Superando desafíos para salvar vidas en una maternidad en Yemen

Como en la mayoría de los países afectados por conflictos, Yemen tiene un sistema de salud colapsado. Esto hace que las mujeres y los niños sean particularmente vulnerables a las complicaciones de salud.

Raheema Mohamed Ali, de 25 años, de Mocha, en la maternidad de MSF en el Hospital General de Mocha, Yemen.
Raheema Mohamed Ali, de 25 años, de Mocha, en la maternidad de MSF en el Hospital General de Mocha, Yemen. © Julie David de Lossy/MSF

Desde nuestra maternidad en el hospital general de Mocha, Médicos Sin Fronteras (MSF) brindamos atención esencial a mujeres embarazadas en la costa oeste de Yemen. Enfrentamos complicaciones de embarazos de alto riesgo en un contexto de conflicto y acceso limitado a servicios médicos.

“Le dije a mi esposo que no sobreviviría otro parto, porque tengo diabetes”, explica Negah Abdallah Ali, quien acaba de dar a luz a su bebé sano, Ashraf, en nuestra sala de maternidad en el hospital general de Mocha.

En la costa oeste de Yemen, es una soleada tarde de lunes. En el exterior, el aire es de 35 grados centígrados, pero en el interior de la sala de posparto, Negah y las otras madres pueden sentir una brisa relajante del aire acondicionado. Mirando por la ventana, las pacientes pueden ver el ritmo creciente del Mar Rojo justo más allá del hospital.

 

Esta es la hija de Elham, de 3 días, nacida a las 39 semanas en la maternidad, tenía taquipnea y la ingresaron en la unidad de cuidados neonatales. El equipo de enfermería le dan leche. Mocha,Yemen.
Esta es la hija de Elham, de 3 días, nacida a las 39 semanas en la maternidad, tenía taquipnea y la ingresaron en la unidad de cuidados neonatales. El equipo de enfermería le dan leche. Mocha,Yemen. © Julie David de Lossy/MSF

 

Además de tener diabetes, Negah, que tiene 35 años, tiene hipertensión. Ambas condiciones aumentan los riesgos asociados con el embarazo y el parto. Negah es una de las miles de mujeres que acuden a la maternidad de MSF durante su embarazo.

 

El único hospital que brinda servicios de maternidad integral

Como en la mayoría de los países afectados por conflictos, Yemen tiene un sistema de salud colapsado. Esto hace que las mujeres y los niños sean particularmente vulnerables a las complicaciones de salud. En Mocha, una de las formas en que esto se manifiesta es la falta de disponibilidad de servicios para las mujeres embarazadas.

En julio de 2024, integramos nuestros servicios de maternidad en el Hospital General de Mocha. Esto nos permitió ampliar los servicios que podíamos proporcionar. Incluso con la apertura de la nueva sala de atención obstétrica y neonatal integral.

Actualmente, la maternidad cuenta con 28 camas para parto y posparto, incluyendo camas para neonatal y cuidados intensivos. Antes de este traslado, prestábamos atención materna desde un hospital de campaña que se instaló inicialmente en Mocha en 2022.

 

 

Un recién nacido duerme junto a su madre antes de que le den el alta de la maternidad en Mocha, Yemen, seis horas después del parto.
Un recién nacido duerme junto a su madre antes de que le den el alta de la maternidad de Mocha, Yemen, seis horas después del parto. © Julie David de Lossy/MSF

 

Desafíos de las mujeres embarazadas en una región marcada por la guerra

La costa occidental de Yemen es una zona rural con frentes al norte y al este. Las mujeres con embarazos complicados o de alto riesgo a veces hacen un viaje de tres horas para llegar al hospital en Mocha. Se prevé que el 15% de los partos tendrán complicaciones obstétricas que, si no se tratan a tiempo, pueden ser mortales.

Los riesgos y complicaciones a los que se enfrentan las mujeres de la zona son fácilmente prevenibles, pero sin una atención prenatal y posnatal coherente y accesible, el embarazo se vuelve más peligroso.

Los centros de salud de la región están mal equipados, no están capacitados y, para empezar, son escasos. Por lo tanto, a las mujeres no les queda más remedio que recorrer largas distancias por carreteras en mal estado.

Las complicaciones que experimentan las mujeres pueden ser tratadas por el hospital y su personal, si las pacientes llegan a tiempo. Sin embargo, Ann Van Haver insiste en que debe haber una primera línea de atención más cercana al hogar. Teniendo en cuenta la población de la costa oeste, se espera que alrededor de 1,300 mujeres den a luz cada mes.

“Actualmente, unas 250 dan a luz con nosotros”, afirma Van Haver. “Eso significa que hay mil partos más cada mes en otros lugares. Y, esto no ocurre en centros de salud. Por ello, vemos muchas más complicaciones que requieren tratamientos invasivos”.

 

Raheema Mohamed Ali, de 25 años, de Mocha, en la maternidad de MSF en el Hospital General de Mocha, Yemen.
Raheema Mohamed Ali, de 25 años, de Mocha, en la maternidad de MSF en el Hospital General de Mocha, Yemen. © Julie David de Lossy/MSF

 

Una segunda oportunidad en el hospital de maternidad de Mocha, Yemen

Hay muchos factores que actúan en contra de la capacidad de una mujer para llegar a un hospital en la costa oeste; los continuos desplazamientos a causa del conflicto, los numerosos puestos de control a lo largo de las carreteras, las terribles condiciones económicas y la necesidad de obtener el consentimiento formal de un familiar varón para cualquier acto médico, incluyendo la cesárea. Esto deja a las futuras madres con pocas opciones más que dar a luz en entornos inseguros, arriesgando su vida y la de su bebé.

Fatema, cuyo nombre fue cambiado para proteger su identidad, tiene 16 años. Fue al hospital tan pronto como pensó que su trabajo de parto había comenzado, pero no progresaba. Regresó a casa unas horas más tarde, solo para dar a luz repentinamente en casa con la ayuda de su madre.

“El parto salió bien y el bebé está bien, pero después experimenté un poco de sangrado”, explica Fatema. “Por la mañana, regresé al hospital, donde recibí la atención médica adecuada para detener la hemorragia. Estoy feliz y aliviada de que el dolor haya desaparecido y de que pronto me den el alta para conocer a mi bebé”.

 

Negah Abdallah, Ali Abdallah y su hijo recién nacido, Ashraf, de 1 día en la clínica de maternidad en Mocha, Yemen.
Negah Abdallah, Ali Abdallah y su hijo recién nacido, Ashraf, de 1 día en la clínica de maternidad en Mocha, Yemen.
© Julie David de Lossy/MSF

 

De vuelta en la sala de posparto, Negah recibe la visita de la educadora de salud, Bashira Seqek, quien le da información sobre la toxicidad del paracetamol, los beneficios de la lactancia materna y la planificación familiar. Mientras tanto, en el pasillo, su esposo Ali Abdallah Ali sostiene a su hijo de un día con orgullo en sus ojos.

“Desde que abrió la maternidad aquí en Mocha, todo está disponible, y estoy agradecido por eso”, dice Ali. “Me siento 100 por ciento seguro de los servicios brindados. En mi pueblo, todos sabemos que tenemos que venir aquí por asuntos relacionados con la atención materna”.

Detrás de la puerta, donde no se permite el ingreso de personal masculino no médico, la sala de maternidad es un mundo de dignidad y solidaridad para las mujeres que late al ritmo de las parteras.

Desde que trasladamos nuestros servicios al Hospital General de Mocha, más de 1,600 mujeres han dado a luz de manera segura en nuestra sala.

Compartir