Sudán: Un salvavidas para las comunidades atrapadas por la violencia

Las y los trabajadores de salud comunitarios son un salvavidas para las comunidades en El Geneina.

El equipo de trabajadores de salud comunitarios de MSF, son un salvavidas para las comunidades en El Geneina
La supervisora del equipo de promoción de la salud de MSF en El Geneina. Dirige a 10 trabajadores sanitarios comunitarios que viven en cinco puntos de reunión diferentes.  ©Majd Aljunaid/MSF

“Durante los últimos eventos de violencia aquí,  el  equipo hizo un gran trabajo ayudando y brindando primeros auxilios a las personas heridas para luego referirlas a las clínicas cercanas”, explica Entisar Mohammed Khamks, supervisor de equipo de promoción de salud de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Geneina, quién gestionó a 10 trabajadoras y trabajadores de salud comunitarios capacitados que vivían en diferentes asentamientos. 

En abril del 2022, los trabajadores de la salud comunitarios— hombres y mujeres de familias desplazadas que asisten a sus propias comunidades– ayudaron y estabilizaron a personas heridas durante los días de combates activos en El Geneina, la capital del estado de Darfur Occidental en Sudán. Los trabajadores de salud comunitarios brindaron asistencia cuando los equipos de Médicos Sin Fronteras y otros proveedores de atención médica no podían movilizarse debido a los combates. 

Actividades médicas en la clínica fija de MSF, la farmacia, triaje y la sala de espera
Actividades médicas en la clínica fija de MSF, la farmacia, triaje y la sala de espera. ©Susanne Doettling/MSF

 

Alrededor de 200 personas fueron reportadas como fallecidas durante el violento ataque en el pueblo de Kreinik en abril  localizado a unos 80 kilómetros de El Geneina. En cuestión de horas, la violencia también había llegado a la capital del estado. Muchas más personas resultaron heridas y casi 87,000 fueron desplazadas, para miles de ellas no fue la primera vez. 

“El día en que los combates llegaron al refugio y a nuestro vecindario, oí fuertes disparos. Mis niños y yo, junto con otras familias, huimos por nuestras vidas”, dice Ekhlas Abu Bakr Ali, quien regresó poco después con algunas familias y continuó su labor como trabajador de salud comunitario de MSF cuando, en mayo, nuestro equipo reinició las actividades de la clínica móvil en un edificio escolar vacío. Desde MSF elegimos la escuela por su ubicación central y accesible para las diferentes comunidades circundantes  de familias desplazadas y de acogida. 

Darfur ha estado atrapada durante décadas en medio de un ciclo de violencia y desplazamientos, que han desarraigado a familias y  robado a comunidades enteras sus medios de vida como ganado, cultivos y tierras. Los ataques violentos en Darfur occidental han vuelto a aumentar en los dos últimos años. 

Ekhlas, es trabajadora de la salud comunitaria en MSF
Ekhlas, es trabajadora de salud comunitaria en MSF en El Geneina. ©Susanne Doettling/MSF

 

Ekhlas encontró refugio en una pequeña y sofocante habitación junto con otras nueve mujeres y sus hijas e hijos dentro del edificio escolar. Ella ha sido desplazada con sus pequeños en varias ocasiones en los últimos años.  

“Me gusta mi trabajo. Nosotras visitamos a personas en sus hogares, dentro de los asentamientos, para reforzar las buenas prácticas de higiene. Me gustaría volver a casa una vez que sea seguro, donde solíamos vivir y trabajar. Teníamos tierras de cultivo y trabajábamos en la agricultura”, explica. 

Nuestro equipo estableció un modelo descentralizado de atención en El Geneina y sus alrededores. Capacitaron a trabajadores de salud y personas voluntarias de la comunidad y les equiparon con botiquines médicos de emergencia. Garantizan el acceso a la atención médica, en todo momento, y especialmente durante los picos de violencia cuando las personas están atrapadas, como fue el caso durante los ataques en abril. 

Los trabajadores de salud comunitarios capacitados por MSF desempeñaron un papel vital para garantizar los primeros auxilios a las personas que no pudieron acceder a los centros de salud durante los combates. Viven en algunos de los más de 100 asentamientos informales repartidos por toda la ciudad, que hoy albergan a más de 100,000 personas que han huido de episodios recurrentes de violencia mortal. 

El equipo de trabajadores de salud comunitarios son un salvavidas para las comunidades en El Geneina
Emily Wambugu, enfermera y partera keniana del proyecto PMR de MSF en el Hospital Docente El Geneina, en la zona de triaje de la sala de pediatría gestionada por MSF. ©Susanne Doettling/MSF

 

“Trabajamos (en junio de 2022) en cinco asentamientos y, en cada uno, teníamos a dos trabajadores de salud comunitarios. Colaboramos con docenas de otros trabajadores de salud comunitarios [que no son trabajadores de MSF pero que reciben incentivos], para difundir mensajes de salud a las personas y familias desplazadas para mejorar las prácticas de salud y crear conciencia entre las comunidades sobre las enfermedades transmisibles y cómo protegerse a sí mismas y a sus hogares. También realizan exámenes de nutrición para niñas y niños y trabajamos con líderes comunitarios que asisten a sesiones de concientización y ayudan a difundir los mensajes”, explica Entisar. 

Hidar Abugassim Adam, desde el asentamiento en el complejo de la Universidad Abierta de Sudán, explica lo que lo motiva a seguir siendo trabajador de salud comunitario: “Estamos en los asentamientos seis días a la semana, explicando cómo mantener una buena higiene y prevenir la propagación de enfermedades; y para disuadir a los niños y niñas de jugar con agua sucia. Hay muchos casos de diarrea y malaria aquí.  Puedo ayudar a mi familia y a mi comunidad. Estoy estudiando enfermería en la universidad. Me encanta ayudar a la gente y eso es lo que hacen las enfermeras”. 

Los trabajadores comunitarios de salud proporcionan cuidados de salud básicos, realizan sesiones de educación médica, estabilizan a personas enfermas y heridas. En el primer semestre de 2022 organizaron el 90 por ciento de las derivaciones a clínicas y hospitales en El Geneina.  

En los meses entrantes, desde Médicos Sin Fronteras replicaremos el modelo descentralizado de atención en las comunidades de acogida y desplazadas en la ciudad de Kreneik y sus alrededores. 

línica móvil de MSF en un punto de encuentro de El Geneina
Fátima con sus cuatro hijos en una clínica móvil de MSF en un punto de encuentro de El Geneina. ©Majd Aljunaid/MSF

 

 

Desde 2021, MSF trabajamos en la ciudad de El Geneina y las comunidades circundantes. Nuestro equipo apoya de forma remota el hospital en la ciudad de Kreinik, para abordar las necesidades de las comunidades desplazadas y afectadas por la violencia .  

En el Hospital Universitario de El Geneina, estamos apoyando la sala de pediatría y los departamentos de nutrición para pacientes hospitalizados, la sala de urgencias, mejorando las medidas de prevención y control de infecciones, y los servicios de agua y saneamiento. Gestionamos una clínica fija hasta julio de 2022 y continuamos ayudando con clínicas móviles en sitios de extensión en comunidades cercanas a El Geneina. 

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