Sudán del Sur: dar a luz en medio de las inundaciones

El hospital de MSF en Ulang, Sudán del Sur, es el único centro de atención médica secundaria en la región
Nyaliep y su hija Nyalat en la sala durante una visita para una consulta de cuidados postnatales. Nyalat, que significa "lunes", nació en el hospital de Ulang un mes antes. ©MSF/Verity Kowal, 2022.

El reto de la maternidad en Sudán del Sur comienza mucho antes del parto. Los servicios de salud sexual y reproductiva no son accesibles para la mayoría de las mujeres en el condado de Ulang, en el estado del Alto Nilo.  

Algunas comunidades están completamente aisladas durante cinco o más meses al año. La temporada de lluvias convierte el suelo en lodo y las aguas suben. Incluso en la estación seca, el centro de salud más cercano suele estar a varios días a pie de la casa de cualquier mujer. 

La mayoría de las mujeres dan a luz en sus propios hogares, acompañadas por una partera tradicional. Sabemos de más de 600 partos que tuvieron lugar en comunidades rurales cercanas al hospital. Estas familias no tienen más alternativa que esperar que el parto se desarrolle sin problemas.  

MSF respondió a la emergencia por inundaciones en Sudán del Sur
Los diques que protegían Doma, en Ulang, se rompieron bajo la presión de la crecida de las aguas en octubre de 2022. La población no tuvo más remedio que abandonar sus hogares. ©MSF/Verity Kowal, 2022.

 

Si algo sale mal y la vida de la madre o de su bebé corre peligro, puede que sea imposible derivarles a un hospital. Las redes móviles son irregulares. Los barcos y el combustible son costosos, poco fiables y escasos. La mayoría de los viajes son largos y la presencia de grupos armados puede hacer imposible el desplazamiento. 

El hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Ulang es el único centro de atención médica secundaria en una región que alberga a más de 100,000 personas que viven en la ciudad de Ulang y en las aldeas a lo largo del río Sobat. Uno de los servicios que brindamos es la atención básica para emergencias obstétricas y neonatales.  

También capacitamos a las parteras tradicionales de diferentes lugares para que puedan ayudar a traer a las madres a nuestro hospital tan pronto como identifiquen que es posible que un parto tenga complicaciones. 

Cada uno de los 443 bebés que nacieron en el hospital de Ulang el año pasado tiene una historia. Éstas son solo dos de ellas: 

 

Nuevo pasajero a bordo 

“Uno de los integrantes de nuestro personal se me acercó y me dijo que su familiar estaba en labor de parto desde ayer. No sabía qué hacer”, cuenta Hakim Abdulahi Ali, referente médico del proyecto. 

“Nuestra lancha salió del muelle unos 20 minutos después. Contábamos con todas las personas y equipamiento que nuestra paciente pudiera necesitar. Escuchamos que el pueblo de la mujer estaba a 40 minutos. No teníamos información sobre la madre o su bebé. No sabíamos lo que podríamos encontrar. 

En un pueblo llamado Pachuey encontramos a hombres, mujeres, niñas y niños apuntalando diques para impedir el paso del agua de la inundación. 

Les dijimos que éramos el equipo de MSF, y que veníamos a recoger a la mujer en trabajo de parto. Pudimos ver alegría en sus rostros mientras se apresuraban a llevarla al bote. La supervisora ​​de parteras la evaluó rápidamente mientras iniciábamos el viaje. 

El hospital de MSF en Ulang, Sudán del Sur, es el único centro de atención médica secundaria en la región
MSF utiliza embarcaciones para llegar a las comunidades de difícil acceso a lo largo de las riberas de los ríos, entregando material de emergencia y trasladando a la población hasta el hospital. A veces es necesario que los barcos actúen como improvisadas salas de urgencias o de partos. ©MSF/Verity Kowal, 2022.

 

El viaje de 50 minutos de regreso al hospital parecía eterno. ¿La madre daría a luz mientras estábamos en el barco? ¿Qué podría salir mal? ¿Y si el parto se prolongaba? Eso sería peor aún. Si necesitara una cesárea, la única opción sería derivarla al hospital de MSF en Malakal, a ocho horas de viaje en barco. 

Y pronto, vimos que el bebé estaba a punto de nacer. 

Redujimos la velocidad del bote para que la madre se sintiera más cómoda en la improvisada camilla de partos. 

Finalmente escuchamos el primer llanto del pequeño. La abuela se apresuró a sostener al bebé. Estaba muy feliz. 

Todavía estábamos en camino, navegando y cuidando a la madre y su bebé, cuando ella expulsó la placenta de manera segura 15 minutos después. 

El conductor llamó por radio a la base. ‘¡Tenemos un nuevo pasajero a bordo!’”. 

 

Unas gemelas muy fuertes

“Durante mis actividades matutinas comencé a sentir algo de dolor”, contó nuestra paciente al gestor de actividades médicas de MSF, Mananyahleshal Girma Ayelaw. 

Tenía 28 semanas de su cuarto embarazo y sabía que algo no iba bien. 

Tuvo relativa suerte. Solo fue un viaje de 30 minutos desde donde vivía hasta el hospital de Médicos Sin Fronteras en Ulang. 

Aun así, no llegó a tiempo. El dolor que sintió resultó ser de trabajo de parto y dio a luz a dos bebés prematuras en la orilla de la carretera, cuando se dirigía hacia nosotros. 

“Me alegro por este hospital y por todas las personas que lucharon conmigo para que mis bebés sobrevivieran” cuenta la madre de 32 años, con una sonrisa en el rostro. 

Cuando llegaron, todo el equipo médico se apresuró para ayudar a las dos bebés, que se habían adelantado casi tres meses. 

Estas bebés aún necesitaban semanas de crecimiento antes de estar listas para el mundo. Trabajamos con la madre, monitoreando a todas de cerca e imitando el entorno natural del útero. Se necesitó mucho valor y compromiso por su parte, y fuerza por parte de las bebés. 

Después de 24 días de trabajo y determinación, las fuertes gemelas Nyaboth y Nyadouth estaban siendo amamantadas. Las niñas y su madre estaban sanas. Tras un comienzo desafiante, pudieron volver a casa y encontrarse con sus hermanos y hermanas. 

 

El hospital de MSF en Ulang, Sudán del Sur, es el único centro de atención médica secundaria en la región
El condado de Ulang, en el estado del Alto Nilo, Sudán del Sur, sufre inundaciones periódicas cuando la estación de lluvias desborda las riberas del río Sobat, afluente del Nilo. Cada año, estas inundaciones son mayores y duran más tiempo. ©MSF/Verity Kowal, 2022.

 

 

Médicos Sin Fronteras abrimos un hospital de 30 camas en Ulang, en el estado del Alto Nilo en 2019. Esta es la única instalación de atención médica secundaria en la región. Los servicios del hospital incluyen atención pediátrica, con un centro integrado de alimentación terapéutica, sala de emergencias las 24 horas, derivaciones, atención de kala azar, tratamiento de tuberculosis y VIH y servicios de salud mental. 

Médicos Sin Fronteras hemos estado trabajando en la región que hoy constituye la República de Sudán del Sur desde 1983. Actualmente, trabajamos en 13 proyectos en todo el país, tanto en áreas controladas por el gobierno como en disputa, brindando servicios médicos esenciales a las comunidades necesitadas. 

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