Una respuesta de emergencia contra el cólera en la República Democrática del Congo 

MSF responde a la emergencia contra el cólera en la RDC
Equipos médicos atendiendo a pacientes sospechosos de cólera en el centro de tratamiento del cólera adaptado por MSF para hacer frente a la afluencia masiva de pacientes. Kiseguru, zona de salud de Binza, Kivu Norte. © Laora Vigourt/MSF

Nuestros equipos se han movilizado con urgencia en el territorio de Rutshuru, en el este de la República Democrática del Congo. Están trabajando para responder a un brote de casos sospechosos de cólera, particularmente en las zonas de salud de Binza y Rutshuru. Más de 1,500 pacientes han sido tratados desde principios de junio de 2023. 

En la primera línea de la respuesta médica, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) tuvimos que desplegar importantes recursos médicos y logísticos en solo dos días. 

“Al principio, las instalaciones sanitarias se vieron desbordadas por la afluencia masiva de pacientes. Con capacidad limitada, algunos días tuvimos que tratar a más de 100 pacientes al mismo tiempo con solo 20 camas. Para evitar una mayor contaminación y reducir la propagación de la enfermedad, los equipos instalaron 4 centros de tratamiento del cólera, así como puntos de rehidratación oral y cloración del agua para personas que viven lejos de los centros de salud. En sólo tres días, los equipos trataron cerca de 400 casos en las zonas de salud de Rutshuru y Binza, en apoyo a las autoridades sanitarias”, explica Romain Madjissembaye, coordinador de proyecto de MSF.  

La mayoría de las y los pacientes vienen de muy lejos y recorren decenas de kilómetros a través de la selva para llegar a las instalaciones médicas. Algunos ya están inconscientes al llegar, en estado de shock, y los equipos médicos tienen solo unas horas, o incluso minutos, para salvarles. Mediante medidas de prevención basadas en la comunidad y un mayor apoyo médico, la situación está bajo control y la tasa de ingresos disminuye. Continúan llegando nuevos pacientes y nuestros equipos siguen movilizados a diario para tratarles. 

En el terreno, nuestros equipos han recopilado testimonios positivos de pacientes que se han curado. Ilustran la rápida recuperación de las personas con esta enfermedad altamente contagiosa, cuando se despliega la máxima atención posible. 

Durante meses, Médicos Sin Fronteras hemos sido el único actor médico presente en el territorio de Rutshuru. Apoyamos a 24 estructuras médicas en las zonas de salud de Rutshuru, Rwanguba, Binza, Bambo y Kibirizi. 

 

“Pensé que era malaria, así que no me preocupé” 

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Dieu-est-bon tiene 16 años y su madre. © Laora Vigourt/MSF

 

Dos días después de llevar a una persona enferma en su bicicleta al centro de salud más cercano -en Kiseguru-, a unos quince kilómetros de su pueblo, Dieu-est-Bon empezó a sentirse cansado.  

“Pensé que era malaria, así que no me preocupé”, dice. “Luego comencé a tener diarrea y vómitos intensos, lo que me hizo darme cuenta de que podría ser lo mismo que el paciente que había acompañado. Pero para entonces, estaba demasiado débil para moverme”. 

Dos personas le llevaron en brazos durante las 4 horas de camino hasta el centro de tratamiento establecido por los equipos de MSF para los casos sospechosos de cólera, en apoyo de las autoridades sanitarias. Tras dos días de tratamiento, Dieu-est-bon se siente mejor y está listo para irse con su madre, que fue a recogerlo. 

Dieu-est-bon tiene 16 años. Tuvo que dejar sus estudios porque las escuelas cerraron hace casi un año debido a la inestable situación en la región. Entonces, mientras tanto, ayuda a sus padres a cultivar el campo. Sueña con convertirse en mecánico en el futuro. 

 

“Tenía mucho miedo porque casi muero”

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Jean, de 31 años, no recuerda cómo llegó al hospital. © Laora Vigourt/MSF

 

 “Cuando desperté acostado en el centro de tratamiento, no sabía dónde estaba ni qué me había pasado. Recuerdo que estaba trabajando en el campo y que tenía dolores de estómago, diarrea y vómitos. Luego me desmayé”, recuerda. “Me dijeron que alguien que no conocía me había traído aquí en moto para recibir tratamiento”. 

 Jean es un agricultor de maíz. Ya había sido tratado en un hospital, pero nunca había vivido algo así: “Tenía mucho miedo. Casi me muero, pero afortunadamente hoy estoy curado y podré volver a ver a mi esposa y a mis dos hijos”, afirma. 

 Jean estuvo cinco días en el centro de tratamiento establecido en Rutshuru por los equipos de Médicos Sin Fronteras para casos sospechosos de cólera. 

