Tras los terremotos, aumentan las necesidades de salud mental en Turquía

Apoyo psicosocial en Turquía
Una niña dibujando durante una sesión de apoyo psicosocial de MSF. © Mariana Abdalla/MSF

Las consecuencias de los devastadores terremotos que azotaron Turquía en febrero son muy visibles en los edificios destruidos, los campamentos improvisados y las labores de reconstrucción en las zonas afectadas. Con la llegada de la primavera, las fuertes lluvias han causado inundaciones que añaden otra capa de destrucción a la situación. 

Para las personas sobrevivientes, los terremotos también han tenido consecuencias psicológicas menos visibles pero significativas. Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos apoyando a organizaciones locales en Turquía en sus esfuerzos por brindar apoyo psicosocial a las personas mientras intentan reconstruir sus vidas.

Días después de que ocurrieran los terremotos, las personas esperaban afuera de lo que quedaba de sus casas, mientras los equipos de búsqueda y rescate intentaban salvar a las personas atrapadas bajo los escombros. Agregando al trauma, las personas tuvieron que identificar cada cadáver que encontraban para verificar si era su ser querido o no. Según las autoridades turcas, a principios de abril la cifra de personas fallecidas en Turquía superó las 50,300. 

“A pesar de las precarias condiciones de higiene y, a veces, de las condiciones climáticas desfavorables, la mayoría de las personas todavía tienen demasiado miedo para entrar en los edificios”, explica Nazlı Sinem Koytak, psicóloga de Imece Inisiyatifi en Adiyaman, una ONG local apoyada por MSF. “No se sienten seguras. Las personas se quedan al aire libre por instinto de sobrevivencia”, concluye. 

Nuestros equipos continúan apoyando a las organizaciones locales para brindar apoyo psicosocial a las personas en las áreas afectadas por los terremotos. En las provincias de Adıyaman y Malatya, lo hacemos a través de Imece Inisiyatifi; y en las provincias de Hatay y Kahramanmaras, a través de otra ONG local llamada Maya Vakfi. Al 24 de marzo, hemos llegado de esta forma a más de 7,500 personas para brindarles consultas individuales y grupales. 

“Las personas solían refugiarse en sus casas, pero ahora se han convertido en un lugar que les da miedo, en un lugar que les mata”, dice Koytak. 

Las y los trabajadores de salud mental alientan a las personas a compartir sus emociones, historias y desafíos; haciéndoles saber que sus sentimientos son normales dado lo que han pasado. Las sesiones grupales crean un vínculo entre las personas participantes, uniéndolas para que puedan apoyarse mutuamente durante los momentos difíciles. 

Nazlı Sinem Koytak, una psicóloga de una organización apoyada por MSF, realizando una sesión de psicotería para mujeres en Kayatepe (Rezip). ©Mariana Abdalla/MSF

 

Las personas siguen estando hiperalertas y tienen dificultad para concentrarse y dormir. Algunas tienen pesadillas todas las noches, son olvidadizas y han perdido el apetito. Las réplicas siguen ocurriendo a diario, y las personas constantemente reviven experiencias pasadas en sus mentes y creen que podría ocurrir otro desastre. 

“No puedo dormir bien estos días. Tampoco puedo estudiar. Siento como si toda la información que tenía en mi mente se hubiera ido”, dice Eylül, de 13 años, que vive en el pueblo de Kayatepe (Rezip) en Adıyaman. “Lo que sea que sabía antes del terremoto, ya no lo sé”, dice.  

Según la Presidencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía, se han producido más de 25,000 réplicas desde el 6 de febrero, 47 de ellas con una magnitud superior a cinco. El personal de psicología sobre el terreno ha notado que los síntomas de estrés postraumático no disminuyen. 

El costo psicológico del desastre también ha afectado físicamente a las personas, provocándoles ataques de pánico, dolores musculares y trastornos alimentarios. 

En áreas rurales, como las aldeas de Başpınar (Küllüm) y Kayatepe (Rezip) en Adıyaman, la mayoría de las familias han perdido al menos a una persona y están tratando de reconstruir sus medios de vida y sus comunidades. También acogen a familiares que vienen de otras localidades. Las personas que vienen de las ciudades a menudo sienten que los espacios urbanos son demasiado peligrosos y, por lo tanto, se dirigen al campo. 

Para quienes permanecen en las zonas urbanas, existen tensiones entre los grupos por los escasos recursos que quedaron tras los terremotos. La escala del desastre hace que las necesidades de alimentos, agua y saneamiento, así como tiendas de campaña y otros artículos esenciales, sean abrumadoras. 

Yardım Konvoyu (Aid Convoy Association), con el apoyo de MSF, se centra en las distribuciones a personas en campamentos improvisados informales que se instalan en parques y estacionamientos. 

“Perder los medios de subsistencia crea otra situación desafiante a la que las personas deben adaptarse. La gente no puede volver al trabajo o a sus rutinas domésticas”, dice Koytak.  “Adıyaman es una ciudad destruida. Con el tiempo, esta situación afectará cada vez más a las emociones y comportamientos de las personas, y esto hará que la recuperación sea mucho más difícil a largo plazo”, concluye.

Las organizaciones locales a las que apoyan nuestros equipos brindan asistencia psicosocial a una amplia gama de personas afectadas por los terremotos: trabajadores sanitarios turcos, refugiados sirios, voluntarios, niños y adultos. El apoyo psicosocial puede tomar muchas formas diferentes, particularmente para los niños y niñas que a menudo se benefician de actividades simples como dibujar, bailar o escuchar música. 

Los terremotos fueron absolutamente devastadores y sus consecuencias afectarán las vidas de las personas en los años venideros. Al trabajar con organizaciones locales para brindar apoyo psicosocial, nuestro objetivo es ayudar a las personas a desarrollar aún más la fuerza y la resiliencia necesarias para reconstruir y procesar el inmenso trauma que han experimentado.  

 

 

 

 

En Turquía, MSF apoya a organizaciones locales como Imece İnisiyatifi y Yardım Konvoyu. 

İmece İnisiyatifi es una organización sin fines de lucro con sede en Izmir, Turquía, que se centra en el principio tradicional turco de “imece”, que enfatiza la acción colectiva y el apoyo mutuo. Centrada en el desarrollo comunitario a través de enfoques basados en la comunidad, desde los terremotos, la organización está realizando distribuciones de artículos de primera necesidad y actividades de educación y apoyo psicosocial para poblaciones vulnerables. 

Maya Vakfi es una organización turca sin fines de lucro enfocada en el desarrollo mental, físico y académico de niños, niñas y jóvenes de 5 a 24 años, así como de sus cuidadores. Actualmente, como parte de su respuesta a los terremotos y su creciente experiencia en respuesta a desastres, la organización está realizando actividades y eventos psicosociales para mejorar las habilidades de afrontamiento y el proceso de recuperación de las personas afectadas por los terremotos. Maya Vakfi también está brindando actividades de desarrollo de capacidades y bienestar enfocadas en que los empleados públicos respondan a largo plazo.
 

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