Sudán del Sur: la población que tuvo que huir al bosque en Leer afronta una situación desesperada

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El número de casos de violencia sexual comienza a ser alarmante. MSF ha perdido el contacto con dos terceras partes de su personal local.

El número de casos de violencia sexual comienza a ser alarmante. MSF ha perdido el contacto con dos terceras partes de su personal local.

La situación de seguridad en Leer y en las áreas adyacentes, en el estado de Unidad (Sudán del Sur) cada vez va a peor, lo que tiene devastadoras consecuencias para los miles de desplazados que han huido y se esconden en el bosque.

El pasado 30 de enero, miles de personas -entre ellos 240 trabajadores sursudaneses de MSF del hospital de Leer, y una docena de pacientes heridos de gravedad que se llevaron con ellos- tuvieron que huir. A día de hoy, la situación sigue empeorando, las condiciones de vida en el bosque son pésimas y MSF ha perdido contacto con más de la mitad de su equipo desplazado en el bosque.

“Mucha gente de Leer sigue en el bosque y tienen hambre. La falta de comida y agua es un problema para todos. Hay gente que está bebiendo agua sucia del río. De día tenemos que permanecer escondidos; para nosotros es más seguro movernos de noche”, explica uno de los miembros* del equipo sursudanés de MSF que está escondido en el bosque, a las afueras de Leer.

“La situación en el terreno ahora mismo es caótica y muy preocupante; es muy difícil saber dónde se encuentran los civiles que huyeron de Leer”, dice Raphael Gorgeu, coordinador general de la organización en Sudán del Sur. “Solo conseguimos contactar con nuestro equipo de forma esporádica, y lo que nos describen es una situación desesperada. Son miles las personas que están viviendo en condiciones terribles, completamente vulnerables a las enfermedades, a la deshidratación, la desnutrición y a los ataques”.

Los equipos locales de MSF continúan haciendo todo lo que está en sus manos por los pacientes, pero las medicinas y el material sanitario se están acabando. Ahora mismo hay 15 casos que requieren cirugía, pero el equipo empieza a estar desabastecido de material quirúrgico.

“Los compañeros con los que aún seguimos en contacto nos explican que el deterioro de la situación de seguridad ha provocado que la gente se haya adentrado aún más en el bosque. Además, se han ido disgregando en pequeños grupos para tratar de evitar más ataques, lo que significa que, a su vez, han tenido que repartirse el material médico, que ahora ya solo usan en casos absolutamente imprescindibles”, explica Gorgeu.

Uno de los equipos de MSF está tratando una media de 45 enfermos diarios. La mayoría son casos de diarrea acuosa, infecciones respiratorias y malaria, directamente relacionados con las pésimas condiciones de vida, ya que la gente no tiene refugio ni mosquiteras. Además, se está produciendo un alarmante número de casos de violencia sexual.

“Cada vez que hablamos con ellos, resulta descorazonador. Ya no es sólo las condiciones de vida tan precarias que están teniendo que soportar, es que, además, se están quedando sin material médico, cuando saben que la atención sanitaria que ellos puedan dispensar es la única que hay disponible en todo el sur del estado de Unidad”, añade Gorgeu. “Necesitamos poder acceder a la población civil que se mantiene viva a duras penas en aquella zona y proveer de material a nuestros equipos, pero los constantes enfrentamientos hacen que sea demasiado peligroso. No sabemos hasta cuándo podrán resistir en una situación así”.

MSF trabaja en Leer desde hace 25 años proporcionando atención primaria, cirugía y cuidados intensivos, salud materno-infantil, tratamiento de VIH y tuberculosis. El pasado 30 de enero, el equipo sursudanés de MSF tuvo que abandonar el hospital de Leer. Desde entonces, la organización no ha logrado recoger información sobre el estado de dicha infraestructura, la única que funcionaba a pleno rendimiento en el sur del estado de Unidad, cubriendo una población de 270,000 personas. En cuanto la seguridad lo permita, MSF volverá al hospital para ofrecer atención médico-humanitaria.

  • Por razones de seguridad, MSF mantiene en el anonimato a los miembros de su equipo sursudanés.
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