 

“Estaba muy preocupada y asustada porque ya no se movía”

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Tushime, de 25 años, temía por la vida de su hijo Djafette, de 2 años y medio. © Laora Vigourt/MSF

 

Tushime, de 25 años, temía por la vida de su hijo Djafette, de 2 años y medio. Explicó cómo llegó al centro de tratamiento para casos sospechosos de cólera en Rutshuru, instalado por los equipos de MSF en colaboración con el Ministerio de Salud. 

“Tenía una fuerte diarrea y se desmayó. Me apresuré a buscar una moto. Durante todo el trayecto, que duró tres horas, estuve muy preocupada y asustada porque ya no se movía. Nunca lo había visto tan enfermo”, explica conmovida, mientras su hijo ahora juega tranquilamente.   

Colocaron un catéter en el cráneo de Djafette, un dispositivo médico que permite rehidratar a los pacientes. Normalmente se coloca en los brazos, pero cuando no se puede hacerlo, es el último recurso médico. Djafette estaba en estado de shock cuando fue atendido por el equipo médico.   

Tushime, enfermó después que su hijo y fue atendida al mismo tiempo que él. “No todo el mundo tiene esta oportunidad: en el camino he visto gente que ha muerto, como una madre cuyo hijo está siendo tratado aquí”.  

Después de 6 días en el centro de tratamiento, Tushime regresó a casa con su hijo y se reunirá con su esposo y sus otros dos hijos. 

 

“Mi hermano me dijo que caí al suelo y que los vecinos me trajeron aquí”

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Jimmy quiso tomarse una foto junto al Dr. Laurent, quien forma parte del equipo médico que le salvó la vida. © Laora Vigourt/MSF

 

Jimmy, de 31 años, llegó en estado de shock al centro de tratamiento para casos sospechosos de cólera en Kiseguru. 

“Mi hermano me dijo que me caí al suelo y que los vecinos me trajeron aquí. No recuerdo nada excepto que estaba muy enfermo, con diarrea y vómito”. 

Jimmy es agricultor, cultiva maíz, sorgo, mandioca y ñame. Su campo está a pocos kilómetros del centro de salud, pero él es originario de Mweso, donde vive su familia, a unos cien kilómetros de aquí. 

Su esposa y sus dos hijos no saben que Jimmy enfermó de gravedad. Lo único que le importa ahora es volver con ellos. “No importa cuánto tarde, quiero llegar a casa con mi familia y descansar”, nos dice Jimmy con voz decidida.  

Jimmy quiso tomarse una foto junto al Dr. Laurent, quien forma parte del equipo médico que le salvó la vida. “Esta enfermedad es tan grave que las personas necesitan saber que tienen que ir corriendo al hospital”, concluye Jimmy. 

 

“Los primeros días no fueron fáciles. Estábamos desbordados, con 3 o 4 pacientes por cama”

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Denis Mudake es supervisor de enfermería de Médicos Sin Fronteras en el centro de salud de Kiseguru. © Laora Vigourt/MSF

 

Denis Mudake es supervisor de enfermería de Médicos Sin Fronteras  en el centro de salud de Kiseguru, en la zona de salud de Binza en Rutshuru. Allí, trabaja en el centro de tratamiento especial para tratar un brote de diarrea aguda similar al cólera. 

Denis formó parte del equipo médico que atendió los primeros casos a principios de junio. Desde entonces, más de 500 pacientes han sido tratados en este centro. 

“Los primeros días no fueron fáciles. Nos faltaba espacio y camas para hacer frente a la afluencia de pacientes de cólera. Estábamos desbordados, con 3 o 4 pacientes por cama. Posteriormente enviamos más materiales y habilitamos un centro de procesamiento específico. Es una gran tarea logística montar esto en sólo unos días”. 

“Hemos implicado a la comunidad en la sensibilización y hemos habilitado puntos de cloración de agua y rehidratación oral para acercarnos a las y los pacientes, que vienen de lejos y en un estado de salud crítico”. 

Denis lleva casi 9 años trabajando para Médicos Sin Fronteras en diferentes proyectos. A pesar del cansancio, sigue decidido y motivado. 

 

En sólo tres días, tratamos a cerca de 400 casos en las zonas de salud de Rutshuru y Binza

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Romain Madjissembaye, coordinador del proyecto de MSF © Laora Vigourt/MSF

 

“Al principio, los centros de salud se vieron desbordados por la llegada masiva de pacientes. Con capacidad limitada, algunos días teníamos que tratar a más de 100 pacientes al mismo tiempo con sólo 20 camas. 

Para evitar una mayor contaminación y reducir la propagación de la enfermedad, los equipos instalaron 4 centros de tratamiento del cólera, así como puntos de rehidratación oral y cloración del agua para personas que viven lejos de los centros de salud.  

En sólo tres días, los equipos trataron cerca de 400 casos en las zonas de salud de Rutshuru y Binza, en apoyo a las autoridades sanitarias”, explica Romain Madjissembaye, coordinador del proyecto de MSF.  

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