César Guajardo es conductor de Médicos Sin Fronteras (MSF) y trabaja en el proyecto de atención a personas con Enfermedad Renal Crónica no Tradicional (ERCnT) en Escuintla, Guatemala. En esta entrevista nos cuenta los principales retos de su trabajo y cómo ha ido evolucionando el proyecto en el país.
¿Por qué es importante que MSF trabaje con otras organizaciones?
Cuando me integré a MSF en 2021, el proyecto solo llevaba un mes de haber iniciado. Al principio nuestras actividades se centraban en conseguir permisos para poder trabajar, y en buscar información que nos permitiera llegar a las comunidades. Para logarlo, acudimos a los líderes comunitarios y a la organización de Consejos Comunitarios de Desarrollo Urbano y Rural ‘COCODES’, que es un grupo de mujeres organizadas que ayudan en el bienestar de las comunidades.
Estas aprobaciones son vitales, ya que así tenemos el respaldo de esas personas, y si alguien de la comunidad nos ve y pregunta sobre nuestras actividades, solo responden: “sí, son de Médicos Sin Fronteras y sabemos lo que están haciendo”.
¿Qué tipo de trabajo desarrollas con la comunidad?
Tal vez parezca que el trabajo de un conductor es fácil, pero hay que memorizar muchas cosas. En mi caso, a nivel de proyecto, he visitado a la mayoría de pacientes, les conozco por su nombre o por su dirección. Es así como aprendo a conocer a las personas y formo un vínculo con ellas.
¿Qué tipo de retos enfrentas en tu labor?
A veces el acceso a algunas comunidades es complicado, y eso se debe a la infraestructura de las carreteras, generalmente están en malas condiciones o afectadas por las lluvias.
He visto a muchas personas morir por insuficiencia renal, tal vez por no tener la información adecuada sobre la prevención. Una de las características de la enfermedad es que es silenciosa, no podemos detectarla, los síntomas no se presentan de un día para el otro, pueden pasar hasta 10 años y el daño suele ser irreversible.
¿Qué te deja trabajar con MSF?
Mientras el proyecto avanza, en el equipo interdisciplinario hacemos lo que nos gusta, ayudamos a las personas a que tengan un mejor acceso a los medicamentos y a una atención de calidad.
Me gusta trabajar con la comunidad, cuando alguien se acerca y me dice: ‘gracias’, simplemente respondo: ‘gracias a todos, porque en Médicos Sin Fronteras somos un equipo’”.