República Democrática del Congo: MSF pide una mayor respuesta en Kivu Norte

MSF es la única ONG que trabaja en Rutshuru, RDC, pero las necesidades de la población superan con creces nuestra capacidad de respuesta
Una mujer desplazada prepara comida al amanecer frente a refugios comunitarios en el estadio Rugabo en el centro de Rutshuru, en la provincia de Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo. Julio 2022. © Alexis Huguet

Se está produciendo un desastre humanitario en Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), donde alrededor de un millón de personas han huido de sus hogares en los últimos 12 meses para escapar de los combates vinculados al resurgimiento del grupo armado M23. Esta grave crisis está exacerbando una situación humanitaria ya de por sí crítica en la provincia. 

Las personas desplazadas, así como quienes viven en comunidades remotas aisladas por los combates, están expuestas a numerosos riesgos para la salud, dice la organización médica internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), cuyos equipos trabajan en la zona. Tras denunciar que la respuesta humanitaria actual es sumamente inadecuada, MSF hace un llamado a la comunidad internacional y a las autoridades para que intensifiquen urgentemente sus esfuerzos para atender las necesidades de la población. 

“La situación en Kivu Norte es alarmante”, afirma Raphaël Piret, representante de MSF en la República Democrática del Congo. “Basta con mirar las pésimas condiciones en las que viven las personas en las afueras de la capital provincial, Goma, para darse cuenta de que la respuesta no está a la altura de las necesidades, a pesar de que hay muchas organizaciones humanitarias trabajando en el este de la RDC”. 

MSF es la única ONG que trabaja en Rutshuru, RDC, pero las necesidades de la población superan con creces nuestra capacidad de respuesta
Personas desplazadas en una escuela, que en las últimas semanas se ha transformado en un sitio para personas isnternamete desplazadas. Julio 2022, en la provincia de Kivu del Norte. ©Alexis Huguet

 

Malas condiciones de vida 

Solo en los últimos meses, cientos de miles de personas han huido de sus hogares y pueblos para vivir con familias de acogida o en sitios informales. Alrededor de Goma, los refugios improvisados hechos de láminas de plástico o mosquiteros se extienden hasta donde alcanza la vista, mientras que otras personas han encontrado refugio en iglesias y escuelas. 

“Llegamos aquí en junio del año pasado y nos instalamos en una iglesia en desuso en Kanyaruchinya con otras 150 familias aproximadamente”, cuenta Celestine, de 65 años. “Durante los últimos ocho meses, nuestra vida diaria ha sido una serie de dificultades para dormir, comer y vestirnos. Desde principios de año solo ha habido un reparto de alimentos y, como mi nombre no estaba en la lista, no recibí nada. Nos las arreglamos como podemos con lo que encontramos en los campos de los alrededores”. 

El año pasado se construyeron en las afueras de Goma alrededor de 3,000 refugios, que actualmente albergan a unas 15,000 personas. Sin embargo, estas cifras son pequeñas en comparación con la magnitud de las necesidades de la población. 

“Esto es una gota en el océano en comparación con los cientos de miles de personas desplazadas que actualmente acampan alrededor de las puertas de la ciudad”, afirma Abdou Musengetsi, coordinador de proyectos de MSF en Goma. “Las familias llevan meses a merced de las lluvias, las epidemias y la violencia, como lo demuestra el preocupante número de víctimas de violencia sexual que atendemos todos los días en nuestras instalaciones médicas”. 

Desde mayo de 2022, los equipos de MSF trabajan en sitios de desplazamiento informales en los alrededores de Goma, brindando atención médica gratuita, transportando agua potable y construyendo letrinas y duchas. 

MSF es la única ONG que trabaja en Rutshuru, RDC, pero las necesidades de la población superan con creces nuestra capacidad de respuesta
Desde julio, MSF ha estado proporcionando agua potable diariamente en diferentes sitios. ©Moses Sawasawa

 

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. En Bulengo, un asentamiento informal a 10 km al oeste de Goma, sólo hay una letrina para casi 500 personas, menos de una décima parte de lo que se requiere para cumplir con los estándares humanitarios básicos de emergencia humanitaria. En el asentamiento vecino de Lushagala, las personas desplazadas sobreviven con poco más de un litro de agua potable al día, muy por debajo de los 15 litros de agua diarios recomendados.  

Los refugios inadecuados y sobrepoblados y la falta de agua potable y letrinas crean condiciones ideales para la propagación de enfermedades. En los últimos meses, el sarampión y cólera estallaron en lugares al norte de Goma, en el territorio de Nyiragongo, mientras que la situación sanitaria se ha vuelto crítica en Bulengo y Lushagala, con casos sospechosos de sarampión y cólera que se han multiplicado en las últimas semanas. 

“En marzo, solo en Bulengo, tratamos a cerca de 2,500 pacientes con síntomas de cólera y más de 130 niñas y niños con sarampión”, explica Musengetsi. 

