Respondiendo a la COVID-19 en Manipur, India

Una severa segunda ola de COVID-19 golpeó a la India a finales de marzo de 2021. Por esta razón, Médicos Sin Fronteras (MSF) enviamos en abril a equipos médicos y de enfermería para trabajar en el Hospital Jumbo de Mumbai, que tenía capacidad para 2,000 pacientes.

Una severa segunda ola de COVID-19 golpeó a la India a finales de marzo de 2021. Por esta razón, Médicos Sin Fronteras (MSF) enviamos en abril a equipos médicos y de enfermería para trabajar en el Hospital Jumbo de Mumbai, que tenía capacidad para 2,000 pacientes. 

Al tener una presencia relativamente pequeña en India, MSF no estábamos en la mejor posición para reaccionar al devastador impacto de COVID-19 en las principales ciudades. Nuestros equipos comenzaron a evaluar en qué lugares podíamos satisfacer las necesidades de salud fuera de Delhi y Mumbai. Y en junio de 2021 lanzamos una pequeña respuesta de emergencia en el estado de Manipur, en el extremo noreste del país, para brindar apoyo de respuesta ante la COVID-19, tras recibir una solicitud de ayuda por parte del Ministerio de Salud. 

Comenzando una respuesta de emergencia 

Imphal, la capital del estado de Manipur, es hogar de casi la mitad de la población urbana del estado; y en su territorio hay numerosos dialectos, creencias y grupos étnicos. Cuando la segunda ola de COVID-19 arrasó a la India, Manipur también sintió sus efectos.  

Nuestra respuesta tuvo como objetivo ayudar a las personas que no podían  acceder a los centros de atención médica debido al costo, distancia, estigma u otras barreras.  
Con el fin de llegar a las personas excluidas de los servicios de salud de la ciudad y asiladas en sus hogares, formamos equipos móviles de respuesta compuestos por personal médico, trabajadores y trabajadoras de la salud y conductores, que recorrían largos kilómetros alrededor del valle de Imphal todos los días para visitar a personas aisladas con casos confirmados o sospechosos de COVID-19. 

Con más de 30 dialectos diferentes coexistiendo en esta área de diversidad cultural y étnica, las y los trabajadores de salud comunitarios con diferentes habilidades lingüísticas y conocimientos locales desempeñaron un papel importante para garantizar que los equipos de MSF llegaran a pacientes vulnerables de diferentes orígenes. 

“Rápidamente nos dimos cuenta que era importante expandir las áreas de captación de los equipos de respuesta móvil de MSF a las áreas más rurales fuera de Imphal, lugares donde el acceso a la atención médica es más desafiante,” explicó Luca Pigozzi, líder del equipo médico de MSF durante la respuesta de emergencia en Imphal. 

Logramos expandir nuestro alcance y equipos móviles de respuesta a los distritos vecinos de Thoubal y Bishnupur, y establecimos colaboraciones con los hospitales del distrito y los centros de atención a casos de COVID-19. 

Lanzar una respuesta de emergencia durante una pandemia presentó a nuestros equipos enormes desafíos, pero para Ashwin Krishnamoorty, un médico de 26 años, trabajar en un equipo de respuesta móvil con MSF le brindó una oportunidad de conectar con sus pacientes y brindar atención gratuita y de calidad. 

“Trabajando como parte de un equipo de respuesta móvil pude vislumbrar la cultura, y entendí mejor la situación general de la atención médica en esta región. También conocí las percepciones que las personas tienen sobre la COVID-19,” afirma el Dr. Krishnamoorty. 

Nuestros equipos móviles de respuesta visitaron hasta 11 hogares en un solo día. Brindaron consultas médicas presenciales, kits de higiene que contienen artículos como jabón, y compartieron mensajes de educación sanitaria sobre buenas prácticas de higiene, prevención y control de infecciones para minimizar el riesgo de propagación de la COVID-19. 

Como parte central de nuestras actividades, establecimos una unidad de alta dependencia (HDU, por sus siglas en inglés) con capacidad de 42 camas para pacientes con COVID-19 en Little Flower School, un colegio religioso privado cerca del aeropuerto de Imphal. Este lugar recibió a pacientes con casos severos de COVID-19 y brindó oxígeno de alto flujo y ventilación no invasiva. Algunos pacientes fueron referidos directamente por nuestros equipos de respuesta móvil al centro. 

“Después de que comenzamos a trabajar fuera de Imphal, nos dimos cuenta de inmediato que nuestra HDU se estaba llenando de personas que venían de áreas con más vulnerabilidades,” explica Luca. 

Debido a la gran demanda de camas en los hospitales, algunos hospitales solo aceptaban a pacientes remitidos por un médico o médica. Los equipos móviles de MSF pueden proporcionar estas referencias cuando se encuentran con personas que necesitan atención adicional durante las visitas a domicilio.  

Terminamos nuestra respuesta de emergencia en el valle de Imphal a mediados de octubre de 2021, al detenerse el ingreso de nuevos pacientes y tras haver una aparente disminución en la incidencia de COVID-19. 

Durante nuestras actividades, pudimos brindar capacidad de emergencia a un sistema de salud abrumado por casos graves y críticos de COVID-19. Las personas vulnerables y en zonas remotas fuera de Imphal podían acceder al tratamiento para sus casos graves de COVID-19 y conseguir una vía de derivación para el tratamiento de casos críticos. A las y los pacientes de alto riesgo se les identificó oportunamente y se les refirió al nivel de atención adecuado. 

La unidad de alta dependencia (HDU) de 42 camas que se instaló, admitió un total de 265 pacientes; y la tasa de ocupación de camas alcanzó el 97 por ciento durante los periodos de pico en julio. 

Los equipos médicos móviles de MSF que visitaron los centros de aislamiento estatales en zonas rurales y brindaron atención a las y los pacientes en sus propios hogares, realizaron más de 600 consultas. Remitieron (y trasladaron) a 222 pacientes a la unidad de alta dependencia de MSF. Además, alrededor de 1,200 pacientes con casos leves de COVID-19 fueron tratados en sus propios hogares. 

Nuestros equipos de alcance comunitario visitaron 54 pueblos en áreas remotas y rurales con una alta carga de COVID-19, y distribuyeron 660 kits de higiene. El compromiso con la comunidad fue esencial para entender mejor el conocimiento y las percepciones locales sobre la enfermedad. Al establecer un circuito de retroalimentación con las comunidades, buscamos encontrar formas de aumentar el acceso de la población a las pruebas y el tratamiento.

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