Seis meses de trabajo para ayudar a las personas tras los terremotos en el noroeste de Siria

Han transcurrido seis meses desde que los catastróficos terremotos golpearon el noroeste de Siria, dejando a su paso un paisaje marcado por la destrucción y la desesperación. Las secuelas de esta catástrofe ha impuesto enormes desafíos a un sistema de atención médica frágil y ha perturbado las vidas de innumerables personas.

En las áreas afectadas del noroeste de Siria, tanto Médicos Sin Fronteras (MSF) como nuestros socios hemos estado a la vanguardia de los esfuerzos para rehabilitar instalaciones. También proporcionamos servicios médicos esenciales y aliviamos las dificultades que sufren las personas desplazadas en las áreas más afectadas, como Jindires, Sarmada, Armanaz, Jisr Al Shughur, Al Maland, Harim y Salqin.

“Las personas en el noroeste de Siria han estado atrapadas durante doce años. Han experimentado desplazamiento interno mientras se desplazan en busca de lugares relativamente seguros”, dice Alaa Abdullah, supervisora del equipo de enfermería de MSF en Idlib.

“También sufren de condiciones de vida deterioradas debido a las desafiantes circunstancias económicas. Los terremotos exacerbaron este sufrimiento, obligando a muchos residentes a abandonar sus hogares y reubicarse en refugios y campos para personas desplazadas debido a los extensos daños en edificios e infraestructura en la zona”, continúa.

“Estas condiciones han tenido un impacto negativo en las necesidades de atención médica de las personas en el noroeste de Siria. Han surgido enfermedades de la piel en los nuevos campos para desplazados debido a cambios en el estilo de vida de las personas afectadas por los terremotos”, concluye Abdullah.

Dificultades actuales y progreso en áreas afectadas

Después de los terremotos, el noroeste de Siria ha estado lidiando con una situación precaria en lo que refiere a la atención médica. La situación se ha agravado debido a problemas preexistentes, como instalaciones médicas con falta de financiamiento y servicios limitados, que requieren una acción rápida y contundente.

El subdistrito de Jindires ha sido el más afectado. Allí se reportaron más de 1,000 muertes, y más del 80 por ciento de las estructuras fueron afectadas. Sin embargo, entre las ruinas hay señales de progreso. 

La limpieza de escombros en Jindires ha sido exitosa, sentando las bases para la reconstrucción. Además, el establecimiento de campos para personas desplazadas en el subdistrito de Afrin ha brindado un semblante de refugio para quienes fueron desarraigados por el desastre.

En las áreas de Idleb y Aleppo, desde MSF no solo nos hemos enfocado en la rehabilitación de las instalaciones. También hemos construido una ampliación en la instalación de Mashad Ruhin para dar cabida a la gran afluencia de personas. Además, el personal médico en la instalación se ha reforzado con la incorporación de un médico y una enfermera.

“Recientemente, se han observado señales de retorno a la vida normal y la participación en actividades diarias y rutinarias en algunas áreas del noroeste de Siria”, afirma Mohammed Al-Aziz, supervisor de trabajadores de salud comunitaria de MSF en Idlib.

“Sin embargo, algunas de estas áreas, especialmente las más afectadas por el terremoto, necesitan con urgencia seguimiento médico y psicológico. Esto se debe a la creciente cantidad de casos de trastornos psicológicos causados por factores como la pérdida de familiares y amigos, el pánico, el miedo y diversas lesiones”, concluye.

Esfuerzos de rehabilitación

La fase de rehabilitación abarcó una serie de actividades destinadas a restaurar instalaciones y servicios de atención médica. Para ello se incluyó el apoyo continuo a 15 centros de recepción, el establecimiento de ubicaciones avanzadas para pacientes con quemaduras y la implementación de equipos móviles en 80 ubicaciones.

El apoyo de Médicos Sin Fronteras también se extendió al Hospital General de Afreen, que desempeñó un papel vital como esfuerzo voluntario. Sin embargo, los centros de atención médica clave siguen en la fase de rehabilitación, subrayando la necesidad continua de recursos y compromiso.

A medida que la situación cambia, el enfoque se ha dirigido hacia la atención ortopédica. El apoyo de MSF a un hospital ortopédico ha incluido la capacitación para cirujanos ortopédicos y mejoras en la prevención y control de infecciones.

Sin embargo, las limitaciones de financiamiento inminentes impactarán las operaciones del hospital en las próximas semanas. Además, persisten las brechas en cuanto a servicios especializados de atención médica, dificultando el acceso a la atención médica esencial.

“Las personas en el noroeste de Siria han estado atrapadas durante doce años. Han experimentado desplazamiento interno mientras se desplazan en busca de lugares relativamente seguros”, dice Alaa Abdullah, supervisora del equipo de enfermería de MSF en Idlib.

“Los terremotos causaron una angustia psicológica generalizada entre las personas, con un aumento significativo en los trastornos psicológicos”, asevera Abdullah. “Han surgido casos de desajuste a la situación posterior al terremoto, especialmente entre los niños y niñas. Esto ha llevado a la existencia de problemas de comportamiento como mojar la cama, aumento de la agresión, apego a los padres, pesadillas y aislamiento social”, concluye.

Reconociendo el costo psicológico de los terremotos, hemos ampliado nuestro alcance para incluir el apoyo en salud mental. Nuestros equipos han iniciado servicios de salud mental en clínicas móviles, que se han convertido en una parte integral de nuestras actividades en curso. 

Estos servicios también incluyen actividades recreativas en varios centros colectivos, incluidos los campos Al Nour, As Sana, Wade Raseef y Al Kwathar. Nuestro objetivo es brindar alivio y apoyo psicológico a las personas.

A medida que continúa el proceso de recuperación, seguimos comprometidos con nuestros esfuerzos en curso al integrarlos en nuestras actividades regulares. Estos esfuerzos se centran en ampliar instalaciones, reclutar personal médico adicional y proporcionar actividades esenciales de salud mental y recreativas.