“Es una situación impactante”, dice Piret. “Nuestros equipos trabajan sin descanso para combatir el cólera y hacer frente a los crecientes casos de sarampión, pero están completamente desbordados. Ante el desastre humanitario y sanitario que se desarrolla ante nuestros ojos, es urgente intensificar la asistencia a las personas desplazadas, tanto en Goma como en otros lugares”. 

En la actualidad, se estima que 2,5 millones de personas están desplazadas en toda la provincia de Kivu Norte, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A medida que continúan los combates, más personas se verán obligadas a abandonar sus hogares y necesitarán ayuda para sobrevivir. 

“Todos las partes involucradas en la respuesta humanitaria deben ser más reactivas y más flexibles para responder rápidamente a las necesidades de las personas y adaptarse a los movimientos cambiantes de la población”, afirma Piret.  

 

Acceso restringido a la atención médica 

Al norte de Goma, los equipos de MSF también están viendo las consecuencias de la crisis en los territorios de Masisi, Rutshuru y Lubero. Al desplazarse los frentes de combate, la mayoría de las principales rutas hacia la región quedaron cortadas. Los enlaces de transporte a esta región agrícola, conocida como “los graneros de la provincia”, son esenciales para el comercio en Kivu Norte.  

Aislados del resto de la provincia, las y los habitantes no han podido vender sus cosechas ni comprar nada excepto unos pocos productos esenciales, cuyo precio se ha duplicado.

Muchas instalaciones médicas se han quedado sin medicamentos por problemas de suministro; en el territorio de Rutshuru, por ejemplo, algunos centros de salud llevan meses sin recibir medicamentos. En estos territorios, el acceso a la atención médica ya era difícil, pero ahora lo es aún más debido a la falta de instalaciones de salud que funcionen y al costo de la atención médica, que es inasequible para muchas personas a causa de la crisis económica actual. 

“Debido a la falta de medios económicos, la mayoría de la población simplemente ya no tiene acceso a la atención médica”, afirma Monique Doux, coordinadora de proyectos de MSF en Rutshuru. “Tienen que elegir entre comer o recibir tratamiento médico. Incluso quienes pueden pagar el tratamiento tienen que encontrar un centro de salud funcional, lo que puede requerir varias horas de caminata”. 

MSF es la única ONG que trabaja en Rutshuru, RDC, pero las necesidades de la población superan con creces nuestra capacidad de respuesta
Kivu del Norte: las comunidades desplazadas están perdiendo la esperanza debido a la crisis del M23. ©Alexis Huguet

 

Con el aumento de los precios y el deterioro del acceso a la atención médica, la inseguridad alimentaria está empeorando en la provincia. Según la ONU, tres millones de personas, es decir, más de un tercio de la población de Kivu Norte, se encuentran actualmente en riesgo de inseguridad alimentaria. 

“En los centros de salud que apoyamos en el territorio de Rutshuru, tratamos a más de 8,500 niñas y niños con desnutrición en 2022, casi un 70 % más que en 2021”, dice Doux. 

En el territorio de Rutshuru, como en Lubero y Masisi, hay una flagrante falta de organizaciones que brinden la ayuda que tanto se necesita. “Es como si hubieran abandonado a las personas”, dice Doux. “Desde hace meses Médicos Sin Fronteras es la única organización humanitaria que trabaja en el territorio de Rutshuru, pero las necesidades de la población superan con creces nuestra capacidad de respuesta”. 

“No hay tiempo que perder”, dice Piret. “La comunidad humanitaria y las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para garantizar que la ayuda humanitaria llegue a las personas que la necesitan, estén donde estén, mientras que todas las partes en conflicto deben comprometerse a facilitar el acceso de las organizaciones humanitarias”. 

MSF es la única ONG que trabaja en Rutshuru, RDC, pero las necesidades de la población superan con creces nuestra capacidad de respuesta
La madre de Zawadi la llevó al centro de salud apoyado por MSF en Kanyaruchinya, ya que la niña sufría diarrea y vómitos durante dos días. Fue atendida en la unidad de tratamiento de cólera. © Michel Lunanga/MSF

 

La respuesta de emergencia de MSF 

Médicos Sin Fronteras lanzó una respuesta de emergencia para brindar atención médica a las personas desplazadas en el territorio de Rutshuru en abril de 2022. Tras la llegada del primer flujo de personas desplazadas a Goma en mayo de 2022, los equipos de emergencia de MSF brindaron atención médica, instalaron suministros de agua y mejoraron las condiciones de higiene en asentamientos informales: primero en Munigi y Kanyaruchinya, y más recientemente en Bulengo y Lushagala.  

En febrero de 2023, los equipos de MSF brindaron atención médica y ayuda humanitaria a unas 30,000 personas desplazadas temporalmente en la ciudad de Mweso. Actualmente, los equipos de MSF están reforzando su respuesta a las personas desplazadas en Kayna, territorio de Lubero, y en Minova (Kivu Sur). 

Mientras tanto, los equipos médicos de MSF mantienen sus actividades regulares en Goma, Rutshuru, Kibirizi, Bambo, Binza, Mweso, Masisi y Walikale, brindando atención médica esencial a miles de personas en la provincia de Kivu Norte. 

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