Testimonios de pacientes a un año de la batalla de Arsal, Líbano

Aarsal clinic

MSF comenzó a trabajar en Arsal, en la frontera libanesa con Siria, en 2012 y desde entonces ha brindado atención médica gratuita a las comunidades vulnerables de refugiados sirios y residentes locales libaneses. Estas son algunas de sus historias.

MSF comenzó a trabajar en Arsal, en la frontera libanesa con Siria, en 2012 y desde entonces ha brindado atención médica gratuita a las comunidades vulnerables de refugiados sirios y residentes locales libaneses. Estas son algunas de sus historias.
 

Abdelhameed Al-Hujairi, 75

Abdelhameed Al-Hujairi, de 75 años, es un libanés de Arsal. Tiene seis hijos. Toda la familia se quedó en Arsal, incluso a lo largo de la deteriorada situación de seguridad, porque como él dice: "¿A dónde más iríamos?".
 
 
Abdelhameed ha tenido diabetes durante 20 años y ha estado visitando el centro de atención en salud primaria de MSF en Arsal, donde recibe atención, tratamiento y seguimiento regular, sin costo, desde 2016. Antes de conocer el centro, tenía que comprar sus medicamentos solo cuando podía pagar por ellos.
 
Cuando era joven, Abdelhameed emigró a Libia y pasó 25 años trabajando en excavaciones y obras de saneamiento. Regresó al Líbano y siguió trabajando, creyendo que había ahorrado suficiente dinero para tener una buena vida, pero su ahorros se depreciaron debido a la guerra civil libanesa.
 
A medida que las oportunidades de trabajo se volvieron escasas y Arsal se enfrentó a difíciles circunstancias económicas y de seguridad, su situación empeoró.
 
A principios de este año, Abdelhameed requirió de una cirugía de emergencia, pero como los servicios de atención médica especializados no están disponibles en Arsal, tuvo que someterse al procedimiento en Zahle y tuvo que pagar $ 1,000 para cubrir los costos, incluso después de la contribución del fondo de seguridad social. Logró reunir el dinero, pero lo que le queda no es suficiente y no pudo pedirle a nadie que lo prestara.
 
Abdelhameed superó su emergencia médica, pero todavía sufre de enfermedades crónicas, por lo que visita regularmente la clínica de MSF. Ha adoptado un estilo de vida saludable para evitar complicaciones adicionales.
 

Khadija Zaarour, 70

Khadija Zaarour, de 70 años, es una mujer libanesa de Arsal que actualmente vive en Saadnayel, una ciudad en el valle de Beka'a.
 
 
"Vine aquí debido a mi condición", dice Khadija que tiene diabetes. Su hija, que vive en Arsal, le había hablado sobre la clínica de MSF y vino porque no podía pagar las consultas o los medicamentos en otro lugar.
 
Aunque sabe lo importante que son esas visitas regulares para su tratamiento, las emergencias familiares han significado que en el pasado Khadija no haya poddido asistir a sus consultas de seguimiento en la clínica.
 
Cuando la enfermera le recuerda a Khadija su próxima cita, ella sonríe y dice en voz baja: "Inshallah" significa "si Dios quiere" en árabe.
 

Abdellatif, 56,

Abdellatif, de 56 años, de Al-Qusayr, huyó de su casa en la gobernación de Homs en Siria en 2013. Desde entonces vive en un campamento de refugiados en Arsal y lleva 18 años luchando contra la diabetes. Desde que comenzó la guerra, ha sido testigo de daños a sus tierras de cultivo y la destrucción de su casa, su esposa y dos de sus hijos han resultado heridos por los bombardeos y todos se vieron obligados a huir y dejar atrás todo lo que poseían.
 
 
Después de buscar refugio en el Líbano, la vida de Abdellatif cambió por completo.
 
Cuando vivía en Siria, era dueño de una casa grande y varias granjas donde solía cultivar frutas, verduras y granos. Su cosecha le permitía llevar una dieta saludable que lo ayudaba a evitar complicaciones con su diabetes. Hoy vive en una tienda de campaña. No ha encontrado trabajo y no puede alimentar a sus hijos o comprar sus medicamentos. Antes, Abdellatif era conocido por su sentido de orgullo y respetado en la comunidad, pero durante sus últimos días en Siria y durante el tiempo que lleva en el Líbano, su salud física y mental se ha deteriorado.
 
Abdellatif agradece los esfuerzos de MSF para ayudar a los residentes y refugiados de Arsal, ya que sin su presencia continua en Arsal desde 2012, él y cientos de personas tendrían que encontrar la forma de obtener medicamentos por sí mismos. Esto habría sido prácticamente imposible dada la situación de seguridad en Arsal durante los años anteriores.
 
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