Ucrania: “Pedimos que se respete la vida humana”

La situación humanitaria en Mariupol es catastrófica. Sabemos por nuestro personal que están tratando desesperadamente de mantenerse a salvo mientras continúan los fuertes ataques y los suministros de alimentos se agotan. No hay agua, electricidad ni calefacción. Se han cortado los servicios de internet y las comunicaciones por teléfono.

En la ciudad sitiada de Mariupol, miles de personas, entre ellas el personal de MSF y sus familias, permanecen aisladas del mundo.

Laurent Ligozat, coordinador de emergencias de MSF en Ucrania, comparte su preocupación por la seguridad de la población civil en la ciudad.

¿Cómo es la situación en Mariupol? ¿Está en contacto con el personal de MSF en la ciudad? 

La situación humanitaria en Mariupol es catastrófica. Sabemos por nuestro personal que están tratando desesperadamente de mantenerse a salvo mientras continúan los fuertes ataques y los suministros de alimentos se agotan. No hay agua, electricidad ni calefacción. Se han cortado los servicios de internet y las comunicaciones por teléfono.

Los hospitales, supermercados y edificios residenciales han sufrido graves daños. Y no es posible introducir suministros de ayuda en la ciudad. El viernes (4 de marzo) y hoy (5 de marzo) hemos hablado con uno de nuestros trabajadores por teléfono satélite y nos ha contado cómo la gente se ve obligada a beber agua literalmente tomada de la nieve. Tememos por la seguridad de nuestro personal y de las miles de personas que se encuentran en esta situación tan angustiosa.

¿Qué intentan hacer para que su personal pueda salir de la ciudad?

En circunstancias tan desesperadas, uno podría pensar que la única opción que tiene la gente es escapar. Pero no es tan sencillo como parece. Para muchos de nuestros trabajadores, Mariupol es su hogar, donde tienen familias y amigos. Tienen recuerdos y sentimientos ligados al lugar. Saben que, si abandonan la ciudad ahora, puede que nunca vuelvan, que nunca vean sus hogares. No es la primera vez que ven la guerra.

Ya la han vivido, cuando hace ocho años Donetsk se dividió entre los territorios controlados por el gobierno y los separatistas y quedaron aislados de muchos pueblos y ciudades al otro lado de la línea de contacto. Saben que esto les cambiará la vida.

Para los que quieren marcharse, estamos haciendo todo lo posible para ayudarles. También estamos en contacto con otras organizaciones para ver cómo podemos trabajar juntos para evacuar a nuestro personal de Mariupol. Algunos de nuestros empleados tienen vehículo propio, pero para los que no lo tienen pondremos los nuestros a su disposición. Pero esto va más allá de la logística. Así que hacemos un llamamiento a todos los que tienen poder en Mariupol para que se aseguren de que los que quieran salir puedan hacerlo con seguridad. 

¿Por qué pide MSF vías seguras?

Es un principio de humanidad permitir que las personas escapen cuando la guerra hace estragos. Hay que proteger a las y los civiles atrapados en el conflicto. Para nosotros, lo más  importante es la seguridad y la dignidad de todas las personas. Al haber trabajado en la primera línea de muchas zonas de guerra, hemos visto un inmenso sufrimiento. Hemos visto las consecuencias de que la gente quede atrapada entre las líneas de combate, así que queremos hacer un llamamiento: que se respeten las vidas de los civiles y todo lo que las personas necesita para vivir dignamente. Esto significa suministros de alimentos, agua, calefacción, electricidad. Y permitir a quienes quieran irse que lo hagan, y dejar a los que quieran quedarse que vivan en paz y con dignidad. Por tanto, lo que pedimos esencialmente es el respeto a la vida humana. 

Si todo el personal de MSF se va, ¿significa que van a dejar todas las actividades en el este de Ucrania?

Llevamos ocho años brindando asistencia sanitaria en el este de Ucrania, y ahora que la gente nos necesita más que nunca, no la abandonaremos. Tenemos más personal viajando a Ucrania para apoyar nuestra respuesta de emergencia médica. Por ahora, nuestra prioridad inmediata es proporcionar suministros médicos esenciales a los hospitales que se están quedando sin existencias muy necesarias, incluidos los kits quirúrgicos y de traumatología, para garantizar que puedan seguir prestando asistencia sanitaria de emergencia. 
La mayoría de los habitantes de esta parte de Ucrania son personas mayores con problemas de salud crónicos, como la diabetes. Por ello, también estamos estudiando cómo podemos suministrar insulina a algunos hospitales del este de Ucrania. Garantizar la continuidad de la atención a las personas también será un punto clave para nosotros, ya que, para las y los adultos mayores con síntomas crónicos, las interrupciones del tratamiento pueden poner en peligro su vida. 

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