Sierra Leona: Aprendiendo del pasado, preparándose para el futuro

MSF Hospital in Kabala, Sierra Leone

Paul Jawor, un experto en agua y saneamiento de MSF (WATSAN, por sus siglas en inglés) establecido en Barcelona, ha trabajado en la respuesta post Ébola en Sierra Leona desde el 2016. Su trabajo es asegurarse que el tratamiento de agua, saneamiento e higiene que realiza MSF cumpla con los estándares requeridos.
En este texto, Paul hace un recuento del progreso que ha observado en las regiones de Mongo y Kabala, al norte del país, durante los últimos tres años.

Paul Jawor, un experto en agua y saneamiento de MSF (WATSAN, por sus siglas en inglés) establecido en Barcelona, ha trabajado en la respuesta post Ébola en Sierra Leona desde el 2016. Su trabajo es asegurarse que el tratamiento de agua, saneamiento e higiene que realiza MSF cumpla con los estándares requeridos.

En este texto, Paul hace un recuento del progreso que ha observado en las regiones de Mongo y Kabala, al norte del país, durante los últimos tres años.

“Todos los años visito los proyectos de MSF en Sierra Leona, en Mongo y Kabala regiones que se encuentran al norte del país, aproximadamente en las mismas fechas. Desde el 2016, parte de mi trabajo ha sido asegurarme que cumplimos con los estándares adecuados en cuestiones de agua y saneamiento."

 

2016

 

Cuando los visité al principio de la misión en el 2016, las condiciones eran realmente malas. No había agua limpia, y la poca cantidad que había tampoco era suficiente.

 

No había una separación de los desechos médicos, lo cual es un gran problema, pues significa que los instrumentos potencialmente peligrosos como las agujas, no eran desechadas correctamente. ¡Y había animales –cabras, perros, gallinas- corriendo por todo el hospital!

 

El mortal brote de Ébola del 2014-2015 llevó a que muchos miembros del equipo se marcharan o que se volvieran víctimas de la enfermedad. De los 1,100 trabajadores de salud en Sierra Leona, más de 300 fueron infectados con Ébola y muchas instalaciones médicas quedaron gravemente faltas de personal.

 

Los servicios estaban colapsando, especialmente en el norte, que fue una de los lugares donde el Ébola apareció por primera vez en el país. En la ciudad de Kabala buscábamos apoyar a las abrumadas instalaciones médicas, especialmente a los departamentos de maternidad y pediatría, así que comenzamos a brindar apoyo al hospital en Koinadugu, a otros centros médicos en la periferia y a los puestos de salud en Mongo.

 

Durante el primer año, la realidad era que los estándares de WASH (agua, saneamiento e higiene por sus siglas en inglés) estaban muy por debajo de lo aceptable –las instalaciones médicas debían alcanzar un puntaje de 100 para demostrar que conocían/tenían el estándar necesario para un adecuado saneamiento e higiene, pero el puntaje de Mongo y Kabala fue 30 y 28 respectivamente. Había mucho que mejorar.

 

2017

 

Cuando regresé en el 2017, hubo un progreso notable. Se instaló un área para manejo de desperdicios y los puntos para el lavado de manos estaban listos. El personal obtuvo algunos equipamientos de protección apropiados en caso de que se presentara alguna emergencia de una enfermedad altamente contagiosa como el Ébola.

 

El equipo estaba cerca de terminar el reemplazo de las tuberías de agua de las instalaciones médicas asistidas por MSF para suministrar agua potable y reducir el desperdicio. Había 48 higienistas capacitados trabajando en las instalaciones.

“El cambio era realmente impresionante”

 

 

2018

 

En el 2018 hubo un progreso aún mayor, a pesar de que los progresos más grandes en cuanto a los estándares se habían realizado el año anterior. El área de manejo de desechos ya se había completado y los desechos se estaban separando y desechando correctamente. Trabajamos en dos pozos para mejorar el suministro de agua e inyectábamos cloro directamente a todo el suministro de agua para asegurarnos que era apta para ser bebida.

 

También logramos progresar en la cuestión del control de vectores –que busca limitar la propagación de enfermedades a través de mosquitos, ratas, perros, entre otros. En cada cama había un mosquitero, pantallas en las ventanas para prevenir que entraran a las salas, y lo más importante, ¡no había más cabras y perros dentro de las instalaciones!

 

Fue grandioso ver mejoras tan claras evolucionando gradualmente cada año, y saber que elevando estos estándares nos aseguraríamos que menos personas saldrían de las instalaciones médicas con nuevas infecciones.

 

También aprendimos importantes lecciones que podemos ser capaces de retomar tanto dentro como fuera de Sierra Leona, como en el reciente caso de emergencia de Ébola de nuevo en la República Democrática del Congo.

 

Si necesitamos responder a una emergencia aquí en Sierra Leona otra vez, seremos capaces de empezar desde un nivel aún más ventajoso.

 

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