Siria: trampas explosivas y minas esperan a las personas que regresan a Raqqa

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Seis semanas después de que los enfrentamientos disminuyeran en Raqqa, Siria, y los pueblos circundantes, los antiguos habitantes están regresando a sus hogares y descubriendo que sus casas están en ruinas, que sus calles y campos están repletos de restos de guerra sin detonar, como las trampas explosivas, minas, municiones y misiles.

Seis semanas después de que los enfrentamientos disminuyeran en Raqqa, Siria, y los pueblos circundantes, los antiguos habitantes están regresando a sus hogares y descubriendo que sus casas están en ruinas, que sus calles y campos están repletos de restos de guerra sin detonar, como las trampas explosivas, minas, municiones y misiles. 
 
En sólo diez días, del 19 al 28 de noviembre, 49 pacientes con heridas provocadas por explosiones llegaron a la clínica gestionada por Médicos Sin Fronteras (MSF) en un vecindario al este de la ciudad de Raqqa.
 
"Cuando visitamos por primera vez el vecindario Al Meshlab estaba prácticamente desierto, pero en nuestra última visita la gente estaba regresando lentamente para revisar el estado de sus casas", dice Craig Kenzie, líder del equipo de respuesta de emergencia de MSF en Raqqa. "Algunos han encontrado sus casas en ruinas; otros han encontrado cadáveres y explosivos en sus casas, jardines y calles. Todos temen detonar trampas explosivas al entrar en edificios o pisar algo que podría explotar.”
 
Las personas con heridas críticas enfrentan inmensas dificultades para conseguir una estabilización adecuada y atención de trauma. Muchas carreteras están dañadas o bloqueadas, así que una ambulancia puede tardar de una a dos horas en llegar al hospital más cercano en funcionamiento que cuente con capacidad quirúrgica. Como resultado, las personas con heridas graves corren el riesgo de morir antes o durante el viaje.
 
 
Desde que los enfrentamientos disminuyeron en Raqqa a mediados de octubre, los equipos de MSF en el hospital Tal Abyad, el más cercano con capacidad quirúrgica de la ciudad de Raqqa, han tratado a más de 85 pacientes con lesiones provocadas por una explosión. En ese mismo periodo, los equipos de MSF en el cercano hospital de Kobanê trataron a 23 pacientes heridos por explosiones.
 
"Las personas que conocimos en Al Meshlab nos dijeron que habían huido del vecindario hacía meses, a medida que los ataques aéreos aumentaban y los enfrentamientos se intensificaban", dice Kenzie. "Algunos fueron obligados a huir cuando sus casas comenzaron a ser utilizadas como puestos de combate".
 

Entre los escombros

 
"Regresé hace dos días y descubrí que mi casa había sido gravemente dañada", dijo una mujer de 45 años. "Intenté por lo menos deshacerme de los escombros antes de traer a mi familia de regreso. Todavía tenemos que reconstruir nuestra casa, pero vivir en tu propia casa, aunque esté dañada, es mejor que vivir en una tienda de campaña, incluso si hay temperaturas bajo cero y no hay un techo sobre tu cabeza ".
 
"Dos ataques aéreos golpearon nuestra casa", comentó un hombre de 28 años. "Nos llevará meses reconstruirla. Hay bebés en nuestra familia y no podemos hacer que vivan en estas condiciones”.
 
"Escuché que mi casa había sido golpeada, pero no sabía que fue destruida", dijo un hombre de 33 años. "Regresé ayer y descubrí que todo lo que queda son escombros. No puedo pagar la reconstrucción, así que seguiré viviendo en una tienda de campaña hasta que pueda encontrar una manera de construir mi casa de nuevo".
 
 
"Muchas de las casas que siguen de pie en Al Meshlab tienen cicatrices de la guerra", dice Kenzie. "Tienen marcas de balas, ventanas rotas y agujeros provocados por las explosiones. Las calles están repletas de basura y objetos personales. Muchos edificios han sido saqueados y muchas carreteras están bloqueadas por los automóviles quemados.
 
 Por lo que vemos, los enfrentamientos aquí fueron extremadamente intensos. Hay todo tipo de artefactos explosivos entre los escombros. Es posible que los enfrentamientos se hayan detenido, pero las personas siguen siendo heridas. Es devastador ver a personas que han experimentado los enfrentamientos, la inseguridad y el desplazamiento, que ya han perdido tantas cosas, aún en riesgo de sufrir lesiones o morir. Nuestros equipos médicos están listos para responder a las necesidades quirúrgicas de las personas con heridas mortales.
 
Es natural que quienes fueron obligados a huir de sus hogares por los enfrentamientos quieran regresar y encontrar una manera de seguir con sus vidas. Se enfrentan a una elección casi imposible: quedarse indefinidamente en refugios temporales –que frecuentemente son compartidos con muchas otras familias–, o regresar a sus casas en Raqqa. Los que regresan tienen que aceptar los riesgos y desafíos de vivir en lo que hace poco era un campo de batalla, rodeados de explosivos. Educar a la gente sobre de las minas puede aumentar su conocimiento de los peligros y ayudarlos a sopesar esta difícil elección".
 
"A pesar de la devastación, las personas que regresan están haciendo todo lo posible para volver a hacer que Al Meshlab sea habitable”, declara Kenzie. "Vemos a personas y familias que regresan todos los días, comenzando el enorme trabajo que implica la limpieza, ayudándose unos a otros a deshacerse de los escombros y de las barricadas de tierra apilada frente a sus puertas que quedaron tras los enfrentamientos".
 
Al Meshlab es sólo uno de los muchos barrios en la gobernación de Raqqa que deben ser seguros y tienen que reconstruirse para que las personas puedan regresar a sus hogares sin arriesgar sus vidas. Los enfrentamientos activos en esta región de Siria pueden haberse terminado, pero es probable que las consecuencias humanitarias y sanitarias sean palpables en los próximos años.
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