Sudán del Sur: las comunidades se preparan para nuevas inundaciones antes de la temporada de lluvias

Comunidades de Sudán del Sur se preparan para la temporada de lluvias con apoyo de MSF
El personal de MSF asegura una canoa en la parte superior de un camión con remolque después de descargar una en Aree Village en el condado de Akoka, estado del Alto Nilo. Sudán del Sur, 31 de mayo de 2023. © Paul Odongo/MSF

Con un paisaje reseco de fondo, un tractor de Médicos Sin Fronteras (MSF) ruge al acercarse a un pequeño pueblo de Dentiuk, en el estado del Alto Nilo, en Sudán del Sur. Lleva un remolque al que está atada una canoa de madera que chirría al moverse.

“¿Está seguro de que estamos en el lugar correcto?”, pregunta el conductor.

“Aunque no lo parezca, cuando llegan las lluvias, toda esta zona se ve gravemente afectada por las inundaciones. La única forma de desplazarse es en barco”, explica Jorge, responsable del equipo de logística de MSF. “Por suerte, en este pueblo, las casas se han construido en terrenos más altos”. 

La aldea es una de las 11 del estado del Alto Nilo que han recibido canoas de Médicos Sin Fronteras (MSF) para ayudar a trasladar a las personas enfermas y mujeres embarazadas durante la estación de lluvias, que suele ir de junio a octubre.  

Las lluvias de este año aún no han llegado, pero las previsiones estacionales y las proyecciones sobre el cambio climático apuntan a que se avecinan tiempos difíciles. En mayo, la ONU predijo que las recientes lluvias torrenciales en la cuenca del lago Victoria, unidas al fenómeno de El Niño previsto para finales de este año, causarán graves inundaciones en partes de Sudán del Sur en los próximos meses.  

 

Comunidades de Sudán del Sur se preparan para la temporada de lluvias con apoyo de MSF
Un tractor de MSF en Dentiuk, condado de Akoka en el estado del Alto Nilo. Allí, nuestros equipos han distribuido canoas para ayudar a la comunidad a transportar a los enfermos al hospital cuando se inunda. Sudán del Sur, 31 de mayo de 2023. © Paul Odongo/MSF

 

Las inundaciones han sido una pesadilla para Sudán del Sur durante muchos años. En los últimos cuatro años, se han producido las peores inundaciones de la historia de esta joven nación, agravadas por el cambio climático. Durante la estación de lluvias, las aguas arrasaron pueblos enteros, destruyeron cosechas, ahogaron ganado y causaron grandes daños a las infraestructuras. Además de obligaron a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares. 

El año pasado, una parte más grande que nunca de Sudán del Sur quedó cubierta de agua, y en algunos lugares, las aguas aún no han retrocedido. En Bentiu, estado de Unidad, el campo de personas desplazadas es, en realidad, una isla protegida por diques. Algunos pueblos de Old Fangak, en el estado de Jonglei, siguen bajo el agua. 

Mary Abur Thon, de 26 años, tuvo que ser desplazada de su hogar en Peldiarowei, estado del Alto Nilo, por las inundaciones del pasado agosto. Huyó con su esposo sus dos hijos y otros familiares al condado de Akoka, donde la situación era un poco mejor.

“Una noche, tras unas fuertes lluvias, el nivel del agua no paraba de subir y los niños no podían ni caminar”, cuenta. “No teníamos comida, ya que toda la tierra estaba cubierta por el agua. Caminamos durante días hasta aquí.Cuando llegamos, vimos que también estaba inundado, aunque no tanto”, concluye.

Para la población local, las inundaciones son catastróficas. Les impiden acceder a los alimentos y a menudo la aíslan en pequeñas zonas sobrepobladas y desprovistas de infraestructura. Vivir a la intemperie, sin mosquiteras y rodeados del agua estancada donde se crían los mosquitos, aumenta drásticamente el riesgo de contraer malaria, que ya es la principal causa de muerte en Sudán del Sur.

Las inundaciones contaminan las fuentes de agua, aumentando así el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la diarrea acuosa aguda. Por otro lado, las condiciones de hacinamiento facilitan la propagación de enfermedades infecciosas. Comunidades enteras quedan sin acceso a la atención médica, lo que pone en peligro muchas vidas.  

Para organizaciones Médicos Sin Fronteras, llegar hasta las personas necesitadas es cada vez más difícil, ya que las inundaciones arrasan o cubren carreteras, puentes y pistas de aterrizaje.  

Comunidades de Sudán del Sur se preparan para la temporada de lluvias con apoyo de MSF
Un niño rema en una canoa por el río Nilo en Rom, condado de Akoka, en el estado del Alto Nilo. Sudán del Sur, 30 de mayo de 2023. © Paul Odongo/MSF

 

En este contexto, desde MSF hemos ayudado a las comunidades a prepararse para la estación de lluvias. Al mismo tiempo garantizamos su acceso a la atención médica.  

“Cuando las personas se enferman aquí, no tenemos medios para transportarles a un lugar como Malakal, salvo en barco”, afirma Angau Biech, jefe de la aldea de Aree, en el condado de Akoka, que recientemente recibió una canoa de MSF. “Antes teníamos que alquilar barcas para ello, pero ahora nos será más fácil transportar a la gente a través del río hasta Kodok. Desde allí, MSF vendrá por ellas”.  

Médicos Sin Fronteras también hemos estado distribuyendo suministros médicos en diversas localidades de todo el país, incluyendo nuestros proyectos en el estado del Alto Nilo, centrándonos en las zonas más vulnerables. Nos aseguramos de que los medicamentos y suministros para tratar la malaria, las enfermedades transmitidas por el agua y las enfermedades infecciosas estén almacenados de forma segura y fácilmente disponibles. Así esperamos poder contener cualquier brote futuro en una fase temprana y evitar que se propague.   

Para ayudar a las comunidades a proporcionar la primera línea de atención en situaciones de emergencia, nuestros equipos también capacitan a miembros clave de comunidades remotas en habilidades médicas. Enseñandesde primeros auxilios básicos hasta atención avanzada, pasando por el apoyo a mujeres embarazadas durante el parto y la asistencia en partos. 

“El parto no es un proceso que pueda ralentizarse una vez que empieza. Pero, en estas zonas, el centro de salud más cercano suele estar a varias horas de distancia, y mucho más en épocas de lluvias torrenciales e inundaciones”, explica Dinatu, responsable de actividades de matronas de MSF en Malakal. Estamos capacitando a parteras tradicionales de las aldeas. Buscamos que adquieran habilidades adicionales a fin de apoyar a las futuras madres mientras las llevan camino al centro de salud más cercano”. 

Dada la magnitud de las inundaciones de los últimos cuatro años, parece que las inundaciones graves son una nueva realidad para Sudán del Sur. Abordar los múltiples y complejos retos que esto plantea exigirá esfuerzos concertados por parte de las autoridades, los donantes y la comunidad humanitaria, tanto para garantizar que la población tenga acceso a la atención médica como para prever y abordar las consecuencias futuras del cambio climático en la región. 

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