Salud mental y malnutrición: fuerza para que las familias centroafricanas puedan defenderse

Laboratory - Hospital Centre de Kabinda in Kinshasa

Casi un año después de la explosión de violencia de hace un año en la República Centroafricana (RCA), los refugiados de ese país en el vecino Camerún continúan en situación de vulnerabilidad. Muchas de estas víctimas del conflicto aún sufren traumas psicológicos, uno de los problemas que aborda la intervención de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) iniciada a principios de 2014.

Casi un año después de la explosión de violencia de hace un año en la República Centroafricana (RCA), los refugiados de ese país en el vecino Camerún continúan en situación de vulnerabilidad. Muchas de estas víctimas del conflicto aún sufren traumas psicológicos, uno de los problemas que aborda la intervención de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) iniciada a principios de 2014.

En los emplazamientos cameruneses de Batouri y Garoua-Boulai, muy cerca de la frontera con RCA, MSF ofrece tratamiento convencional contra la malnutrición a la vez que se presta apoyo psicosocial. Esa aproximación multidisciplinar, que incluye actividades de salud mental para los niños desnutridos y sus familiares, favorece la recuperación de los pequeños.

Entrevista con Mira Demachkié, psicóloga y coordinadora de actividades de salud mental

¿Por qué se combinan actividades de salud mental con el tratamiento contra la malnutrición?

Ayudar a niños con malnutrición implica mucho más que alimentarlos. Sabemos que el grado de mejora de un paciente malnutrido depende en parte de su salud mental. La estimulación física y emocional es esencial para un correcto desarrollo de un niño, y los pequeños malnutridos a menudo padecen apatía o retrasos en las capacidades motrices. Cuando el niño ya no responde a la estimulación materna existe el riesgo de que la madre la preste cada vez menos atención. Buscamos mejorar la recuperación reforzando el lazo entre el niño y sus progenitores o cuidadores.

En MSF queremos integrar cada vez más las actividades de salud mental y el tratamiento contra la malnutrición. De hecho, la salud mental requiere atención en cualquier contexto. Por ahora, el apoyo psicológico se ofrece sobre todo en contextos de guerra o desplazamiento forzado, como aquí en Camerún o en Dadaab (campo situado en Kenia para refugiados somalís). La mayoría de los pacientes admitidos en nuestros centros de nutrición de la región son refugiados que huyen de la RCA. Son familias que han vivido la guerra y han tenido que huir, penosas experiencias que activan reacciones psicológicas a las que tenemos que estar atentos porque pueden retrasar la recuperación de un paciente. Por tanto, también ofrecemos consultas individuales a pacientes o familiares que se muestran receptivos y que creemos que se pueden beneficiar de ellas.

¿Qué actividades se desarrollan?

Además de las consultas individuales, tenemos sesiones de grupo con padres e hijos. Por un lado explicamos a los padres o cuidadores cuestiones básicas de nutrición, y por otro les recalcamos la importancia de su rol e intentamos mejorar su autoestima. Son muy importantes en la vida de los pacientes más jóvenes, y deben ayudarlos a crecer y enseñarles interactuar con el mundo que los rodea.

Durante las sesiones, potenciamos la estimulación emocional de los niños y destacamos la importancia del contacto visual y táctil. El trabajo se desarrolla junto al equipo de promoción de la salud, y las actividades incluyen simulación de roles y juegos entre padres e hijos, a los que animamos a dibujar u incluso bailar juntos. Al principio es un poco difícil porque tradicionalmente las madres o los cuidadores no juegan con sus pequeños. Cada cultura tiene su propia manera de demostrar afecto, y aquí las madres cantan, amamantan o mecen suavemente a sus niños en la espalda.

Para niños que están médicamente estables también sugerimos que las madres los masajeen porque eso es una excelente estimulación física. Pero, por encima de todo, les enseñamos a los padres que los niños que no hablan pueden comunicarse de muchas maneras, por ejemplo riendo.

Las sesiones de grupo con los psicólogos funcionan muy bien. Las madres se apoyan unas a otras y cada vez más quieren participar en las actividades.

¿Cuáles son los efectos en la salud de los niños malnutridos?

Los niños son muy sensibles respecto a lo que reciben o no de sus padres o cuidadores. Un niño enfermo que es ignorado tiene poca voluntad de sobrevivir.

La Organización Mundial de la Salud ha mostrado que reforzar el lazo padre-hijo y dar apoyo psicosocial durante el tratamiento de la malnutrición tiene un efecto positivo sobre la recuperación. No solo eso, ya que si una madre se siente fuerte psicológicamente le dará más atención a su bebé y eso lo ayudará a recuperarse antes.

La mejoría de un niño que está siendo tratado se puede ver tras unas pocas sesiones. También observamos un progreso diferente de los padres que responden apropiadamente a las necesidades emocionales de sus hijos y que disfrutan haciéndolo.

Por otra lado, cuando se da tratamiento médico sin apoyo psicosocial hay más posibilidades de que los padres dejen el centro nutricional antes de fin de la terapia y pongan en peligro la recuperación del paciente.

Integrar actividades de salud mental en la atención médica y la promoción de la salud mejora el tratamiento general de los pacientes que sufren malnutrición, así que las actividades tienen que ir de la mano. Es un ejemplo de enfoque conjunto por parte de los equipos de MSF y pone de relieve los beneficios y la necesidad de la atención en salud mental.

Según datos oficiales, casi 130,000 refugiados de la RCA han entrado desde enero de 2014 en Camerún. MSF trabaja en colaboración con las autoridades camerunesas y está presente en la parte oriental de este país, donde se concentra la mayoría de los que buscan refugio. Desde febrero de 2014, ofrece consultas médicas y tratamiento para malnutrición moderada o severa (los casos graves se derivan a hospitales de distrito). También realiza atención psicosocial y actividades de saneamiento de aguas en los enclaves de Garoua-Boulai, Gbiti y Batouri.

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