Se necesita una respuesta rápida en Koukou mientras miles de personas huyen de las peores inundaciones que se recuerdan

La ciudad de Koukou y las aldeas circundantes se vieron afectadas por fuertes lluvias a principios de agosto, provocando inundaciones masivas. Todo el pueblo quedó devastado. 

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Vista aérea de las inundaciones masivas en Koukou, en el este de Chad.
Las inundaciones masivas en el este de Chad han diezmado la ciudad de Koukou. © MSF

Se necesita una respuesta coordinada y rápida en la ciudad de Koukou, provincia de Sila, en el este de Chad, porque miles de personas han huido de las inundaciones y han buscado refugio en una colina, donde hay una escasez desesperada de alimentos, refugio, agua potable y cuidado de la salud. 

Koukou y las aldeas circundantes se vieron afectadas por fuertes lluvias a principios de agosto. El río Wadi Bahr Azoum, que discurre junto a la ciudad, se desbordó el 5 de agosto, provocando la inundación de gran parte de Koukou el 6 de agosto. 

El viernes 9 de agosto, el agua volvió a subir, pero con mucha más intensidad, lo que provocó inundaciones masivas. La población las describe como las peores que se recuerdan. Todo el pueblo quedó devastado. 

Campo improvisado de sobrevivientes de las inundaciones masivas en el este de Chad.
Miles de personas están ahora varadas con alimentos, refugio o agua potable inadecuados como consecuencia de las inundaciones en Chad. Agosto 2024. © MSF

 

“El agua llegó en una oleada enorme, con gran velocidad y fuerza”, dice Julie Melichar, coordinadora del proyecto de MSF en Sila. “En algunos lugares la gente ya no podía caminar, tenía que nadar”. 

“Vimos a la gente huir, presa del pánico de no poder salir a tiempo”, dice. “Podíamos escuchar casas derrumbándose a nuestro alrededor. Vimos a la gente mirando cómo sus casas eran destruidas frente a ellos”. 

“Miles y miles de personas se trasladaron de la ciudad a la colina para buscar refugio”, dice Melichar. “Trataron de llevarse lo que pudieron, pero fue muy poco”. 

Muchas personas lo han perdido todo, atrapadas en una colina sin agua potable, comida ni refugio. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) informan que muchos niños, niñas, mujeres embarazadas y adultos mayores se encuentran entre los miles que están en el campo informal.  

Muchos pozos están inundados y contaminados. Las personas se ven obligadas a beber agua estancada. Las reservas de alimentos han sido destruidas en un lugar donde ya había una crisis alimentaria antes de estas trágicas inundaciones masivas. La gente tiene poco refugio de la lluvia y muchos han sido víctimas de mordeduras de serpientes. El centro de salud y el hospital se inundaron y la mayoría de las existencias médicas están arruinadas. 

Hacemos un llamado a las organizaciones humanitarias para que proporcionen ayuda de emergencia a la población de Koukou y de la región, y para que evalúen las necesidades en las zonas circundantes. Dada la magnitud de las inundaciones, es urgente encontrar soluciones para llegar a las comunidades afectadas, llevar suministros y proporcionar una respuesta rápida y coordinada. 

Personal de Médicos SIn Fronteras seprepara para responder a la emrgencia por las inundaciones masivas.
Personal de MSF y sus familias en Koukou se han visto afectados las inundaciones masivas, pero trabajan para ayudar a su comunidad.

 

La alimentación y la vivienda deben ser una prioridad inmediata. Así como una respuesta eficaz en materia de agua, saneamiento e higiene para reducir el riesgo de brotes de enfermedades. Las personas pueden quedar atrapadas durante algún tiempo, con el riesgo de que las inundaciones vuelvan a aumentar aún más. 

Todo el personal de MSF y sus familias en Koukou se han visto afectados por este desastre, pero trabajan para ayudar a su comunidad. En un barco de MSF, nuestros colegas y las autoridades locales pudieron rescatar a 296 personas atrapadas por las aguas. 

Los colegas nos llamaban, nos decían que estaban flotando en sus casas, pidiéndonos que enviáramos el bote.Las balsas de la gente volcaron, tuvieron que buscar refugio en los árboles. Durante toda la noche hasta la mañana, nuestro barco estuvo ayudando a rescatar a las personas.

MSF ha establecido una clínica móvil de salud básica en la colina y está mejorando el acceso al agua potable. Pero este desastre ha ocurrido en el peor momento posible, cuando las tasas de malaria y desnutrición están en sus picos estacionales. 

“Estamos tratando la malaria, la diarrea acuosa aguda y las infecciones de las vías respiratorias”, dice Melichar.

También estamos ampliando el sistema de agua porque en este momento la población está bebiendo agua contaminada. La gente se enfrenta a la escasez de todo lo que se pueda imaginar. 

“En este escenario, me aterra pensar qué tipos de problemas de salud pueden desarrollarse. Las epidemias son una amenaza muy real”, dice. “Estamos muy preocupados. La población de Koukou necesita que las organizaciones humanitarias acudan en su ayuda, de lo contrario, este desastre natural se convertirá en una catástrofe humanitaria”. 

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