema de las últimas tres semanas. Muchas de ellas están abandonando los campos, según los equipos que Médicos Sin Fronteras (MSF) tenemos en la región.  

Ante la aceleración de las salidas de los campos, desde MSF pedimos que el movimiento de personas desplazadas en Goma sea voluntario y que se brinde asistencia humanitaria urgente donde más se necesite.  

 

Los campos para personas desplazadas en Goma se vaciaron en cuestión de horas

Desde que se calmaron los enfrentamientos en Goma y ahora que el M23/AFC (Alianza Fleuve Congo) controla algunas partes de la región, se han visto muchos movimientos en los campos para personas desplazadas y en las carreteras. Algunos campos se están vaciando rápidamente y un gran número de personas se dirigen a las zonas vecinas, incluso a sus lugares de origen.  

Nuestro personal también ha observado que algunas personas desplazadas se dirigen hacia la ciudad de Goma, otras personas de los campos que han sido destruidos se dirigen a los campamentos restantes al oeste de Goma.  

“Esta semana, algunos campos se vaciaron prácticamente en unas horas”, explica Thierry Allafort-Duverger, responsable de los proyectos de emergencia de MSF en Goma. “Las personas se marchan con lo poco que tienen. No sabemos en qué condiciones volverán a casa ni qué encontrarán allí. Pero es fundamental que estos movimientos sean voluntarios y que las condiciones de acogida en las zonas de retorno sean seguras”.  

 

Equipos de Médicos Sin Fronteras atendiendo a personas desplazadas de Goma, República Democrática del Congo. © Daniel Buuma
Equipos de Médicos Sin Fronteras atendiendo a personas desplazadas de Goma, República Democrática del Congo. © Daniel Buuma

 

Al parecer, las personas desplazadas abandonan los campos por diversas razones. Muchas mencionan órdenes de evacuación que, según se dice, fueron dadas por miembros del M23, mientras que otras reciben mensajes oficiales que indican lo contrario. Algunas más expresan su deseo de marcharse tras años de sobrevivir en condiciones desesperadas. Sin embargo, hay quienes optan por quedarse en los campos, al no saber bien qué condiciones de seguridad tendrán y lo que encontrarán en sus hogares.  

“Los mensajes siguen siendo confusos y poco claros, pero lo que es cierto es que la población está muy preocupada, viven entre los rumores y la realidad”, afirma Allafort. “Las familias son extremadamente vulnerables. La ayuda humanitaria es muy necesaria, tanto para quienes se van como para quienes se quedan. Desgraciadamente, estamos viendo que varias ONG no han podido reanudar sus actividades o han suspendido sus servicios, desmantelando sus estructuras en los campos”.  

Habitantes del campo para personas desplazadas de Kashaka moviendo en refugio para evitar que sea saqueado.
Habitantes del campo para personas desplazadas de Kashaka moviendo en refugio para evitar que sea saqueado. © Daniel Buuma

Las necesidades de los desplazados en Goma son enormes

La vulnerabilidad de la población y la necesidad de asistencia se ven ilustradas por el hecho de que, en los últimos días, los equipos de MSF han visto cómo algunas personas desmantelaban las instalaciones humanitarias y se llevaban todo lo que podía ser de utilidad como sillas, chapas metálicas, lonas, cuerdas, etcétera. Otras personas, en cambio, han intentado proteger las estructuras de MSF de los saqueos.  

“Esto ocurrió en varios lugares donde estábamos trabajando, como por ejemplo en Lushagala. Allí, una clínica de MSF y un centro de tratamiento del cólera desaparecieron en pocas horas el lunes”, explica Allafort.  

En el caso de las personas que abandonan los campos, en MSF nos preocupa especialmente el nivel de acceso a los servicios médicos disponibles que encuentran al llegar a los lugares de retorno. Tras varios años de guerra, muchos centros médicos han sido saqueados o abandonados y no pueden proporcionar atención médica adecuada a quienes la necesitan, ni ahora ni a largo plazo.  

Durante los últimos tres años, las condiciones de vida en los campos de los alrededores de Goma han sido desesperadas, incluso escandalosas. Pero es probable que la situación en los lugares de retorno de las personas sea igualmente desastrosa si las ONG, las agencias de la ONU y las autoridades no proporcionan el nivel mínimo de servicios esenciales.  

Las organizaciones humanitarias deben tener acceso garantizado a todos los lugares a los que retorna la población, y las personas repatriadas deben tener acceso a servicios de salud esenciales, incluido el apoyo a las sobrevivientes de violencia sexual. Si no se proporcionan estos servicios, se pueden agravar las necesidades de salud de las personas.  

Para garantizar un nivel mínimo de atención médica a las personas desplazadas en las zonas a las que retornan, MSF instalamos clínicas móviles en las carreteras que salen de Goma hacia el este y el norte. Nuestros equipos también están realizando evaluaciones en las zonas a las que regresan las personas.  

Aunque la situación en Goma y sus alrededores está evolucionando rápidamente, seguimos brindando asistencia vital a las personas que aún viven en los campos. Brindamos atención médica, tratamos casos de desnutrición, cólera y atendemos a sobrevivientes de violencia sexual. También distribuimos agua potable y alimentos, y reforzamos el saneamiento en los campos. Mientras tanto, los equipos médicos que tenemos en los hospitales de Kyeshero y Virunga, en Goma, están atendiendo a las personas heridas por la violencia.  

Compartir