Una necesidad urgente de vacunas a medida que la nueva cepa de COVID-19 asola Mozambique, Eswatini y Malawi

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Video Observed Therapy (VOT) training for MDR-TB patients in Matsanjeni health centre

A medida que una nueva cepa altamente infecciosa de COVID-19 se propaga por varios países del sur de África, el personal sanitario en Mozambique, Eswatini y Malawi está luchando para tratar a un número cada vez mayor de pacientes, con pocas perspectivas de contar con una vacuna que les proteja del virus.

A medida que una nueva cepa altamente infecciosa de COVID-19 se propaga por varios países del sur de África, el personal sanitario en Mozambique, Eswatini y Malawi está luchando para tratar a un número cada vez mayor de pacientes, con pocas perspectivas de contar con una vacuna que les proteja del virus.

La organización médico humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) hace un llamado para que las vacunas para la COVID-19 se distribuyan de manera equitativa, priorizando y protegiendo al personal sanitario de primera línea y a las personas con mayor riesgo de padecer la enfermedad en su forma grave y de morir por COVID-19, en todos los países, incluyendo en África.

"Estamos consternados por la desigual distribución de las vacunas para COVID-19 alrededor mundo", afirma la directora de operaciones de MSF, Christine Jamet. “Mientras muchos países ricos comenzaron a vacunar a sus trabajadores de la salud y a otros grupos hace casi dos meses, países como Eswatini, Malawi y Mozambique, que también están luchando para responder a esta pandemia, no han recibido ni una sola dosis de la vacuna para proteger a las personas más expuestas, incluido el personal sanitario de primera línea".

En Eswatini, un país de 1.1 millones de habitantes, se reportan 200 nuevos casos cada día y el número de muertes es aproximadamente cuatro veces más alto que el registrado durante la primera ola; y el personal sanitario reporta que esta vez los pacientes se están enfermando más gravemente. Con las instalaciones sanitarias abrumadas, los equipos de MSF han instalado pabellones en tiendas de campaña en el centro de salud de Nhlangano y han enviado médicos y enfermeras adicionales para atender a los pacientes con COVID-19 en estado crítico.

En Mozambique, el número de casos es actualmente casi siete veces mayor que en el pico de la primera ola. “El personal sanitario se está enfermando y los que todavía están trabajando están agotados”, dice la jefa de misión de MSF, Natalia Tamayo Antabak, cuyos equipos están ayudando a implementar medidas de prevención y control de infecciones en los centros de tratamiento de COVID-19 del gobierno en la capital, Maputo, para minimizar las infecciones en el personal de salud que ahí trabaja.

En Malawi, los nuevos casos aumentaron exponencialmente durante enero, duplicándose cada cuatro o cinco días. El Hospital Central Queen Elizabeth, la principal instalación que ofrece atención para casos de COVID-19 en Blantyre, está cerca de su capacidad máxima para pacientes que necesitan soporte con oxígeno. MSF ha enviado personal adicional y está lista para abrir una sala adicional de 40 camas para pacientes con COVID-19. “La prioridad en este momento es proteger a los trabajadores y trabajadoras sanitarias de primera línea”, dice Marion Pechayre, jefa de misión de MSF en Malawi. “Si Malawi tuviera 40,000 dosis de la vacuna, al menos podríamos comenzar a vacunar al personal de salud en los principales puntos críticos del país. Sin esto, la situación pronto será insostenible”. Hasta ahora, 1,298 trabajadores y trabajadoras sanitarias de primera línea en Malawi han dado positivo por COVID-19 y nueve han muerto.

Las personas en los países más pobres parece estar al final de la fila para acceder a esta crucial vacuna”, dice Jamet. "Existe una necesidad urgente de vacunación en los países de África austral quienes están luchando por responder a la agresiva propagación de la nueva cepa del virus que está abrumando sus sistemas de salud".

Mientras Mozambique, Eswatini y Malawi se quedan sin vacunas, las naciones más ricas están acumulando vacunas con la intención de vacunar más allá de los grupos prioritarios.

“Sería indefendible que algunos países comenzaran a vacunar a sus ciudadanos con menor riesgo mientras muchos países de África todavía están esperando para poder vacunar a sus trabajadores de la salud de primera línea”, dice Jamet. “Esto va totalmente en contra del marco de asignación equitativa de la Organización Mundial de la Salud. No solo prolongará la pandemia, sino que pondrá en riesgo aún más vidas. Instamos a los gobiernos que han obtenido más dosis de las que necesitan para vacunar a sus grupos de alto riesgo a que compartan urgentemente sus dosis, para que otros países puedan comenzar a vacunar. Esta es una pandemia mundial que requiere un espíritu de solidaridad mundial si realmente esperamos poder controlarla ".

MSF llama a los fabricantes de vacunas a que garanticen que se le dé prioridad a aquellos países que tienen una necesidad urgente de proteger a su personal sanitario. MSF está lista para brindar apoyo logístico a los países de alta prioridad a los que se les negó el acceso a la vacuna Pfizer/BioNTech a través del mecanismo COVAX, debido a las limitaciones en su capacidad de gestión de la cadena de frío”, concluye Isabelle Defourny, directora de operaciones de MSF.

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