“No hay otro sitio adónde ir si el Hospital Nasser tiene que cerrar”

Personal de Médicos Sin Fronteras en los hospitales de Nasser y Al aqsa narran algunos de los peores episodios de víctimas masivas atendidas este mes.

Personal del Hospital Nasser recibe a un paciente herido en masa tras los últimos ataques.
Llegada masiva de personas heridas al Hospital Nasser. Khan Younis, 22 de julio de 2024. © Sofía Piñeiro/MSF

Los equipos de Médicos Sin Fronteras en el Hospital Nasser y Al Aqsa alertan del impacto del cierre de los principales hospitales en el sur y centro de Gaza. Narran algunos de los peores episodios de víctimas masivas atendidos este mes.

 

Dr. Javid Abdelmoneim, responsable del equipo médico de MSF
Hospital Nasser (Khan Younis, sur de Gaza), 25 de julio

“Ayer, durante el último recorrido por la sala de urgencias pensé en ir a comprobar que no quedaba ningún paciente. Entré y, detrás de una cortina, había una niña muriéndose sola. Estaba sola y no sabía quiénes eran sus familiares. No había nadie. Aún respiraba, pero la habían dejado morir porque aquí, ahora, el sistema no da abasto. Y ese es el resultado: una niña de ocho años morirá sola, ahora mismo, en una camilla de urgencias. En cualquier otro sistema sanitario, se habría salvado. Cada día de julio ha sido un shock tras otro. Esto es angustioso más allá de las palabras”.

El hospital Nasser tiene hoy unos 550 pacientes. Se supone que es un hospital de 366 camas. Estamos teniendo que dar de alta a pacientes de forma prematura para hacer sitio en nuestra unidad de traumatología. Hoy no teníamos ninguna cama libre. Si hay más víctimas en masa, tendremos que dar de alta a los pacientes antes de lo debido. Como las órdenes de evacuación y la zona de conflicto están tan cerca, estamos teniendo que discutir cómo evacuar el hospital. Lo que está claro es que estos pacientes no tienen adónde ir. Lo peor es que la esterilización y la fabricación de oxígeno para el sistema sanitario que queda en esta parte de la Franja de Gaza está aquí, en el Nasser. No hay ningún plan para trasladar eso.
No queda nada después de Nasser. Es el final. No hay otro sitio adónde ir si el Nasser tiene que cerrar”.

 

Alice Worsley, enfermera responsable de actividades de MSF
Hospital Al Aqsa (Deir al Balah), 27 de julio

“Nos avisaron en cinco minutos de que se había producido una explosión en las inmediaciones y enseguida vimos llegar a muchos pacientes, todos al mismo tiempo, con múltiples heridas diferentes y muchos en estado muy crítico, con lesiones evidentemente irreversibles. Vi muchos traumatismos craneoencefálicos importantes, fracturas abiertas de cráneo, algunas fracturas faciales. Vi heridas por explosiones que requirieron amputaciones parciales y totales de miembros. Como siempre, había heridas de metralla.

Alrededor de la mitad de los pacientes que vimos eran niños y niñas, la mayoría con heridas considerables que requerían cuidados críticos. Tuvimos un niño de seis años con el 80% del cuerpo quemado. Otro niño de tres o cuatro años tenía una herida importante en la cara y tuvimos que ponerle un tubo para ayudarle a respirar. La enfermera que me ayudaba con este paciente era familiar del niño. Me dijo que la madre del niño había muerto en ese mismo ataque. El niño tenía una escayola en el brazo, lo que significaba que obviamente ya había sido herido en esta guerra no hacía mucho tiempo. Así que era, al menos, la segunda vez que este niño resultaba herido.

El hospital tiene cientos de pacientes más de lo normal. No tenemos plazas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El servicio de urgencias ya no puede funcionar como tal porque las camas están ocupadas. Es una situación desesperada, la mayoría de los pacientes que hemos visto hoy hemos tenido que atenderlos en el suelo o a dos niños por cama, ya que no hay camas en urgencias.

A menudo, el personal médico y de enfermería que trabajan en el hospital están en urgencias atendiendo a sus propios familiares heridos, es increíblemente triste”.

 

27 de julio

“Hoy ha sido un día de extraordinaria tensión aquí en el Nasser. Al llegar vi a todo el personal con sus teléfonos y parecía que había habido una nueva orden de evacuación emitida mientras llegaba al hospital. Por supuesto, todo el mundo estaba asustado y atemorizado y viendo si sus casas y sus hogares estaban incluidos en esas zonas. Ahora parece que con estas órdenes adicionales Nasser está a sólo un kilómetro de los combates activos. Nuestra propia base está a esa distancia también, un poco menos de hecho. La tensión es palpable entre la población, entre el personal, entre los pacientes, en el hospital.

Nasser es el último lugar que tiene un gran banco de sangre. Es el último lugar para la fabricación de oxígeno en cantidades considerables. Es el último lugar para la esterilización a gran escala. Muchos de los hospitales de campaña dependen del Nasser para esas tres cosas. Y si no podemos salvar eso, es el fin del servicio de salud. La sola idea de perder 550 camas y pacientes es abrumadora. Parece el fin”.

 

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