Una terapia mejor y más sencilla permite llegar a más pacientes con VIH: el ejemplo del tenofovir

Refugees at Mbera camp in Mauritania’s desert

Llevar el mejor tratamiento a la mayor cantidad de gente posible, y asegurar su adherencia al mismo, requiere garantizar el acceso a los medicamentos más adaptados y de administración más sencilla. El tenofovir es un ejemplo excelente de un tratamiento simplificado que facilita la atención descentralizada, porque permite su prescripción y seguimiento por personal de enfermería, sin necesidad de la presencia de un médico. En países con sistemas de salud débiles, como muchos de África subsahariana, esta es una gran noticia.

Llevar el mejor tratamiento a la mayor cantidad de gente posible, y asegurar su adherencia al mismo, requiere garantizar el acceso a los medicamentos más adaptados y de administración más sencilla. El tenofovir es un ejemplo excelente de un tratamiento simplificado que facilita la atención descentralizada, porque permite su prescripción y seguimiento por personal de enfermería, sin necesidad de la presencia de un médico. En países con sistemas de salud débiles, como muchos de África subsahariana, esta es una gran noticia.

El objetivo final, en el que están implicados tanto Médicos Sin Fronteras (MSF) como otras muchas organizaciones, es que para 2015 el tratamiento antirretroviral (ARV) sea una realidad para los 15 millones de personas que lo necesitan con urgencia.

Actualmente, el régimen de primera línea para el VIH/sida más frecuente en los países en desarrollo contiene estavudina, cuyo uso prolongado puede causar efectos secundarios intolerables. Las últimas guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan el abandono de la estavudina y su sustitución por medicamentos más seguros como el tenofovir. En la actualidad, la mejor opción para primera línea es una combinación de tenofovir, efavirenz y lamivudina, terapia que, además de ser más segura para el paciente, está disponible en una dosis fija combinada de una toma única al día

Zimbabue es uno de los países que están empezando a administrar tenofovir a todos los pacientes en tratamiento de primera línea. El cambio a este tratamiento se está haciendo por fases debido a limitaciones económicas. El Dr. Steven Van Den Broucke, que trabajó con MSF en el país de julio de 2010 a marzo de 2012, explica las ventajas que supone para la organización y otros proveedores de salud administrar tenofovir a los pacientes:

El año pasado empezamos a administrar tenofovir a grupos de pacientes que habían iniciado el tratamiento con estavudina. La previsión es que todos los pacientes hayan cambiado al nuevo tratamiento a finales de año.

Una razón importante para el cambio es que este medicamento es mucho más fácil de utilizar en programas a cargo de personal de enfermería. Hemos de situarnos en el día a día de los sistemas de salud africanos, donde la escasez de recursos humanos especializados es crítica, y supone un obstáculo en los procesos de inicio y seguimiento de las terapias con antirretrovirales. El traspaso de estas tareas (que habitualmente realiza el personal médico) al personal de enfermería es una estrategia necesaria que está dando muy buenos resultados, y que es fácilmente aplicable cuando la terapia está simplificada.

Utilizar tenofovir combinado con efavirenz en una dosis triple fija combinada significa que ahora es posible que los pacientes inicien el tratamiento con un solo comprimido al día desde el principio. Otra ventaja es que esta triple combinación de medicamentos –efavirenz, tenofovir y lamivudina– no interactúa con otros fármacos que el paciente pueda estar tomando para tratar enfermedades oportunistas como la tuberculosis.

El principal problema con la estavudina, que ahora estamos sustituyendo por el tenofovir, son los efectos secundarios que puede producir en los pacientes, como la acidosis láctica y la neuropatía periférica, que requieren un estrecho seguimiento médico precisamente en entornos donde esto no es posible.

La acidosis láctica es difícil de diagnosticar y, aunque la neuropatía periférica puede identificarse más fácilmente, es difícil de tratar. Si no se detecta enseguida, los efectos secundarios pueden ser irreversibles, causando mucho dolor y dejando a los pacientes impedidos para andar. Ambos factores significan que es mucho más difícil manejar a un paciente que tome estavudina que a uno que tome tenofovir en un entorno gestionado solo por personal de enfermería.

Asimismo, como el tenofovir causa menos efectos secundarios en los pacientes, desde un punto de vista médico, esto abre la posibilidad de espaciar las visitas de los pacientes a las clínicas. En teoría, los pacientes podrían recoger la medicación necesaria para seis meses en cada visita, en lugar de para tres meses como hacen ahora. Esto ayudaría a reducir la carga de trabajo del personal del programa. Dado que las cohortes de pacientes aumentan constantemente, cualquier cosa que aligere la carga de trabajo dentro del programa es bienvenida.

“Las ventajas para los pacientes son que si utilizamos tenofovir y efavirenz en una dosis triple fija combinada en un comprimido, la gente solo tiene que tomar su medicación una vez al día, generalmente por la noche, en lugar de tomarla dos veces al día, lo que generalmente significa una toma por la mañana y otra por la noche. Este es el objetivo, porque facilita mucho las cosas para los pacientes a la hora de acordarse de tomar la medicación. A menudo cuentan que hay días que han tenido que salir de casa a horas diferentes por la mañana, esto les ha desbaratado sus horarios y se han saltado la toma que les tocaba. Así que para ellos, tomar una píldora al día es una cosa menos de la que se tienen que acordar. Hay pruebas sustanciales de que la gente se adhiere más a su medicación cuando solo tiene que tomarla una vez al día. Y una mejor adherencia al tratamiento de primera línea es la clave de la supervivencia a largo plazo”.

Dr. Musaed Abrahams
Coordinador de Formación sobre VIH de MSF
Unidad médica de África del Sur

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